jueves, 14 de febrero de 2019

Una historia de amor







Hace mucho tiempo leí una noticia sobre el amor que se profesaban dos perros (perro y perra), hasta el punto de que uno de ellos sacrificó su vida por  el otro, que me hizo llorar desconsoladamente. No hay nada que temer pues  no pienso contar la historia, solo mencionarla. Aprovecho para decir que algo pasa con los perros en cuanto a su capacidad de querer, porque se pueden contar millones de historias de amor de perros hacia sus amos, aunque para mí, incluir la palabra amo en una relación de amor no encaja nada bien, a pesar de que ambas palabras comparten el 80% de sus letras.

No sé qué tienen las historias de amor, pero por lo general no suelen gustar a nadie. Que si son cursis, que si resultan empalagosas, que no se las cree nadie, que si patatín que si patatán, y por supuesto que son para chicas. Sin embargo, tengo que confesar que a mí sí me gustan, incluso me emocionan; ojo, solo las de amor auténtico.

De todas las historias de amor que conozco hay una que impresiona por su autenticidad. Se trata de la más larga de cuantas historias de amor se conocen, exactamente dura seis mil años. Y los que te rondaré morena. No se sabe muy bien cómo ocurrieron los hechos, imposible saberlo, pero el caso es que se han encontrado dos esqueletos unidos en un abrazo, un abrazo eterno, que da testimonio de que o bien murieron juntos, al mismo tiempo, o bien, la diferencia entra la muerte de uno y otro es tan pequeña que sus seres queridos decidieron enterrarlos juntos.





Un amor que por increíble que parezca, después de 6.000 años sigue como el primer día, mejor dicho, como el último. Un amor para toda la muerte, que siempre es mucho más duradero que un amor para toda la vida. La tumba que contiene los restos de los dos enamorados se encuentra en una necrópolis neolítica, un yacimiento arqueológico que tiene el inapropiado nombre de Campo de Hockey. Está en San Fernando, en Cádiz. 
Científicamente se trata de un varón de unos cuarenta años de edad que vivió hace seis mil años, y una hembra bastante más joven de la misma época. Literariamente se trata de un amor eterno, un amor en que cada uno estaba por los huesos del otro, y así siguen.
Historias como ésta son las que hacen pensar que el amor eterno sí existe. Felicidades.






5 comentarios:

  1. He leído un artículo muy interesante en EL MUNDO sobre este tema del AMOR.

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    1. Hola Rocosy, hoy no he leído El Mundo. Bueno, en realidad no lo leo nunca, tan solo cuando cae en mis manos casualmente porque es el que tienen donde voy a tomar alguna vez un café con leche por la mañana. Lo buscaré ahora en Internet para leerlo. Gracias.

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  2. Eso convierte en literal el famoso dicho "morirse por sus huesos"

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  3. jajaja, sí, hay que estar al loro. Gracias Joaquín por estar ahí ;-))

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