jueves, 16 de marzo de 2023

Procrastinator's fashion






En estadística, ciencia que debería estudiarse en cualquier carrera universitaria (incluso las  nociones básicas, en el colegio), la moda, es el valor que aparece con mayor frecuencia en un conjunto de datos. La moda afecta, por tanto, a TODO, ya que cualquier cosa que se nos ocurra es un conjunto de datos.

Por ejemplo, en el lenguaje hablado, hay expresiones que cobran un repentino ímpetu, y todo el mundo empieza a usarlas aunque no venga demasiado a cuento. Casi siempre es culpa de los políticos, que encuentran en la expresión de moda un práctico comodín para emplear como muletilla en sus intervenciones. Por ejemplo: "como no podía ser de otra manera", expresión sintética de lo obvio, de todo aquello que no merece esfuerzo en aclarar. Dado que siempre tienen que estar aclarando cosas, es lógico que esta expresión pase a ser la más llevada en sus discursos. No hay temporada, otoño, invierno primavera, que no haga furor en parlamentos y ruedas de prensa. En verano se lleva menos, porque están de vacaciones.

No voy a poner más ejemplos, pues tengo que confesar, que no me gustan las expresiones que se ponen de moda, y no quiero contribuir a su difusión.

También ocurre con las palabras; cuando menos te lo esperas, sale una que hasta hace nada, nadie usaba, y de repente está en boca de todo el mundo. Ejemplo: resiliencia. Otro ejemplo de hace más tiempo: procrastinación.

Qué sería de nosotros, los vagos de toda la vida, si no pudiéramos referirnos a nuestra condición con esa elegantísma palabra. Nos duele reconocer nuestra vaguería  (a mí no) pero nos enorgullece hablar de nuestra procrastinación. Hasta los más afanados en sus tareas, de vez en cuando presumen de ser procrastinadores sin serlo.  

Hoy, aunque parezca mentira porque es evidente que estoy haciendo algo (escribir esto), me siento particularmente procrastinador y pensando en mi irrenunciable condición, he llegado a la conclusión de que en este caso, he conseguido elevar la procrastinación a la categoría de arte. Me he visto arrellanado en mi sillón, con las piernas encima del cajón gitano, un par de revistas tiradas en el suelo y un libro sobre el regazo, y me he dicho: caramba, qué hermosa estampa haces, Tito. Me he gustado, qué caramba.

Se me ha ocurrido entonces, que es una pena desperdiciar esta imagen, dejarla pasar sin que tenga difusión; es algo que todo el mundo con cierta sensibilidad artística, aquellos que buscan una experiencia estética, deberían contemplar. Creo que voy a permitir que quién quiera, venga a verme. Pagando una entrada, obviamente.

Se ruega llamar antes.


Leoncio López Ávarez


4 comentarios:

  1. ¿Vas a dar citas? Lo del cajón gitano me ha impresionado; la estampa merece la visita, seguro.
    Aunque a procrastinar, no me gana nadie.

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    1. Ante el reducido número de interesados en la contemplación de la hermosa estampa que ofrecía en plena procrastinación, opté por la entrada libre; no fue necesario aplicar el engorroso método de la "cita previa".
      Si no te gana nadie en la procrastinación, estarás de acuerdo con mi lema: no hagas hoy lo que puedes hacer mañana. Abrazo, anónimo procrastinador, el mundo será nuestro.

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  2. De todas las palabras que se ponen de moda, procrastinación es la que más mérito tiene. Porque es jodidamente difícil de pronunciar y de escribir. Si se ha impuesto pese a su dificultad sin duda es porque era muy necesaria.

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    1. muy cierto, es una palabra complicada, pero también lo es la mencionada "resiliencia". En la primera parece que sobra una R, y en resiliencia, parece que sobra la I. Yo creo que una de las razones para ponerse de moda, es que al ser complicadas, hace más culto a quien las pronuncia. Lo que no quita que también sea, como sabiamente dices, la necesidad, otra de las razones.
      ¿Nos hacemos expertos lingüistas? En caso afirmativo... efectivamente ¡mañana!

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