Somos animales de costumbres, al menos lo somos hasta que perdemos la costumbre. Yo antes siempre escribía un cuento de Navidad, por navidad casualmente, costumbre que inicié en el redondo año 2.000, pero mira tú por donde, desde el año pasado he dejado de hacerlo. ¿Por qué? por muchos motivos y el más importante es precisamente por falta de motivo. Me consta que no es necesario pues ahora si hay algo que realmente abunda son los cuentos de navidad, y de los otros ni te cuento.
No, ya no escribo cuentos de Navidad, pero no puedo abandonar la costumbre de tener costumbres, y desde el año 2015 tengo la de escribir sobre el nuevo año que entra, de modo que hay un artiblog sobre los años 2016, 2017, 2018, 2019 y 2020, que fueron años nuevos en su momento.
Los enlaces los pongo a continuación por si alguien siente nostalgia de aquellos momentos.
AÑO 2016 AÑO 2017 AÑO 2018 AÑO 2019 AÑO 2020
Este año, fiel a mi costumbre, también hablaré del esperado 2021.
Por cierto, cabe decir en este momento hasta qué punto me equivoqué con 2020, su pastelera madre...
2021 es el año de la esperanza. Esperanza suena de maravilla pero ojo con esta palabra porque tiene su peligro, un peligro enorme si nos tomamos al pie de la letra su significado.
Esperanza es el deseo de tener en el futuro algo que no tenemos en el presente, que ignoramos si lo llegaremos a tener, y que tenerlo no depende de nosotros. Aquí, en esta parte de la definición está su peligro, pensar que sólo la providencia la suerte o alguien muy listo nos puede proporcionar lo que necesitamos.
Así vamos de culo. Más vale que pensemos que nosotros SÍ podemos hacer algo para conseguir lo anhelado, podemos y debemos; tenemos que ser conscientes de que con la vacuna no es suficiente. Ese gran remedio que viene del cielo en el que hemos depositado nuestras esperanzas no nos librará de nada si no aportamos nosotros la parte que nos corresponde.
No voy a insistir en qué consiste esa parte, ya somos todos mayorcitos y lo sabemos de sobra. Así que me callo y os deseo a todos de corazón un año 2021 que nos devuelva, dentro de lo que esté a su alcance, todo lo que su predecesor nos quitó.
Esperanza sí, pero poniendo de nuestra parte lo que nos corresponde.
Que sea. Gracias Joaquín, feliz 2021
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo contigo.Tenemos que poner bastante de nuestra parte Aunque la esperanza sea lo último que se pierda .
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