Estoy leyendo la vida de Mahoma, así, por encima, sin
profundizar demasiado pero atento a cualquier detalle que me pueda dar la clave
del exitazo de su religión. No olvidemos que el islam fue un invento suyo, pues
hasta entonces, las religiones que había donde él nació y creció eran el
cristianismo, el judaísmo y otros
cultos de escasa importancia dedicados a dioses menores que no llegaron a tener
ninguna trascendencia. No cito los nombres para no ponerme pedante, y además no
tiene ningún mérito pues lo acabo de leer. El caso, como todo el mundo sabe, es
que en poco más de cien años, la religión inventada por Mahoma se extendió como
la mala hierba (Alá sepa perdonarme la comparación), llegando por un lado hasta
los Pirineos pasando por África y por el otro lado hasta la India pasando por
donde proceda. Pero no hay éxito sin trabajo y Mahoma se lo curró de lo lindo,
tanto que al principio fue perseguido a muerte. No voy a profundizar en cómo
fue la cosa, pues como ya he dicho antes, no me las quiero dar de listillo
cuando la verdad es que no solo acabo de leer todos los detalles, sino que
además tengo el libro delante. El caso es que se querían cargar al muchacho.
¿Por qué? La respuesta es muy sencilla: porque era una molestia para los
poderosos. Mahoma empezó a predicar contra la riqueza (nada original, ya lo
sabemos), y su mensaje era contrario a los grupos de poder de La Meca y ponía
en entredicho la acumulación de riqueza en unos pocos y la miseria en unos
muchos. Ya está, ahí está el secreto de su éxito, lo mismo pasó con el
cristianismo, con Guillermo Tell o Robin Hood que siempre los confundo, y con
muchos otros casos de apoyo al débil oponiéndose al fuerte a costa incluso de
la propia vida del héroe.
Las batallas libradas contra la injusticia siempre
son batallas desiguales donde el bando que oprime cuenta con la fuerza de las
armas, y el otro con la fuerza que proporciona la indignación. Pocas veces,
salvo en las películas, ganan los buenos, y cuando ganan, una vez en el poder,
quedan tan fascinados por los encantos de saberse los dueños, que acaban
volviéndose malos (a veces, peores que sus predecesores). Ya sabemos que una
cosa son los principios y otra muy distinta mantenerlos hasta el final.
Pero lo realmente espantoso, lo peor que puede suceder,
es cuando no es necesario que pase nada de tiempo para que los buenos se
conviertan en malos. Esto ocurre cuando el bando salvador es ya una amenaza
para la libertad de los salvados. En este caso no hay esperanza y a los
salvados solo les queda huir del país, despojados de todo, hasta de la ilusión
por un futuro mejor que saben que no van a tener, y con sus hijos tan inocentes
como ellos mismos pero con más tiempo por delante para sufrir.
Eso está sucediendo en Siria y nadie puede poner
remedio. Vaya mierda de mundo.
(el número de refugiados sirios en los países vecinos
pasa ya de los DOS millones de personas, y más de la mitad son niños. ¿Cuántos
de estos niños irán a la escuela?)
Llegaron los sarracenos
ResponderEliminary nos molieron a palos,
que dios ayuda a los malos
cuando son más que los buenos.
Sabia copla popular. No estoy muy de acuerdo con eso de que el islam triunfara por su apoyo a los pobres. En vez de aportar datos que sacaría de un libro, te recomiendo el libro: "Por qué no soy musulmán", de Ibn Warraq. Es una visión muy desmitificadora de Mahoma y de la trola, digo religión, que copió, digo inventó. En cualquier caso, recuerda que el cristianismo no prosperó a lo bestia hasta que los poderosos (los romanos) lo adoptaron.
ese no es el punto. Get to the point, que diría nuestra bilingüe alcaldesa. Anónimo, however has focused better.
Eliminarah, se me olvidaba: la copla que pones desde luego es sabia sabia, parece que dios de fija mucho en el número. Un demócrata al fin y al cabo (un día me la tienes que cantar).
EliminarLo de Siria es una verguenza, como otros casos que se han dado y se seguirán dando.
ResponderEliminarlo terrible es que se sigan dando, sí.
EliminarPor Alá, por Dios, por las armas de destrucción masiva... cualquier excusa es buena para montar un buen follón. Y todo para disputarse el poder; ese poder que no catarán ni los soldados (Bueno, algún alto mando puede que sí), ni los habitantes. Y eso que son los que sufren en primera persona las salvajadas de una guerra.
ResponderEliminarYo juntaba a los cabecillas de los dos bandos y los retaba a matarse entre ellos para desencallar el conflicto. Igual nos llevamos una sorpresa y, ante la posibilidad de palmarla, llegan a un acuerdo más rápido de lo que pensamos.
esa es una idea que siempre he tenido: las guerras deberían librarse solo entre los cabecillas, un máximo de veinte personas por bando. Así evitaríamos además que hubiera odios ancestrales entre poblaciones enormes, tan solo las familias de los 20 afectados.
Eliminarvolver a los combates singulares, tipo David y Goliat, buenas costumbres que se han ido perdiendo.
EliminarEl último rey que propuso algo así fue nuestro Carlos V a Francisco I, rey de Francia, pero éste último declinó la caballerosa invitación, tipo listo
y parece que lo ´unico que les preocupa es que se han utilizado un tipo de armas determinadas, como si las convencionales no mataran exactamente igual. Te bombardean con 5000 toneladas de dinamita y eso es aceptable, pero si lo hacen con bombas quimicas, todo el mundo se escandaliza y piensan en invadir a la fuerza y liarse a mamporros para acabar con esa locura...¿¿¿???
