lunes, 31 de julio de 2017

Verano en fiestas









Estamos en una época del año en que huele a pólvora, churros, algodón de azúcar y romería. En verano, todos los pueblos de España celebran sus fiestas patronales, y en todos se organizan ferias, romerías y procesiones con el santo patrón a la cabeza. Hay que agradecer la buena cosecha, o pedir que la del próximo año sea mejor; descansar de la labor del campo, aunque poco descanso hay, y disfrutar de los frutos de tanto esfuerzo. Las noches piden bailes en la plaza y la temperatura permite prolongarlos fuera de ella. Éstas son las grandes razones para celebrar las fiestas, y en casi todos los pueblos se acaban haciendo las mismas cosas.

Sin embargo, la religión da muchas más oportunidades para ser diferentes. Por ejemplo, para conmemorar la Semana Santa, los tambores de Calanda nada tienen que ver con las flagelaciones voluntarias de “los picaos” en San Vicente de la Sonsierra, salvo que los fieles acaban necesitando atención médica (en Calanda, los auténticos se desollan los nudillos). Son ritos penitenciales que se mantienen algunos desde el siglo XV sin que nadie se explique exactamente por qué, y cada pueblo elige su particular forma de expiar sus pecados.

Y como en todo, también en la forma de llamar la atención de Dios tiene que haber un ganador. De cuantas fiestas de contenido religioso que yo tengo noticias, vence por auténtica goleada la romería de Santa Marta de Ribarteme, que se celebra cada año en As Neves, un pequeño pueblecito de Pontevedra. La fiesta es para rendir culto a Santa Marta por interceder para curar enfermedades graves, y de las muchas formas que existen para mostrar agradecimiento por la intercesión, en As Neves han elegido la más llamativa sin ninguna duda. Consiste en que los paisanos que han conseguido, gracias al milagro de la santa, burlar a la muerte, se introducen en ataúdes que son llevados por sus seres queridos a hombros, hasta la ermita de la santa. Los féretros van abiertos, que todo tiene un límite, y para evitar el sofoco, los muertos de mentirijillas se van abanicando tan ricamente. Un golpe de calor repentino podría hacer que los funerales  pasaran a ser de veras  y el poder milagroso de la santa quedara en entredicho.



Santa Marta, la santa que consigue arrebatar del filo de la guadaña a sus fieles, es la Marta de Betania, hermana de Lázaro, el que resucitó por los poderes nigrománticos de Jesucristo. Vaya familia más rarita, diría yo.





Por supuesto, National Geogrphic ya está preparando un programa sobre esta fiesta, cuyo rodaje terminará en el mes de octubre.
Como dato adicional, está considerada como la segunda fiesta más rara del mundo. Por los ingleses, claro; me gustaría saber que necesitan para que sea la primera.



Para los que sientan curiosidad por los récords en asuntos religiosos, he encontrado la organización religiosa o cofradía,  con la denominación, que yo supongo, más larga de todas. Se llama: La Ilustre, Humilde y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Flagelación de Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo.
Está en Ciudad Real e ignoro cómo se refieren a ella sus cofrades, pero me imagino que tendrán algún término que lo resuma todo.















lunes, 17 de julio de 2017

Pues esto es lo que hay






Yo no sé qué me pasa, pero cada vez llevo peor escuchar de forma repetida y machacona frases que de repente se ponen de moda. Ahora no hay comentarista deportivo (o político) que no emplee varias veces el uso de  “hay que remar” para indicar lo necesario de esforzarse para conseguir algo. “Estar muy sólido” ha dejado de referirse a un estado de la materia para expresar constancia y seguridad. Si lo que se quiere es resaltar la velocidad de lo que se mueve, se dice “ir enchufado”, y “en clave de”, se utiliza prácticamente para cualquier cosa. El otro día escuché en la radio que la última versión de Madame Butterfly, “en clave de ópera” era genial. Los “a nivel de” se encuentran en claro declive, mientras que “sumar esfuerzos” sigue escalando posiciones y “poner en valor” se mantiene sin variaciones significativas. Lo mismo que “el relato de” y “como no podía ser de otra manera”. “En modo de” también está subiendo en popularidad, mientras que “este es el tema” está prácticamente olvidado.

