Hay días que solo traen disgustos, y últimamente cada
vez son más los que tienen algo que ver con mi ordenador, con Internet, o con
el correo electrónico. Quién me iba a decir a mí, que me iba a llevar un
berrinche por peder mi lista de correo, pero sobre todo, quién me iba a decir a
mí que yo iba a tener una lista de correo ¿Una lista de correo?, pero si hasta
el nombre parece algo relacionado con algún negociado dentro de la maquinaria
burocrática que entorpece el fluir de la vida. Bien, pues resulta que sí, que
yo tengo (tenía, de ahí el disgustazo) una numerosa lista de correo y que ahora
echo de menos como si con ella hubiera perdido también a una buena parte de mis
amigos, clientes y proveedores. Y me temo que es así. Lo siento sobre todo por
los clientes, que ahora van a pensar que no los escribo debido a que no me
pagan.
Pero lo que más me encorajina es que he perdido mi
valiosa lista sin que haya mediado una mala praxis, por decirlo de forma que
parezca que incluso en el caso de haber sido metedura de pata mía, en el fondo
la culpa era de otro. Yo no he hecho absolutamente nada, no he vertido una
cocacola por el teclado (nunca me ha gustado la cocacola, así que
dificilmente), ni he aporreado la pantalla… nada, mi ordenador siempre es
tratado con excesivo mimo, consecuencia de un excesivo respeto y temor.
Esta mañana, sencillamente lo he conectado como
siempre hago, después de dedicarle unas dulces palabras de sumisión, y a la
hora de comprobar mi correo, nastis monastis. El administrador del mismo (Entourage,
ojo a los que también lo tengáis) ha decidido que estaba harto de traerme
noticias y de mandar otras, así que cada vez que intento acceder a él,
incluyendo mi añorada lista de correo, se bloquea sin darme ninguna opción. He
hablado con mi socio y sin embargo amigo, que de esto sabe un montón y con la
frialdad de los que saben que saben más que el resto, me ha dicho que me
despida de todo lo que había en mi administrador de correo. Por lo visto,
Entourage está descontinuado (vaya palabra para referirse a algo) y que una vez
que falla, ya es irrecuperable. Perfecto. Adios, bay, bay, au revoir, ciao,
agur, no sé cuántos años de relaciones a la basura.
Al menos podía haberme enviado un último email como
despedida.
somos victimas de la misma felonia. A me sucedio lo mismo con Entourage hace un mes. Mire en Internet para ver como lo podia solucionar y lo unico que aparece con la palabra Entourage es una serie de TV que ni siquiera he visto ni un capitulo.
ResponderEliminarPodemos organizar una plataforma de ciudadanos afectados por la desconsideración de nuestro servidor de correo. Fuera de bromas, el trastorno es inmenso, pues yo además tenía distintas carpetas con correos recibidos y enviados, precisamente los más importantes, a las que ya no puedo acceder. El estropicio es inconmensurable.
ResponderEliminarEsta clase de trastornos llegan así, sin avisar. Porque si supiéramos que son posibles haríamos algo para prevenirlos. Pero esta clase de sucesos no son más traumáticos de lo que pueda significar una mudanza precipitada, en la que siempre se pierde algo por el camino.
ResponderEliminarY yo no me preocuparía demasiado. Hoy en día, en un mundo invadido por incontables cacharros con los que comunicarse, lo realmente complicado es no encontrar a alguien o evitar que te encuentren.
Eso sí, lo de no mandar ni un triste aviso es, como mínimo, para desviar la mirada con desprecio cuando, por casualidad, te cruces con uno de esos administradores. O cagarse en su puta madre, tu eliges.
pues ya que me das a elegir, me quedo con la última opción.
EliminarNo me acojonéis que yo también uso Entourage y padezco sucesos paranormales que para sí los quisiera Cuarto Milenio, emails que aparecen y desaparecen que vuelan, sin hilos, de una carpeta a otra…
ResponderEliminarHe llegado a pensar que soy sonámbulo y que me levanto por las noches para mortificarme a mí mismo por algún pecado inconfesable que se me ha borrado de mi memoria (todos somos cerdos y unos).
Aunque no os lo creeréis me compré una cámara de vigilancia intensiva para ver si era yo o algún otro djinn o alguien que me quiere volver loco sin reparar en cómo tengo el cerebro, sin reparación posible. Ese sí que es un disco duro pa trapos
Así que veré a ver qué hago, ¿me recomendáis algún otro programa de correo fiable al que intentar emigrar, cual joven español antes de que esto se me hunda?
pues ya sabes que cuando las barbas de tu vecino veas pelar... las mías están rasuradas al cero.
EliminarYo ahora me he descargado Thunderbird, más que nada porque tiene un nombre molón. Hasta le fecha, sin quejas.