Según opinión de la gran
mayoría de biólogos, vamos a conseguir que la Tierra sea un planeta de mierda.
Así, dicho con esa contundencia científica que no admite lugar a dudas. He escuchado en la radio, fuente
inagotable de sabiduría, que la agricultura, tal cómo se está llevando a cabo
en la actualidad, es la gran culpable. Fíjate, con lo inocente, natural y
bucólica que parece de lejos. Pues resulta que no. Toda la tragedia se debe al
uso de plaguicidas y productos químicos pesticidas que están acabando con una
cantidad impensable de insectos, principalmente abejas, mariposas y
escarabajos. En esta misma noticia se hablaba de una disminución en la masa
total de insectos en la tierra de no sé cuántas miles de toneladas al año.
Cuesta trabajo imaginarse toneladas de insectos sin torcer el gesto, pero su
desaparición significa una ruptura terrible en el equilibrio ecológico que
mantiene la sagrada cadena trófica en orden. Los insectos, desde su aparición
al final del periodo Devónico hace casi 400 millones de años, se encuentran en
la base estructural y ya sabemos que cualquier alteración en la interrelación de los seres
vivos del planeta tendrá sus efectos en el planeta en su conjunto, no solo en
los directamente afectados. Con la desaparición de las polillas, no solo son las
polillas las que desaparecen.
No digo esto para concienciar
a nadie, pues por mucho que se conciencie quien esté leyendo este artiblog, no
va a ser capaz de cambiar nada, además estoy convencido de que todo el mundo lo
sabe y que no estoy descubriendo nada nuevo a nadie. Lo impactante de la
noticia, para mí, y por eso aparece en este artiblog, es el perfecto equilibrio
que se ha alcanzado, a lo largo de millones de años de evolución, entre todas
las especies de animales y plantas. Todos dependen de todos, y aunque
aparentemente no haya ninguna relación entre una medusa que flota estúpidamente
en el Índico y un oso hormiguero que se relame pacíficamente en algún lugar de
Sudamérica, si que existe. Todo es cuestión de dejar el tiempo necesario para
que uno acabe echando de menos al otro, pues una red invisible mantiene a todas
las especies vivas en contacto. También intervienen las plantas, pues también
tienen vida.
La vida, se esfuerza en
demostrarnos lo maravillosa que es, y nosotros en lugar de quedar fascinados
por su magia, hacemos cosas que estúpidamente conducen a su destrucción.
Pero eso no es lo peor. Aprovecho el momento para
comunicar algo que está bastante relacionado con este artiblog, y es que muy pronto voy
a lanzar al ciberespacio La tertulia
perezosa en versión podcast. Algunas veces también aparecerá en Youtube.
Todo, todo, absolutamente todo está
interrelacionado, resulta increíble.
MUY PRONTO, ANTES DE LO QUE QUISIERAIS
Buena noticia que espero que mejore el equilibrio ecológico...
ResponderEliminarGracias, eso será mucho pedir jajajaj. Abrazo Francisco!
Eliminar¡Cielo santo!
ResponderEliminarJoaquín, estareis al tanto de su lanzamiento, de momento tengo algunos problemas técnicos que espero solucionar.
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