Tengo gracia. Lo normal es decir que la gente tiene gracia, y como yo, si me miras de lejos, también soy gente, pues tengo gracia. ¿Por qué? Porque resulta que caigo en los mismos errores que todo el mundo.
Digo que no me gusta ir a Madrid en Navidad, y voy. Digo que no estoy dispuesto a comer marisco en estas fechas, y voy y lo compro pagando el doble que en un mes normal. ¿Que no me gusta formar parte de las celebraciones obligadas y programadas? Entonces no sé por qué acudo a cada reunión que me llaman.
En estas fechas, mi coherencia se viene abajo. Dejo de moverme por mis principios y me muevo por los principios de los demás. Me miro, y me digo "este no soy yo", alguien me ha cambiado. Pero parece que no me importara porque sigo actuando, con doblegada determinación, movido por los mismos estímulos que el resto del mundo. Y detesto cada uno de ellos, por si no ha quedado claro.
En Navidad dejo de ser yo, y me convierto en lo que esta sociedad espera que sea. Supongo que en eso consiste la magia de la Navidad, en transformar personas únicas en clones repetidos de un modelo estándar. Es un truco estupendo porque nadie se da cuenta de dónde está la trampa, y de todos modos, aunque te des cuenta, caes en ella.
Lo que no hago es poner Belén (para belenes está el momento) ni árbol ni espumillón. Todo el mundo tiene una línea roja, y los adornos es la mía. Pero de todo lo demás participo con entregada determinación.
Como ejemplo, me he hecho un propósito para el nuevo año. Pero no para mí, sino, quizá impregnado de este espíritu navideño, para los demás. Este es mi propósito:
propongo a todo el mundo que sea crítico con las noticias que le llegan, que no se crea todo lo que le mandan por las redes sociales y que opine utilizando la cabeza. Pero la suya, no la de otro. Como dijo Teócrito, los hombres libres tienen ideas y los sumisos tienen ideología. Y sobre todo, no os matéis demasiado.
Pues ya está dicho, más clásico no puedo ser. Si es que esto de las navidades tiene su coña...
Que dios te oiga, porque lo de pensar está muy olvidado.
ResponderEliminarAmén
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