martes, 15 de enero de 2013

Reciclaje




Lo del reciclaje tiene su historia. Corta, porque antes nadie reciclaba, ni siquiera los ecologistas, más que nada porque no existían. Ahora, en cambio, cada vez reciclamos más cosas: papel, vidrio, pilas, aceite, bombillas, envases de latón, envases de plástico, envases de cartón, madera,… todo cosas inútiles, porque las importantes, las que cuestan dinero, esas no se reciclan, directamente las tiramos a los pocos meses de haberlas comprado. Es más rápido y barato comprar una impresora nueva que cambiarle los cartuchos de tinta y si se nos estropea cualquier electrodoméstico, a nadie se le ocurre intentar repararlo. Ahora, por donde fallan todos es por la fuente de alimentación, que nadie sabe exactamente a qué se refieren con eso de la fuente de alimentación. ¿El enchufe? ¿Tengo que tirar a la basura el ordenador que compré el año pasado porque le falla el enchufe? Estamos como auténticas cabras.  Llenamos nuestras cocinas, que ya ni nos queda espacio para cocinar, con un montón de cubos de basura de distintos colores  para no equivocarnos a la hora de reciclar diferentes porquerías, y luego asumimos  como corderitos que la televisión home cinema no tiene arreglo porque falla la fuente de alimentación (es decir, el enchufe o algo parecido) y cuesta más cambiarla (repararla es imposible) que la misma televisión. Pues vaya. Para empezar no me lo creo.
Que conste que no estoy en contra de reciclar, todo lo contrario, pero con criterio, no a lo tonto. Por ejemplo, podíamos reciclar expresidentes de gobierno antes de que se les ocurra a ellos por si mismos cómo darse otra aplicación. Incluso, en algunos casos podíamos reciclarlos antes de que lleguen a ser ex.
A mí se me ocurre que también se podían reciclar otras cosas que tienen mucho más valor que un expresidente, o presidente aún en funciones. Por ejemplo, las últimas navidades yo las podía reciclar y usarlas como vacaciones de semana santa, a ver si me salen mejor. También podíamos reciclar esa típica tarde que echamos a perder sin hacer nada interesante, y usarla como una hermosa mañana de primavera para salir al campo a corretear como una vaca. O a la vaca misma; cogemos y la reciclamos en un amigo, o mejor aún, en una pareja estable (las vacas son extremadamente cariñosas). Claro, que a ver dónde ponemos un cubo para reciclar vacas, y sobre todo, de qué color sería el cubo, porque ya no quedan.
No se, hay muchas cosas que podemos reciclar para contribuir a preservar el medio ambiente y conseguir un mundo más sostenible. Como todo, solo es cuestión de echarle imaginación.


10 comentarios:

  1. Tú si que le echas imaginación... Me encanta leerte.

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  2. Muchas gracias. Como puedes ver te he hecho caso y no tengo un día fijo para subir mis "entradas". Es un acicate (suena a fruta tropical) que te guste leer lo que escribo. Un besazo

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  3. Qué buena idea sería que nos pudiéramos reciclar así como tú dices. Si las personas que han fallado se pudieran reciclar en otras diferentes que lo hicieran bien, si un mal momento lo pudieramos cambiar en otro momento nuevo, sin estrrenar,... una relación, un amigo, ... qué bonito. Lástima que no exista nada más que el reciclaje de papel, vidrio y como tú dices, otras porquerías.

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    1. hay otras cosas que se reciclan y no son totalmente una porquería: las orugas se reciclan en mariposas...

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  4. No estoy muy de acuerdo en eso de reciclar todo, todo. No nos preocuparíamos en hacer las cosas bien, diríamos... "si sale mal, ya lo reciclaré". No sé, no sé. Esto es para pensarlo un poco más.

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    1. esa posibilidad la tienes en los ordenadores (corregir, tirar a la papelera y volver a empezar...), y siempre tratas de hacer las cosas bien a la primera, ¿no?, pero contar con que puedes cambiar algo, te da seguridad. Es como trabajar con red. En el caso de que seas trapecista o pescador.
      Y para seguir con tu siguiente comentario, es completamente cierto que me anima que me digas que te gusta lo que escribo. Tengo que cuidar a mi lectora, así que muchas gracias y ahorraré para hacerte un pequeño regalo, qué caramba. ¿Cuál es tu piedra preciosa de la suerte? Besotes

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  5. Me gusta lo del acicate o aguacate o fruta tropical que te anime a escribir para que a mí me guste leer lo que escribes. Es verdad que me gusta lo que escribes. Otro besazo.

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  6. No sé si será tu única lectora, pero lectores (ya sé que ponen menos burro, por experiencia) tienes unos cuantos.
    A mí me puedes contar por dos, por peso y volumen, y al grandullón, también salvo que se haya vuelto una sífilis...
    Aquí, en mi patria chica y negra no es que se recicla, es que se repara. Hay un porcentaje de McGivers por metro cuadrado que no te imaginas, me arreglaron un iPhone que se me ahogó y que en España me dijeron que a la basura y a comprar otro.
    Se lo di a mi cuñao negro y ya está funcionando.
    A mi también me gusta como escribes, aunque me gusta más cómo eres.
    Besazos sin tocamientos

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    1. ¿Cómo que sin tocamientos? ¡De eso nada! ¡yo quiero abrazos con tocamientos!

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  7. ¡Allá tú! Luego no digas que no quieres tu puntita de bolongo...

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