martes, 9 de abril de 2024

Hito hito gorgorito





A los humanos nos encanta buscar hitos. Se da la circunstancia de que yo soy humano de modo que participo de esa afición. Eso sí, antes tuve que enterarme bien de qué era un hito. 

Lo primero que hay que tener claro es que los hitos, en la acepción "mojón", necesitan un ámbito o contexto de aplicación y conviene no mezclarlos. Sería una tontería decir, por ejemplo, que la aparición de la imprenta fue un hito en la escalada libre, pero todos tenemos claro que sí lo es en la difusión de la cultura. Pues así con todo. 

Buscamos hitos en todo lo que se nos ocurre: en la historia de la medicina, en la carrera espacial, en el automovilismo, hitos en el transporte, porque en este terreno cabe hablar de varios hitos. Esta es otra gracia que tienen los hitos, y es que a veces, como es tan difícil encontrar el auténtico hito que marcó un antes y un después, despachamos el asunto asumiendo que no hubo uno, sino que hubo varios hitos. Nos gustan los hitos pero no hasta el extremo de complicarnos la vida buscando al único, al indiscutido, porque eso exige demasiado trabajo de investigación. La cosa no da para tanto.

Esta afición de buscar hitos en todo lo que hacemos, nos lleva, al menos a mí me lleva, a buscar al gran Hito. Sí, con mayúsculas, el hito absoluto, el padre de todos los hitos, un hito que esté por encima de cualquier ámbito de actividad humana, que trascienda a todos y que sea independiente de cualquiera de ellos sin estar comprometido con ninguno en particular. El hitazo. 

Yo he encontrado uno que perfectamente puede marcar un antes y un después en la historia de la humanidad y que se puede aplicar a cualquier actividad que se nos ocurra. Está en pañales, acaba de nacer pero como el gran monstruo que es, ya, con apenas un añito, es una bestia descontrolada que no reconoce ni la madre que lo parió. Lo repito: es una bestia y está descontrolada. Da miedo, ¿verdad? Pues sí.

Me refiero a lo que genéricamente llamamos Inteligencia Artificial. También con mayúsculas. Aún no tenemos muy claro en qué punto nos encontramos pero todos sabemos que un día podemos recibir la llamada del rey de Inglaterra por videoconferencia,  diciéndonos que nos nombra obispo de Canterbury, y  que todo eso, que lo vemos tan real, con su corona, sus orejas, su voz y sus gestos displicentes, sea creado por un sencillo software de IA. ¿Es un monstruo o no? ¿Esta descontrolado o no? Pues ya está.

La IA acaba de nacer y la veremos aplicada en cada una da las cosas que ya tenían su propio hito específico. La veremos en medicina, en biología, en aeronáutica, en cultura, en artes gráficas, en escultura, en cine... en todo, porque esto no es un hito, es el Hito.

Mi amigo Marcos Carrasco, artista de corazón y pintor de profesión, me tiene al tanto de todos los nuevos softwares que existen para crear imágenes espectaculares a base de "prompts". Él hace locuras visuales simplemente introduciendo las órdenes oportunas en su programa. Todo lo que necesita, es saber cómo dar esas instrucciones. Ojo, y como ya he dicho antes, esto acaba de empezar.

Si queréis saber más sobre la IA aplicada a las artes, la ciencia y la tecnología, el próximo viernes, Marcos Carrasco y mis otros amigos del programa La Escóbula de la Brújula, estarán en Est-Art Space para contarlo.

Luego no digáis que no lo he dicho y que no sé qué.

Leoncio López Álvarez


Esta-Art es un lugar maravilloso, casi media hectárea dedicada al arte. En C/La Granja,4 de Alcobendas.




4 comentarios:

  1. Mis limitaciones personales, o sea las mías propias, para que me se entienda, no me dan para mirar más allá de mi propio ombligo, lo cual debo hacer ante el espejo dada el prominente pecho bajo que me aleja de los contactos interpersonales, o sea con otras personas y gente, excuso decir poder observar las partes de mi anatomía más bajas, digámoslo así.
    Estas y otras limitaciones, no sólo del sexo también del seso, me limitan a mirar más allá de mis hitos personales, o sea, para que se me entienda, los míos.
    Hitos que recuerde, cuando dejé de mearme en la cama, cuando me quitaron, ¡padres canallas!, el chupete, cuando aprendí a montar en bici, cuando se me vino arriba el miembro ante mi sorpresa y susto…, y así sucesivamente.
    No te voy a aburrir con una prolija relación, que a punto de llegar a los 70, en San Silvestre, me sacas casi un ano, los hitos se reducen al día que consigo no mearme encima o no caerme en el jardín.
    De hito en hito, como de oca en oca y ya no me meto un tiro porque no me toca.
    Pero llegará el día en que me tenga que meter el tiro de gracia. Deo gratias

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    1. Ay Félix Félix, cuántos hitos hemos pasado. El del chupete no lo recuerdo, ¿seguro que ya pasó?

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  2. Un muy buen comentario e introducción... A la tertulia.. Que parece muy interesante!!! Ánimo... Para mi es un hito glorioso... Que me queda largo... Por desgracia!!!
    Mucha suerte...

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    1. Muchas gracias querido anónimo, también te deseo mucha suerte.

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