Pero lo curioso es que el uso abusivo de estas expresiones, que pudieron estar bien empleadas las primeras trescientas veces, solo me afecta cuando las dicen los periodistas, políticos y locutores de radio y televisión. Creo que los profesionales de comunicar lo que sea, deberían ser más cuidadosos con su forma de hacerlo, y lo digo también por su propia imagen: en general, el uso de expresiones prefabricadas es habitual en personas de léxico limitado, lo que evidencia su falta de costumbre de leer antes de dormirse.

Pero tampoco quiero parecer implacable y me veo en la obligación de mostrar cierto grado de indulgencia. A veces estas frases se utilizan de forma automática, precisamente por haberlas escuchado cientos de veces, y salen descontroladamente. Qué le vamos a hacer, quién esté libre de pecado que tire la primera piedra,

Por otro lado, además de las expresiones que se ponen de moda y que son condenables, existen otras repeticiones cuyo uso forma parte de nuestra forma habitual de hablar, por lo que tampoco debemos ponernos exquisitos. Por ejemplo, repetir cuando se esta hablando como inicio de frase “..,esto” , o como final “¿vale?”, o “¿verdad?”, o decir, “o sea”, siempre que no se abuse, es algo con lo que se puede vivir. Estas expresiones tienen una finalidad diferente y son muy útiles, nos sirven para ocupar un vacío en la conversación mientras nuestro cerebro busca la palabra adecuada. Son las llamadas muletillas, también conocidas como bordones, estribillos, o coletillas, que existen en todos los idiomas del mundo y son empleadas tanto por gente de parla fluida como por otros de pobreza lingüística manifiesta.

Hay diferentes tipos de muletillas, a saber: empuñaduras, timos y latiguillos.
La empuñadura, a mi modo de ver, es irreemplazable. Es la fórmula  necesaria en determinados formatos. A este grupo pertenecen  el “se hace saber” de los antiguos pregoneros, o el fantástico “érase una vez” que nos preparaba para disfrutar de lo lindo con lo que venía a continuación cuando éramos pequeños.

Los timos son un tipo de muletillas chuscas y recogidas de la calle que también tienen su utilidad. Por ejemplo “tela marinera” o “vaya tela”. Los hay muy expresivos y otros muy expresivos  al tiempo que poco elegantes, como el “te cagas”, imprescindible cuando existe cierto nivel de confianza.

Por último están los latiguillos que son el tipo de muletillas que no aportan nada ni sirven para nada salvo para dejar ver cierta flojera en la forma de expresarse. Son las frases que se repiten por moda, de cuya variedad de ejemplos ya he dado cuenta al inicio del presente artiblog, y por si no ha quedado claro, me parecen detestables.

Para terminar diré que es mucho peor, si las leemos que si las escuchamos, porque quien escribe tiene la obligación, o al menos la oportunidad, de darse  cuenta de que está usando un latiguillo y aún puede evitarlo, mientras que hablando, nadie está exento de que involuntariamente se le escape alguno, como una ventosidad lingüística.

O sea, lo que quiero decir es que no es lo mismo hablar que escribir, ¿no? Esto, pues eso.


















jueves, 6 de julio de 2017

El día de




                                                                   DÍA INTERNACIONAL DE LAS PELEAS CON ALMOHADAS






Las ganas de fiesta que tenemos los seres humanos es algo que nos convierte en un tipo de animales que yo clasifico de simpáticos. Nos gusta inventar pretextos para organizar una fiesta y eso es algo que nos honra muchísimo pues significa que somos divertidos. Yo creo que es algo que tiene que ver con una de nuestras cualidades que yo más aprecio: el sentido del humor. A veces nos sale sin proponérnoslo, de la misma forma que el caballo pura sangre en cuanto se descuida se pone al galope tendido, sin siquiera darse cuenta.

