lunes, 23 de julio de 2012

Too much


Parece mentira que todos los seres vivos procedamos del alga azul, me dijo mi gran amigo invisible con el que aún tengo interminables charlas. No sé qué decirte, le contesté. Entonces, añadió, déjame que te diga yo:
    -Verás, como sabes, todos los seres vivos hemos evolucionado de otras formas de vida anteriores hasta llegar a ser lo que somos y todos hemos partido del mismo bichejo inicial. A partir de ese inicio común, cada cual ha ido desarrollando lo que necesitaba para sobrevivir en su entorno, siempre muy competitivo y en el que tan solo los más capacitados y adaptados conseguían transmitir sus genes, es decir, reproducirse y establecerse. Ni qué decir tiene que en el camino se han quedado intentos malogrados, algunos, después de haber sido probadamente exitosos durante muchísimo tiempo, hasta millones de años. Fíjate si no en los dinosaurios.
Yo me fijé en los dinosaurios, mentalmente, claro, y le di la razón a mi amigo invisible que siguió con su discurso.
    -Las estrategias elegidas por cada especie son infinitas y opuestas. Algunas consiguen sobrevivir por ser grandes y otras por todo lo contrario, siendo minúsculas. Unos desarrollan siete filas de dientes, y otros se hacen chupóteros y no tienen ninguno,…
    -Ya, ya, -interrumpí a mi amigo invisible-  todo eso lo sé, es más, todo lo que tú puedas saber, antes lo he sabido yo, recuerda que tú eres un invento mío, mi amigo invisible de toda la vida, así que no trates de impresionarme.
No vi su gesto pero apuesto a que fue de fastidio.
    -Claro, pero yo arrojo luz sobre un lado que para ti está oculto. También, siempre ha sido así, es mi papel.
No tuve más remedio que darle la razón y con un gesto le invité a que siguiera con el rollo que me estaba soltando.
    -A donde quiero ir a parar es que los seres humanos estamos equivocados si pensamos que nuestra estrategia es la mejor, y además definitiva. Pensamos que nuestra gran inteligencia nos garantiza la permanencia en el planeta, y estamos convencidos de que hemos evolucionado de la mejor manera posible al desarrollar el pensamiento complejo, creyendo que ese es el mejor sistema de supervivencia. Un diseño ganador, nos hemos llega a autodenominar. Gran error.
    -¿Qué me dices? –pregunté incrédulo.
    -Te digo dos cosas, la primera, que para sobrevivir en este planeta no es preciso ser tan inteligentes. Hemos adquirido una inteligencia excesiva… nos sobra para mantenernos con vida en este mundo hostil. Y no es bueno tener algo que no es necesario, esa es la cuestión.
Me quedé mirando a mi amigo invisible, lo cual en si mismo es una pérdida de tiempo, y reconocí que podía tener razón: las cosas innecesarias son un estorbo. Alcé los hombros para indicar que estaba listo para escuchar su segunda observación.
     -Lo segundo, es consecuencia de lo primero: ese exceso de inteligencia es la razón por la cual despareceremos como especie.
Pensé en bombas nucleares, virus artificiales, primas de riesgo, guerra química,… y se me puso la piel de dinosaurio.
Luego mi amigo invisible me recordó que el tigre dientes de sable, precisamente se extinguió porque la característica que  en un principio le sirvió para sobrevivir, cuando creció desmesuradamente, le sirvió para desaparecer. 
Miré con envidia a un pequeño mono invisible que estaba al lado de mi amigo invisible. Se le veía, es un decir, feliz.






2 comentarios:

  1. hace mucho calor, pero leerle siempre me resulta muy refrescante

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    1. Muchas gracias. Procuraré mantenerme a la sombra, como los botijos, para que sigas visitándome.

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