ResponderEliminarsupongo que se debe a cuestiones filosóficas. Dirigir una bomba a un determinado objetivo tiene unas consideraciones morales diferentes a dejarla caer en un punto concreto y a partir de ahí que su efecto letal se extienda indiscriminadamente en un radio de acción bastante amplio. Claro que al que le pilla un morterazo por ejemplo, poco consuelo tiene saber que ha sido una bomba moralmente más asumible que otra.
Eliminartienes razón con estas hipocresías.
EliminarEs como cuando cuentan como mucho más horribles las muertes de mujeres y niños, como si los hombres y los soldados no sufrieran y amaran o sintieran como los demás. Como si esas muertes no tuvieran importancia o merecieran ninguna consideración.
Pues a mí sí me parece que la increíble expansión, tipo blitzkrieg alemana, del Islam se debe a que se ganaban el apoyo casi inmediato de las poblaciones locales. Entre otras cosas por uno de los pilares del Islam: la limosna y protección de los débiles y desheredados. Y en aquellos primeros años, por un respeto casi exquisito a las poblaciones y costumbres locales, incluso a las otras religiones.
ResponderEliminarHay un libro estupendo, escrito por un cristiano libanés, Amin Malouf, sobre actuaciones de moros y cristianos: Las Cruzadas vistas por los Árabes (verdaderamente recomendable para ver y comprender la historia de forma distinta a como nos la han contado)
Y, desgraciadamente, es la religión que sigue expandiéndose por el mundo.
En Burkina, después de 50 años de independencia ha aumentado la proporción en más de un 15 %...
Tengo el libro que dices de Las Cruzadas Contadas por los Árabes, y lo leí hace tiempo (a su vez se lo compraron varios amigos míos cuando les hablé de él). Es la historia contada desde el otro lado y efectivamente es revelador. Sí, la estrategia para llegar más lejos, no era liarse a mandoblazos (no solo, al menos, tipo Alejandro Magno), sino negociando, de modo que muchos de los pueblos por los que pasaban se convertían a su vez al Islam y seguían el grueso de los que iniciaron la expansión. Algo así como las bolitas de mercurio que se van juntando para formar una cada vez más gorda. De hecho, a la península ibérica los que llegaron eran la mayor parte tribus nómadas del norte de África, bereberes y otras. También en la península la reconquista no fue como nos la contaron en el cole. El Cid, por ejemplo fue aliado en varias ocasiones de los moros a los que también combatió. Y distintos reyes peninsulares tenían alianzas con los ejércitos musulmanes para luchar juntos contra sus hermanos que les disputaban el trono. No tengo ganas de buscarlo ahora, pero leí un libro sobre la verdad de la reconquista española donde entra en detalles de todas estas alianzas entre cristianos y musulmanes. Sorprende al lector despistado. Ahora, si podemos decir que han cambiado la estrategia y están pelín burros.
Eliminareso es verdad, de la tolerancia de los primeros años al integrismo (en general) actual hay un abismo.
ResponderEliminarPorque entonces los integristas eran los cristianos y los liberales los musulmanes, cosas veredes
Según los historiadores, y según la propia tradición árabe, los métodos conciliadores y diplomáticos de Mahoma se acabaron en cuanto se instaló en Medina, para ser inmediatamente sustituidos por el asesinato político y las masacres (como la de los judíos del 627). Y también por el puro y duro bandidaje, por cierto. A partir de Medina, el Islam se impuso básicamente por la fuerza. Para constatar su naturaleza esencialmente belicosa, basta con echarle un vistazo a ciertas suras, como la 9:123, la 2:190 o la 2:217.
ResponderEliminarAsí que no es ni remotamente cierta esa creencia de que el Islam fue una religión tolerante hasta que, no hace mucho, se radicalizó. El Islam siempre ha sido una religión totalitaria, como el cristianismo. O cualquier monoteísmo, si vamos a eso.
No hay más dios que Ala.
EliminarMahoma es el profeta de Alá.
Lo único que hace falta para convertirse al Islam es recitar estas dos frases en presencia de dos testigos.
Es la religión que menos se exige para admitir nuevos fieles. De modo que si llegan a tu casa un grupo de tipos malencarados con alfanjes chorreantes de sangre y te dan a elegir entre seguir su religión o bien… y te hacen el gesto universal de que alguien va a acabar con la cabeza lejos de los hombros, o te has creído de verdad toda esa milonga de que los mártires van al cielo, o sin dudarlo les besas las babuchas al grito de Alá es grande. Yo, desde luego, lo haría sin pensármelo dos veces. Pues bien, como yo, había mogollón de cobardes por los sitios por donde pasaban los musulmanes.
También hay asuras en nombre de Dios, el clemente, el misericordioso, el perdonador, en los que se leen textos muy parecidos a los que describen a Javéh.
¿Qué es el Islam?, es el título de un libro de Chris Horrie y Peter Chippindale, que revela muchas cosas desconocidas sobre esta religión y cuyo contenido excede a lo que se puede debatir en este modesto espacio, por lo que yo creo que lo mejor es continuar con la agradable charla compartiendo cocktailes exóticos. Para que también pueda acudir Félix, podíamos quedar en un punto intermedio entre Burkina Faso y Madrid. Miraré a ver por donde cae Burkina Faso exactamente para no favorecer a nadie diciendo un sitio a boleo.
Besotes a los dos.