Hace tiempo fui al Registro de la Propiedad Intelectual, y en los escasos tres segundos que estuve esperando mi turno, me fijé que en una de las paredes había un cartel que anunciaba con orgullo Día Mundial del Registro de la Propiedad Intelectual. Por cierto, si alguien tiene que felicitar en tal fecha a algún conocido, quizá porque ha rellenado con éxito el formulario para registrar una obra, se trata del 26 de abril. El caso es que debió de parecerme divertido y lo anoté en mi libreta, y hoy, buscando otra anotación que por supuesto no ha aparecido ni aparecerá jamás, la he encontrado. Entonces me he preguntado, ¿existirá también El Día del Inodoro? por decir algo extravagante, y resulta que sí, ese día existe y se celebra cada 19 de diciembre en China. Solo en China, así que de momento no podemos hablar de una celebración mundial, pero todo se andará.

Este descubrimiento me ha animado y he seguido buscando “días de” con algo de gracia y voy a señalar los más merecedores de celebración:

Existe El Día Internacional de la Hamaca, que se celebra el 22 de julio. En algunos países se lo toman tan en serio que está absolutamente prohibido levantarse de la hamaca ni para comer. De la bebida no dice nada, supongo que estará permitido, al menos la cerveza. El problema es que si todo el mundo  celebra el día, a ver quién las lleva de la nevera a la hamaca.

El 3 de abril es El Día Internacional del Número Pi. A mi modo de ver, está bien que sea  el 3, pero debería rotar y el siguiente año caer en 14 y al siguiente en  16. La primera fiesta pi se celebró en San Francisco en 1988. Como dato curioso, algunos seguidores de esta fiesta la celebran el 14 de marzo que es la fecha en que nació Einstein, aunque no creo que usara mucho el número pi, la verdad.

Para aquellos a quienes les guste levantar a su esposa por los aires, que sepan que el 4 de julio se celebra El Día del Levantamiento y Carga de la Esposa. Lo celebran en Finlandia y rememora una antigua tradición que consistía en llevarse a la esposa del prójimo en volandas, y supongo que muy deprisa para que no le cogieran. Una vieja tradición vikinga, por lo visto.

También está muy bien El Día Internacional de Peleas de Almohadas, que como es fácil de suponer se conmemora a base de darse almohadazos entre todos los celebrantes. La fecha de tan señalado día es 6 de abril y congrega a multitud de divertidos paisanos que con almohada en ristre ocupan las plazas de Nueva York, Londres, París, Berlín o Shangai, dispuestos a demostrar lo que vale una almohada.

Yo de momento he apuntado en mi agenda el 21 de diciembre, que es el Día del Orgasmo Femenino, y se celebra, claro, teniendo cada mujer un orgasmo, como mínimo. El objetivo de este día internacional va mucho más allá del puro placer, por lo que deberíamos sumarnos todos con generosidad sin esperar nada a cambio. Se trata de crear, según su fundador el concejal brasileño José Arimateio Dantas Lacerda, un cambio en el campo energético de la Tierra con la mayor oleada de energía humana posible a favor de la paz. Hombre, aunque solo sea por eso…

He dejado para el final, el Amtrak Mooning, porque es el más extraño de todos. Se trata de una tradición que mantienen en  Laguna Niguel, una población de Estados Unidos, que les lleva a enseñar el culo, cada segundo sábado de julio, a todos los trenes que pasen por la estación. La fiesta congrega a cientos de participantes frente a las vías con sus pantalones bajados y una juerga encima que ha obligado a las autoridades a prohibir el consumo de alcohol durante la celebración en vista de los desmanes que se produjeron en la última edición. No quiero imaginar cómo acabó para llegar a ese punto.



Creo que cuando publiqué La importancia de lo inútil, me quedé corto. Afortunadamente, hoy he dado la dimensión que merece tan importante asunto.