viernes, 27 de marzo de 2020

La muerte en la literatura en El canal Divulgadores de la Historia










¿Os acordáis de la charla que di en Est_Art, sobre la muerte en la literatura? Imposible olvidarlo, lo sé. Pues ahora, por cortesía de David Sentinella y Marcos Carrasco, está en el prestigioso canal Divulgadores de la Historia. Podéis verlo pinchando directamente en este enlace. Espero que os guste.

lunes, 23 de marzo de 2020

Novela de fantasía humorística sin ningún coste





MI APORTACIÓN A ESTOS DÍAS DE CONFINAMIENTO ES PONER LA NOVELA DE PERRIE WORCESTER, LA CONDENA DE IMUR, GRATIS EN FORMATO KINDLE.

SEGÚN LOS AMIGOS ÍNTIMOS DE LA AUTORA Y LOS MÁS CERCANOS MÍOS, SE TRATA DE UNA NOVELA MUY DIVERTIDA QUE TE HARÁ PASAR UNA TARDE DELICIOSA. 


ENLACE AQUÍ:




la portada es obra del artista Marcos Carrasco




sábado, 21 de marzo de 2020

Reflexiones (2)







Estos días en que de repente hemos dejado de pertenecer al privilegiado planeta de gente feliz, satisfecha, despreocupada y menor de edad, y vemos (no todos lo vemos, siempre hay insensatos que siguen en la infancia) que un peligro exterior nos amenaza de igual manera a todos (aunque algunos se sientan protegidos de cualquier sufrimiento sin saber que la estupidez precisamente desampara), son días muy apropiados para hacer algo que en condiciones normales no hacemos: reflexionar. Y no lo confundamos con pensar, que eso sí lo hacemos a diario. Estoy escribiendo una novela en la que uno de los protagonistas distingue entre pensar y reflexionar. Parecen lo mismo, dice, pero existe una gran diferencia que los separa. Yo, que muchas cosas las descubro por lo que dicen mis personajes, estoy completamente de acuerdo con que no es lo mismo, cada cosa merece distinto tratamiento, y también cada momento. Ahora nos encontramos en uno que es para reflexionar y yo tengo dos reflexiones.

Mi primera reflexión, es que el miedo que siento sería infinitamente mayor si no fuera porque veo que hay gente a la que no conozco que está dejándose la piel, la salud y hasta la vida (como la enfermera de Basurto) por salvar precisamente mi vida, mi salud y mi piel. No me conocen de nada y están ahí fuera exponiéndose para que yo pueda seguir aquí dentro a salvo. Lo menos que yo puedo hacer es eso, quedarme dentro, porque si no, todo el esfuerzo que estas personas realizan por mí lo estaría despreciando, y despreciar esa labor es lo más miserable e indigno que nadie puede hacer en momentos así.
Un amigo me acaba de pasar un whatsapp con datos del Ministerio de Sanidad donde informa de que hoy ha habido 21.328 nuevos casos de contagios y 31.200 denuncias  a personas que no guardaban la cuarentena debidamente. La conclusión es que tenemos más gilipollas que enfermos, concluye mi amigo. ¿Gilipollas? No, yo creo que no son exactamente gilipollas; son jóvenes, deportistas, fuertes, sin dolencias de otro tipo y conscientes de que pertenecen al grupo privilegiado de personas que se pueden salvar de los peores efectos del Covid19, aún en el caso de contraer la enfermedad. Por eso se reúnen en fiestas, salen con sus fantásticas bicis, corren por los parques y se van a la sierra… saben que ésta es una enfermedad de viejos, que no va con ellos. ¿Ellos? Ellos se sienten invulnerables porque además hemos hecho que se sientan así, invencibles, merecedores de todos los derechos y libres de cualquier obligación.
Afortunadamente no toda la juventud es así, pero sí son así los jóvenes denunciados. Un asquito.

La otra reflexión es a raíz de un video que circula con Bill Gates en el que predice lo que está ocurriendo. Decía que en la siguiente gran guerra que libre la humanidad será sin bombas de ningún tipo. Ninguna nación va a ser tan imbécil de lanzar una bomba atómica porque sabe que sus enemigos tienen otra, y eso significaría el final de todos, de modo, decía Gates, que más vale que el mundo se prepare para la guerra bacteriológica, ésa sí será la forma que intentemos acabar los unos con los otros. 
Vale, es fácil estar de acuerdo con esta visión de Bill Gates, pero nadie tomó medidas. ¿Por qué los gobiernos siguen fabricando tanques, cañones y un montón de chatarra inservible, en lugar de desarrollar defensas apropiadas para el tipo de guerra que todo el mundo coincide en que así será? Si en lugar de divisiones acorazadas con miles de tanques que jamás se van a usar, tuviéramos miles de hospitales de campaña para aliviar los ataques epidemiológicos que  teóricamente nos puede llegar, ahora tendrían una utilidad evidente.

Estaría bien que los gobiernos de todos los países reflexionaran sobre este punto.