miércoles, 26 de abril de 2017

Buenas noticias



                                                                                     Urueña



Últimamente, no sé qué pasa, pero todo son noticias normales, es decir, malas (la noticia por norma es así, mala, qué le vamos a hacer, al menos las que salen en los periódicos). Por ejemplo, el caso del niño de 10 años que murió cuando estaba entrenando para el Campeonato de Asturias de karting. No dejo de sorprenderme, ¿niño de 10 años entrenando? A esa edad se supone que debería estar jugando, pero no, resulta que estaba entrenando en un chisme que se pone a velocidades por las que a un adulto le pondrían una multa en una autopista. ¿A qué disparate estamos llegando en nuestro afán de ser los mejores, de querer dominar no sé qué? Una cosa es cascarle una raqueta de tenis a un alevín y otra muy distinta sentarlo sobre un bólido, pensé al escuchar la noticia en la radio, en la que aclaraban para tranquilizar a todo el mundo que el niño estaba federado, llevaba todos los requisitos en vestimenta (mono, casco, guantes, botas) exigibles en los campeonatos y además el circuito contaba con todas las medidas de seguridad habidas y por haber para celebrar carreras. Ya, pero tenía 10 años, y no voy a seguir por respeto a sus padres que me los imagino completamente destrozados por su tragedia. 

El caso es que ante tanta noticia normal (mala), tenemos que buscar otras que sean buenas para compensar la balanza y tener la sensación de que vivimos, dentro de todo, en un lugar que no está dominado por gente tarada, y ese es el propósito de esta nueva sección de mi blog: la búsqueda de la buena idea, que por lo general, trae aparejada una buena noticia.

En esta ocasión, por ser la primera y por coincidir con la época del año en que los libros son los protagonistas, voy a hablar de un pueblo cuya visita recomiendo a todo el mundo. Se llama Urueña, tiene 200 habitantes y la particularidad de tener más librerías que bares y tantos museos como librerías. Está en España. Si todo lo anteriormente dicho no es suficientemente insólito para captar nuestra atención, añadiré que está limpio, muy limpio, perfectamente conservado y que no tiene urbanizaciones de pareados en sus alrededores. No existe en todo su entorno un edificio que desentone, tiene castillo, no pueden pasar los coches y cuenta con una enorme muralla que lo rodea sobre la que se puede pasear admirando unas vistas  impresionantes.







Está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España, pero por todo lo anteriormente explicado, no solo es que sea bonito, es que es único. Es un pueblo temático, dedicado al libro, una idea que me parece estupenda y sorprendente cuando lo normal es encontrar pueblos temáticos dedicados al cordero asado y al cochinillo. Bravo por los que tuvieron la genial ocurrencia, por una vez la morcilla es derrotada y el chorizo al garrotazo, y las judías de la abuela y los pasteles de san Cayetano y los torreznos del tío Claudio. Por fin los bares y las tabernas dejan paso a otros establecimientos demostrando que también se puede llenar un pueblo de turistas con reclamos diferentes a la gastronomía de la tierra, que sin  hacerla de menos, resulta cansino que sea la única fuente de atracción ofrecida por los miles de pueblos españoles. Olé, ahora sí.







Por cierto, sería una tontería muy grande ir a Urueña y no aprovechar el viaje para visitar un monasterio cisterciense que hay en las cercanías, el Monasterio de Santa María de la Santa Espina.
No digo más, pero¿ a que da gusto leer noticias así de buenas? Pues eso.



                                                                Interior de la iglesia del monasterio



Este pueblecito de Valladolid lo recomendó mi amigo Félix Pérez Ruiz de Valbuena que vive a 4.500 kilómetros de distancia, por lo que no puede ir demasiado a menudo a visitar sus librerías aunque bien le gustaría.









7 comentarios:

  1. ya me contarás, seguro que te gusta.

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  2. Liérganes es bonito, está bien, los chuletones son geniales y puedes encontrar un pescado estupendo, que está al lado del mar, pero..., tenia que haberme comprado la casa en Ureña.
    Me equivoqué, como siempre.
    Por darle gusto a mis hijos, ¡dita sea mi estirpe!

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  3. Pues ya ves, querido Félix, yo estoy de acuerdo con tus hijos. Urueña está bien, pero Liérganes está mejor.

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  4. Félix: Los libros los puedes comprar por internet (no es lo más adecuado, pero puedes). Sin embargo los chuletones geniales, el pescado estupendo y el mar no. Tus hijos tienen razón: mejor Liérganes.

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  5. ¡Ostras! De pronto me ha venido a la cabeza la imagen de un pueblo remoto y deshabitado, muy similar al que leí hace poco en una novela con personajes de distintas épocas. ¡Y encima con monasterio cisterciense incluido! ¿Casualidad o fuente de inspiración?

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    1. jajajaja, eres la monda Mazcota. Casualidad, pues el pueblo al que te refieres lo visité antes de conocer Urueña.

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