Vivimos rodeados de sorprendentes inventos que
facilitan nuestra existencia sin darle ningún valor. Contemplamos logros
científicos que parecen de ciencia ficción como si eso fuera algo que se le
ocurre a cualquiera. No somos conscientes, porque no lo pensamos, de que todo
eso se debe a unos cuantos individuos la mar de inteligentes que encima,
trabajan muchísimo. Asumimos todos los avances técnicos como si se tratara de
lo más normal, algo a lo que tenemos derecho y que por tanto tiene que haber
alguien con la obligación de llevarlo a cabo. Si de repente nos enteráramos de
que han instalado en Barajas un teletransportador de materia para viajar a Marte sin tener
que pagar exceso de equipaje, todo lo que se nos ocurriría comentar es:
¡hombre, ya era hora!
Constantemente asistimos a nuevos logros a los que no
damos la importancia debida; cada vez la ciencia llega más lejos en sus
descubrimientos y cuando nos enteramos, ponemos cara de vaca y seguimos
pendientes de lo nuestro, que casi siempre es un partido de la Champions (vaya
un nombre más hortera). La medicina y la biología están en un punto en el que
ya se está hablando de la posibilidad de alcanzar los 120 años de vida y lo que
hacemos es refunfuñar y decir que
ya me contarás tú para qué queremos vivir tanto. No, claro, estaríamos mucho mejor palmando por término medio
a los cincuenta, dónde va a parar.
En general somos ingratos con quienes nos facilitan
la vida con su esfuerzo, sin embargo he de decir que yo no soy así; más al
contrario, cuando, por ejemplo, me enteré de que ya existe una maleta que te
sigue dócilmente como un caniche por donde vayas, por muy pesada que sea, me
hubiera gustado tener el teléfono de quién lo hizo posible para felicitarle por
la idea. Todos en algún momento necesitaremos esa maleta.
Pero… pero no siempre el invento fruto de los
conocimientos acumulados por algún cerebrín cuenta con mi aprobación. Sin ir
más lejos, las miles de horas empleadas en asegurar la reproducción asistida,
me parecen en su totalidad una pérdida de tiempo. La humanidad necesita una maleta que vaya
sola por los aeropuertos, eso está claro, pero ¿qué necesidad hay de extraer
óvulos y espermatozoides de las células madre de la piel cuando no se
encuentran donde deberían estar? ¿Acaso estamos en peligro de extinción? Si lo
que sobran son humanos, por favor…
Evitar que carguemos con las maletas está muy bien
pensado, pero hacernos cargar con más congéneres que a la larga lo único que
hacen es producir problemas, no está bien pensado.
Por favor, un poquito de seriedad a la hora de sacar
nuevos avances que nos afectan a todos, señores científicos.
¡me parece buenísimo! (cómo siempre colega)
ResponderEliminarme alegro de que te guste, colega. Gracias
EliminarMe gusta que tu acidez te siga docilmente como un caniche por cada tema que tratas.
ResponderEliminargracias y espero también que nunca se me revuelva ;-)))
EliminarBaja tolerancia a la frustración, es el mal de esta época.
ResponderEliminares verdad, la frustración se lleva muy mal y ciertamente cada vez peor, pues no aceptamos que las cosas no salgan exactamente como esperamos.
EliminarTengo un amigo que roba maletas por los aeropuertos. Yo ya le he dicho que esa no es una forma apropiada de ganarse la vida, pero me contesta que menos apropiado sería pasar hambre. En fin. Pero últimamente se le ve la mar de contento. Y es, precisamente, gracias a que las maletas circulan a dos metros de su dueño. Pero no vayas a pensar que su felicidad radica en la evidente comodidad a la hora de ejecutar el hurto, no. En ese aspecto nunca tuvo problemas. Está encantado porque antes desvalijaba las maletas y luego no sabía qué hacer con ellas. Eran una prueba del delito y no encontraba mercado dónde venderlas. En cambio ahora, una vez sustraído todo el contenido, las devuelve al aeropuerto para que puedan regresar a sus propietarios. Por eso, hoy en día, podemos ver manadas de maletas abarrotando el aeropuerto de Barcelona; circulando de punta a punta como gallinas descabezadas, a la búsqueda de sus dueños. Pero, claro, como él dice, "eso ya no es mi problema".
ResponderEliminarcasi me da más pena la maleta buscando a su dueño, que el dueño a quien se la ha afanado tu amigo ;-)))
ResponderEliminar