viernes, 19 de enero de 2018

Pequeñeces







Me tomé unas minivacaciones y me fui a una pequeña isla de Micronesia, con tan mala suerte que me atacó un microbio o algún microorganismo de esos que se dan en los microclimas exóticos. También pudo ser  un insecto microcéfalo. 
Calenté un vaso de leche en el microondas  y me lo tomé con una aspirina que micronicé para poder tragarla. Creo que me pasé, pues los trozos eran microscópicos. 
Decidí grabar mis últimas voluntades por si me pasaba algo, con el mismo micrófono del teléfono, gracias a los microprocesadores elaborados por Microsoft. Puse un microsurco antiguo para ambientarme, y vi como pasaba mi vida por delante de mis ojos como si fuera un microfilm. Entonces decidí escribirla. Con un microrrelato fue suficiente.

Ahora sé que he llegado al máximo.








9 comentarios:

  1. Un relato muy adecuado para leerlo durante un breve desplazamiento en microbús.

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  2. Nos has trasladado a un interesante microcosmos. Gracias.

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    1. gracias a ti, inmensamente agradecido por tu comentario Molina de Tirso

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  3. jajaja, muy buen remate. Gracias joaquín ;.))

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  4. Lo lei en este fin de semana. Super y no digo mas

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    1. muchas gracias por leerlo y muchas gracias por decir lo que te pareció.

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