Estamos en una época del año en que todo es
diferente. La forma de comer, de beber, de quedar con amigos, de salir, de
comprar, de hacernos regalos... todo cambia y tanto cambia que hasta cambia el
mismo año.
También es una época de jugar a la lotería, ya hemos
pasado el sorteo del 22 y ahora viene el del Niño. Las mismas colas frente a
Doña Manolita para elegir un número y el mismo trasiego de participaciones y
décimos compartidos. Cada cual tiene sus supersticiones y elige la terminación
encomendándose a su favorito. Por lo visto la más demandada es en siete, y
después del siete se busca que termine en cinco. Quizá, en el primer caso,
porque el siete es un número bíblico, el día del descanso del Creador, siete es
un número de perfección y de espiritualidad; el cinco... se busca el cinco por
todo lo contario, por su rima vulgar que todo el mundo repite incansablemente
como si se le acabara de ocurrir. El cero también tiene grandes defensores.
Así es la lotería, pensamos que nuestro número de la
suerte tiene más probabilidades de salir por la espita del bombo que el resto
de los números y lo pedimos con injustificada esperanza.
Con el cambio del año
sin embargo, no hay elección posible: a todos nos toca la misma terminación. El
mismo número con la misma terminación, sin posibilidad de elección y sin
discusión. A unos les traerá buena suerte y otros encontrarán lo contrario, qué
le vamos a hacer.
Este año, la terminación toca en nueve. En
numerología representa la sabiduría. En el Tarot, el arcano 9 es el ermitaño
que busca precisamente eso, sabiduría. Yo todo lo que puedo decir a cerca del nueve es que en
sistema binario, se escribe 1001, precioso.
En fin, a todos nos ha tocado este número, esperemos
que a todos nos traiga suerte y que sea un año que al menos nos toque el
reintegro.
¡FELIZ 2019, AMIGOS!
Feliz año, viejo jamelgo. Ah, y agárramela que se me mueve.
ResponderEliminarjajajajaja, feliz año nuevo negrata.
Eliminarasí te toda siempre el reintegro. Feliz año Joaquín ;-))
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