Me duele la cabeza, también la garganta, empiezo a
notar que algo terrible le va a pasar a mis rodillas, los ojos están
enrojecidos y si no fuera porque llevo permanentemente barba, ahora tendría
barba de vagabundo. Soy un firme defensor de la utilización abusiva de todo
tipo de fármacos cuando las cosas no vienen bien y ahora vienen muy mal, de
modo que he tomado tal cantidad de pastillas y brebajes que terminan en “col”,
y empiezan por “grip”, “rin” y “angil” , que estoy completamente sonado. Bueno,
eso es un decir; no voy a contar nada de lo que pasa por mis narices porque
eliminaría cualquier posibilidad de recuperarme algún día de la imagen tan
patética que estoy dando en estos momentos. Pero no quiero engañar a nadie, así
es cómo me encuentro y mi aspecto es algo peor del que he descrito.
Ayer estaba fenomenal, pero hoy… veo alejarse la
orilla y que mis esfuerzos por alcanzarla cada vez resultan más inútiles.
Sea lo que sea lo que me afecta, trancazo, lo llama
mi famoso vecino, lo cogí ayer, precisamente en la reunión anual de mi
comunidad de vecinos. ¿Existe una forma más estúpida de caer enfermo, y
probablemente morir, que por haber asistido a una reunión de vecinos? Está
comprobado que estas reuniones no valen absolutamente para nada, salvo para
constatar que el que siempre nos había parecido un imbécil, efectivamente lo
es, y para ser testigo de enfrentamientos entre personas que habitualmente dan
el pego y parecen amables y educadas. En una reunión de vecinos llega un
momento en que todo el mundo habla al mismo tiempo, otro en que se repite lo
que ya se ha dicho, más tarde alguien se queja de algo que no aparece en el
orden del día y el administrador le lee un artículo de la Ley de la Propiedad Horizontal
para que se calle, pero naturalmente él no se calla y saca otro viejo asunto
sobre el que quejarse que tampoco aparece en el orden del día, y yo mientras
tanto cogiendo un terrible
trancazo. Las reuniones de vecinos, salvo para eso, para morirse, no sirven para
nada. Uno puede elegir entre morirse de tedio, o como yo, de un trancazo, pero
es muy difícil salir vivo.
Yo creo que con tener una en toda la vida, para saber
de qué van, sería más que suficiente pues en nada se diferencian entre sí.
Incluso, si se celebrara una única reunión de vecinos para cada ciudad y luego
se mandara a todos sus habitantes copias de las resoluciones adoptadas, tendría
los mismos efectos. Lo más gracioso es que aún sabiendo todo esto, yo asisto
cada año puntualmente a la reunión de mi comunidad lo que demuestra que no
necesito estar enfermo para dejar claro que soy un imbécil. Pero este año he
conseguido llegar más lejos en mi grado de subnormalidad, y mi voto en contra
fue decisivo para rechazar la última propuesta, que no era otra que dotar de
calefacción al cuarto de las bicicletas que es donde celebramos nuestras
reuniones de vecinos.
Lo pagaré caro, lo sé.
es una pena lo de tu salud, pero me he reido mogollón por favor no dejes de asistir a la del año que viene y nos la cuentas
ResponderEliminarvale, lo haré por ti, pero de momento ésta me ha costado tres días de no salir de debajo de medio metro de mantas.
EliminarHace unos tres años que no asisto a una reunión de vecinos, pero, por lo que veo, se siguen desarrollando de la misma forma. Ya sabía yo que algo bueno debía de tener un horario laboral de tarde/noche...
ResponderEliminarsi conservas las actas de la reunión que tuviste hace tres años, te valen para la última.
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