miércoles, 23 de enero de 2013

Harto de estar harto




Estar harto de algo me pone de muy mal humor con todo, y eso no está bien. Pagan justos por pecadores. Ayer sin ir más lejos, llamé escoria maloliente (en el buen sentido, eso sí), al perro de mi vecino porque le pillé levantando la pata sobre un arbusto de arizónicas. El suceso es revelador de mi estado de excitabilidad, sobre todo si tenemos en cuenta que los perros siempre me han caído fenomenal, mientras que no soporto a las arizónicas y nunca me ha parecido mal que alguien se mee en ellas.
Sí, ya se que todos estamos hartos, tan hartos que el hecho de reconocerlo ya nos produce hartazgo, como dice Serrat, pero yo, en mi modestia, voy a proponer una solución. Y la solución, una vez más, nos la ofrece la naturaleza por cortesía de la física, o al revés, pues una cosa nos lleva a la otra y la otra a la una, y aquí está precisamente el quid de la cuestión.
Me refiero a los procesos reversibles. Aunque todo el mundo, sin necesidad de saber nada de termodinámica, sabe qué es un proceso reversible, pues basta con conocer el significado de la palabra reversible, voy a fijar una definición para que no quepa ninguna duda: si haciendo A, consigo B, el proceso será reversible si haciendo B consigo A. De esta forma tan llana evitamos hablar de sucesivos (infinitos) estados de equilibrio, y lo que es mucho más lamentable, de incrementos de entropía, con lo que yo disfruto hablando de entropía en general y de sus incrementos en particular.
Pues bien, ya está, ésta es precisamente la solución a tanto hartazgo. Basta con darse cuenta de que tanto lo que nos produce enfado y depresión como lo que nos lleva a un estado de alegría y euforia,  son procesos reversibles. Es decir, y volviendo a la definición anteriormente convenida que la puse para usarla: si cuando estoy alegre, lo que hago de forma natural es cantar, reír, y corretear por el campo con los brazos extendidos haciendo el avión, lo que tengo que hacer nada más levantarme, es cantar, reír y salir a correr con los brazos extendidos haciendo el avión, pues todos estos gestos traerán como consecuencia inmediata, que yo me encuentre contento, alegre, eufórico y pletórico de energías. No es teoría, lo vengo haciendo desde hace varios días y la cosa funciona.
El perro de mi vecino ya puede mear tranquilo, y a su dueño, ya no le cabe ninguna duda de que me he vuelto loco. Seguramente. Confío en que sea reversible.


4 comentarios:

  1. Demasiada entropía encuentro hoy en tu relato... Y, reversible para mí son los abrigos, las mantas, en fin, las cosas que quedan igual puestas de un lado que de otro. Pero los procesos en la naturaleza no son reversibles ya que siempre hay elementos que tienden a romper el equilibrio. No hay más que mirar para un lado y para otro para comprobar eso que te digo.
    Pero si me gusta y voy a practicar lo que tú haces, sobre todo lo de correr con los brazos extendidos haciendo el avión, así, nada más levantarme. Me acordaré de ti cuando lo haga. Besos.

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    1. Si, pruébalo. Aunque parezca una chufla, hay estudios realizados en la universidad de vete a saber dónde, que demuestran que la realización de los efectos de las emociones, pueden provocarlas (hasta cierto punto). De hecho, muchos charlatanes... perdón, muchos profesionales del coaching, recomiendan a sus pupilos ejecutivos que si tienen una negociación dura, previamente practiquen en un lugar apartado, gestos impulsivos, gritos, euforia y todo tipo de praparaciones agresivillas para luego resultar implacables en la reunión. En cambio, a los jugadores de tenis, los preparan con ejercicios de relajación para que en el partido se tomen las cosas con reflexiva calma y no se aturullen. Fíjate en Federer.
      En lo que a nosotros nos concierne, yo creo que es suficiente con sonreír y tratar de ver las cosas desde el mejor punto de vista posible. Por intentarlo... Besotes

      P.S. como ejemplo te diré que esta es la segunda vez que escribo esta respuesta, pues desapareció misteriosamente lo que he escrito hace 8 minutos, y eso da una rabia incríeble. Antes, cuando me sucedía este problemilla, solía destrozar algo contra el suelo, sin embargo ahora, me he tomado la cosa con mucha calma, MALDITA SEA, ESPERO QUE NO VUELVA A SUCEDER O COGERÉ UN ABRELATAS Y DESTRIPARÉ AL MALDITO ORDENADOR DE LAS NARICES.
      Dulces sueños.

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  2. ¿Correr con los brazos extendidos nada mas levantados...?
    Pero vosotros ¿dónde dormís?
    ¿Cuántos metros cuadrados tiene vuestro dormitorio?
    Yo me pongo a correr con los brazos extendidos en mi dormitorio y me paso el día gritando de los moratones que me haría en las manos.
    ¿No sería mejor seguir haciendo lo que hacíamos de jóvenes y aprovechar esas bonitas erecciones matutinas, si las hubiera o hubiese?

    No es mi caso, lamentablemente.

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    1. tienes que hacerlo en el jardín, claro. Iba a poner más cosas pero tengo que irme. Besotes

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