Hay palabras que existen porque se aprovechan de
la existencia de otras y si no fuera por aquellas, nadie las habría pronunciado
ni escrito jamás. Son todas las que empiezan con un prefijo que modifica el
significado de lo que sigue. Por ejemplo, precocinar
: todos sabemos qué significa
porque todos sabemos qué es cocinar,
aunque algunos lo hagan fatal, si no, de qué. También son buen ejemplo reestructuración, neoliberalismo, reenviar,
impuntual… se aprovechan de las palabras estructuración, liberalismo, etc. Hay casos en que la competencia
entre los prefijos es dura y se pelean entre ellos para ver quién se queda con
la palabra de la que quieren vivir; así tenemos incapacitado y discapacitado,
que significan lo mismo y no paran de ponerse la zancadilla la una a la otra (lo
que les faltaba) con el fin de que solo haya una superviviente. O sobreviviente,
que también existe y es un buen ejemplo de esa competencia de la que
hablábamos. Es algo así como Cocacola
y Pepsicola.
En estas palabras claramente hay una relación
parasitaria dónde el prefijo es el parásito (o huésped) que se encarama a la
chepa de su anfitrión cuando pasa por sus cercanías y una vez bien acoplado,
absorbe todo su significado, chupa su esencia, y de esta forma vive
independientemente. Luego podemos ver a estas palabras aprovechonas, pavonearse
con aires de grandeza por los capítulos de obras inmortales, electrizantes
discursos, emotivas poesías y hasta en indispensables formularios para
solicitar una ayuda al auxilio social, como si realmente tuvieran derecho a ser
admiradas.
Menuda forma de comportarse. Yo no soy nadie para
juzgarlas, cada cual, sea palabra o mapache, se busca la manera de sobrevivir,
pero suelen ser palabras de desaconsejable compañía, no me acaban de caer bien.
Las mayores desgracias que aquejan a nuestra sociedad es
por su culpa, por su actitud ante la vida, idéntica a la que ha enriquecido a
grandes carotas de la historia.
El otro día leí en un sesudo artículo que los
tres jinetes del Apocalipsis (yo siempre habría dicho que eran cuatro, pero en
fin) eran, el desempleo, la desigualdad y la injusticia.
Pues ya está. Más claro agua.
ge-nial (creo que esto no funciona) es-tupendo (tampoco)súper-divertido (por fin)
ResponderEliminargra-cias
ResponderEliminarEl ingenio es el ingenio y en este blog hay de sobra.
ResponderEliminar(Ingenio: Aunque con pinta de aprovechona se ha ganado las lentejas por mérito propio)
Muchas gracias Molina de Tirso, puede ser que haya ingenio pero son los comentarios como el tuyo, lo que lo mantienen.
Eliminar;-))
No es por llevar la contraria, pero yo prefiero pensar que colaboran, que se enriquecen las unas a las otras. Además, si no fuera por esa simbiosis acabaríamos hablando como el maestro Yoda, y eso si que sería casi tan detestable como el desempleo, la desigualdad y la injusticia.
ResponderEliminar¿A quién le puede importar que le lleven la contraria con humor? Touché, no quiero ni imaginar un mundo con todo el mundo hablando como Yoda.
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