El hombre es el único animal que tropieza dos veces
en la misma piedra, dicen, pero no es cierto, la mayoría de los animales lo
hacen. Las golondrinas, por ejemplo, las que yo conozco, este año han cometido
el mismo error que el año pasado: anidar en un lugar peligroso para ellas,
peligroso porque está rodeado de niños. Otra vez he encontrado su nido
destrozado bajo mi ventana y al lado un palo, el arma homicida empleada por las
bestias alevines. Ya lo hicieron el año pasado y yo les reprendí severamente,
sus padres supongo que no, porque a fin de cuentas qué importancia tiene un
nido de golondrinas cuando lo único importante que hay es que los niños disfruten. A su manera, y su manera
muy a menudo es destructiva. También hay niños que lo último que se les pasa
por la cabeza cuando ven indefensos animalitos es torturarlos, yo fui de esos,
pero la posibilidad de que su naturaleza los empuje a hacer daño, existe, y los
padres deberían estar alerta ante estas conductas. Parecerá una tontería pero no lo es en absoluto, y de la
misma forma que se les enseña las capitales de Europa y los ríos de África,
habría que decirles cuando se les pilla tirando piedras a un gato o a un nido
de pájaros, que eso no se hace. Habría que actuar al primer indicio de falta de
sensibilidad, diría yo. Recuerdo que de pequeño fui sorprendido por mi madre
cuando me lo estaba pasando bomba quemando hormigas con una lupa. Mi madre
simplemente me preguntó, por qué hacía eso, nada más. Fue suficiente: lo pensé,
no encontré ninguna explicación buena y dejé de hacerlo. Creo que a partir de
ese momento, por el simple hecho de no encontrar una buena respuesta a la
pregunta de por qué estaba matando, aunque la víctima fuera una simple hormiga,
sin sacar ningún beneficio con su muerte (evitar que me coma, comérmela yo,
controlar una plaga...), me
convertí en un acérrimo defensor de la vida animal. Y aquí sigo, poniéndome
hecho un animal cada vez que observo que hay niños a los que nadie les ha
preguntado por qué destruyen los nidos de unos pájaros.
Esas cosas también hay que enseñarlas, en serio.
ESPERO QUE EL AÑO QUE VIENE
NO TENGA QUE REPETIRLO.
Tendrás que repetirlo, porque dudo de que las crías de salvajes y sus progenitores lean tu blog, si es que saben leer.
ResponderEliminartristemente tienes razón, Francisco. El año que viene por estas fechas volveré a insistir...
Eliminar, Karate es mejor que Judo, tienes razón, será la única forma de enfrentarme con seguridad de ganar a ese pequeño cabroncete . ;-))) Gracias Joaquín por tu imprescindible consejo
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