Urueña
Últimamente, no sé qué pasa, pero todo son noticias
normales, es decir, malas (la noticia por norma es así, mala, qué le vamos a
hacer, al menos las que salen en los periódicos). Por ejemplo, el caso del niño de 10 años que murió cuando estaba entrenando para el Campeonato de Asturias de
karting. No dejo de sorprenderme, ¿niño de 10 años entrenando? A esa edad se supone que debería estar jugando, pero
no, resulta que estaba entrenando en un chisme que se pone a velocidades por
las que a un adulto le pondrían una multa en una autopista. ¿A qué disparate
estamos llegando en nuestro afán de ser los mejores, de querer dominar no sé
qué? Una cosa es cascarle una raqueta de tenis a un alevín y otra muy distinta
sentarlo sobre un bólido, pensé al escuchar la noticia en la radio, en la que
aclaraban para tranquilizar a todo el mundo que el niño estaba federado,
llevaba todos los requisitos en vestimenta (mono, casco, guantes, botas)
exigibles en los campeonatos y además el circuito contaba con todas las medidas
de seguridad habidas y por haber para celebrar carreras. Ya, pero tenía 10
años, y no voy a seguir por respeto a sus padres que me los imagino
completamente destrozados por su tragedia.
El caso es que ante tanta noticia normal (mala),
tenemos que buscar otras que sean buenas para compensar la balanza y tener la
sensación de que vivimos, dentro de todo, en un lugar que no está dominado por
gente tarada, y ese es el propósito de esta nueva sección de mi blog: la
búsqueda de la buena idea, que por lo general, trae aparejada una buena
noticia.
En esta ocasión, por ser la primera y por coincidir
con la época del año en que los libros son los protagonistas, voy a hablar de
un pueblo cuya visita recomiendo a todo el mundo. Se llama Urueña, tiene 200
habitantes y la particularidad de tener más librerías que bares y tantos museos
como librerías. Está en España. Si todo lo anteriormente dicho no es
suficientemente insólito para captar nuestra atención, añadiré que está limpio,
muy limpio, perfectamente conservado y que no tiene urbanizaciones de pareados
en sus alrededores. No existe en todo su entorno un edificio que desentone,
tiene castillo, no pueden pasar los coches y cuenta con una enorme muralla que
lo rodea sobre la que se puede pasear admirando unas vistas impresionantes.
Está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España,
pero por todo lo anteriormente explicado, no solo es que sea bonito, es que es
único. Es un pueblo temático, dedicado al libro, una idea que me parece
estupenda y sorprendente cuando lo normal es encontrar pueblos temáticos
dedicados al cordero asado y al cochinillo. Bravo por los que tuvieron la
genial ocurrencia, por una vez la morcilla es derrotada y el chorizo al
garrotazo, y las judías de la abuela y los pasteles de san Cayetano y los
torreznos del tío Claudio. Por fin los bares y las tabernas dejan paso a otros
establecimientos demostrando que también se puede llenar un pueblo de turistas
con reclamos diferentes a la gastronomía de la tierra, que sin hacerla de menos, resulta cansino que
sea la única fuente de atracción ofrecida por los miles de pueblos españoles.
Olé, ahora sí.
Por cierto, sería una tontería muy grande ir a Urueña
y no aprovechar el viaje para visitar un monasterio cisterciense que hay en las
cercanías, el Monasterio de Santa María de la Santa Espina.
No digo más, pero¿ a que da gusto leer noticias así
de buenas? Pues eso.
Este pueblecito de Valladolid lo recomendó mi amigo
Félix Pérez Ruiz de Valbuena que vive a 4.500 kilómetros de distancia, por lo
que no puede ir demasiado a menudo a visitar sus librerías aunque bien le gustaría.