Yo antes me levantaba, según el día, de buen humor o
con un humor de perros, y con esas dos alternativas acababa toda la variedad
que cabía esperar de mí a esas horas. Sin embargo, últimamente mi capacidad
para despertarme de una forma determinada es infinita. Desde que me he hecho
hiperactivo ya no me conformo con tener buenos o malos despertares, ahora
amplío el abanico de posibilidades a distintas ocupaciones. Así, hay días que
me despierto crítico de arte, otros dentista, o agrodimensor, pediatra, pintor
de brocha gorda, cantante de boleros (las menos veces)… no tengo límite. Ayer,
por ejemplo, me desperté ingeniero de montes y ordené un plan de reforestación
para la sierra norte de Madrid que incluía variedades de pino autóctono de las
Baleares, que en caso de seguir adelante (lo puse en marcha ayer mismo), todos
los municipios de la zona quedarán muy agradecidos.
Hoy sin embargo me he levantado filósofo y tengo la
impresión de que he resuelto el gran problema que la filosofía ha tratado de
resolver desde Aristóteles. ¿Qué es la verdad? Mi conclusión es
demoledora, pero qué quieres, es el resultado de utilizar el pensamiento
crítico al entorno que me rodea y en el entorno que me rodea veo a un señor,
tesorero él, que le pillan con 22 millones (auténticos y verdaderos) de euros en
Suiza, a un juez inhabilitado por buscar la verdad y demostrar cositas relacionadas con los 22 kilos
pero que alguien dijo que eso no valía porque había utilizado escuchas
telefónicas sin avisar, a una deportista a la que la Guardia Civil la registra
y graba con video pruebas que la inculpan de verdad pero vuelven a decir que
eso del vídeo tampoco vale y ahora es senadora, a varias Cajas de Ahorros
hundidas sabiendo todo el mundo la verdad de por qué se han hundido,… puedo
seguir, pero mi filosofía no da para tratar el concepto de infinito. Pues bien,
después de mis observaciones he encontrado la respuesta a la gran pregunta
planteada por los grandes pensadores sobre cuál es la naturaleza de la verdad
(algunos aportando soluciones bastante peregrinas, he de decir), y mi
conclusión es, atención, la siguiente: LA VERDAD NO AÑADE NADA DE INFORMACIÓN.
Esta sentencia es tanto como decir que la verdad es
irrelevante, lo cual resulta obvio.
Y como buen filósofo, extiendo mis conclusiones a
corolarios tratando que resulten fáciles de recordar por futuros alumnos de
filosofía, y es el siguiente: EXISTEN INDIVIDUOS QUE CONTEMPLAN LA POSIBILIDAD
DE TENER EL PODER DE LOS DIOSES, Y OTROS QUE NO ADMITEN ESTE HECHO COMO UNA IMPOSIBILIDAD.
En fin, a ver cómo me levanto mañana.