sábado, 1 de marzo de 2025

Alma 2.0




Quién tenga alguna duda de hasta qué punto son complicados los tiempos que vivimos, que intente sacarse el Certificado Digital. La primera pregunta que uno se hace, es ¿para qué sirve un Certificado Digital? La respuesta es obvia: para lo mismo que el sistema Cl@ve.

Intente obtener una de esas dos abstracciones, intente. Yo lo necesitaba como requisito imprescindible para comunicarme con la Diputación de Huelva, no vale el teléfono ni el email, y estuve una mañana entera dedicado en cuerpo y alma en conseguirlo. Y entonces se me ocurrió la tontería del día (todos los días se me ocurre una). 

Llegué a la conclusión de que tanto el Certificado Digital, como su versión no menos engorrosa, Cl@ve,  que sirven para lo mismo, son algo más de lo que lo que parecen. Son, atención, nuestra alma. 

Antes poseíamos un cuerpo material y un alma que era de naturaleza espiritual. Ahora, el cuerpo sigue siendo el mismo, pero nuestra alma ha trocado en un Certificado Digital. O en Cl@ve. 

La parte espiritual de la que algunos presumíamos, ha sido desalojada del espacio que ocupaba dentro de nosotros, y su lugar lo ha ocupado el Certificado Digital. O Cl@ve. De la misma manera que las taquillas donde íbamos a resolver asuntos con la Administración donde nos atendía un funcionario, han sido reemplazadas por un ordenador donde nos atendemos nosotros mismos. El ordenador es nuestro, que conste.

Ya no podemos movernos por el mundo sin tener un Certificado Digital, o Cl@ve, igual que antes no podíamos ir a ningún sitio sin nuestra alma. Quién no tenía alma, era un desalmado, y ahora quién no tiene Certificado Digital o Cl@ve también es un desalmado. Un desalmado 2.0, y para que se entere todo el mundo, ser un desalmado 2.0 trae peores consecuencias que ser un desalmado de los de antes, que las cosas como son, no tenía ninguna consecuencia. Se podía carecer de alma y hablar con la diputación de Huelva, algo que ahora es imposible si no tienes Certificado Digital. O Cl@ve.

En fin, os parecerá una tontería. En el fondo, a mí también.







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