El hombre de trapo temía ser descubierto. En un lugar
donde todo el mundo era de cartón, ser de un material mucho mejor y más
resistente era una provocación. Más le valía pasar desapercibido. Pero sus
precauciones no le sirvieron de nada y un buen día fue descubierto por un grupo
de malencarados muchachos hechos con la peor calidad de papel maché. Le
persiguieron sin tregua, hasta que finalmente, agotados, se dieron por vencidos
y el hombre de trapo pudo escapar. En esta ocasión había salido airoso del trance,
pero nada le aseguraba que su fortuna se repitiera la próxima vez, así que
decidió huir a otro lugar.
-Un momento, un momento, creo que no tienes ni la menor idea de cómo vas
a continuar con este microrrelato.
-Ya, bueno, ¿y a ti qué te importa?
-¿Cómo que qué me importa? ¡Soy tu musa, imbécil!, ¡claro que me
importa! ¡Yo soy la responsable de la calidad de lo que escribes!
-Ah, sí, es que sin gafas no te había reconocido.
-Tú no usas gafas, lo sabes de sobra, lo que pasa es que nunca me ves.
-Ya estamos…
-Sí, vaya morro que tienes,… ¿bueno qué piensas hacer?
-Dímelo tú. A fin de cuentas eres mi musa, ¿no?, pues cúrratelo.
-De acuerdo, ¿qué te parece si el hombre de trapo llega a un lugar dónde
todo el mundo es de trapo como él, de modo que consigue vivir tranquilo?
- Ya, pero le falta algo, ¿no?. Así simplemente es superflat.
- ¡Superflat, oh, es superflat! ¡vaya expresión para alguien que se
supone que tiene un vocabulario de donde elegir la palabra más precisa! De
todas formas, tienes razón, la idea necesita algo más, algo que provoque,
interese, sorprenda o emocione…déjame pensar…. ¡Ya lo tengo!
-¿Sí?
-Verás, cuando por fin el hombre de trapo se establece en la ciudad
donde todos son de trapo, al cabo de no mucho tiempo aparece un hombre hecho de
un material mucho mejor, por ejemplo de plástico, ¿vale? ¿Entonces qué pasa?
-¡Que todos los hombres de trapo empiezan a perseguir al hombre de
plástico porque es de una calidad superior!
-¡Exacto! ¡y es precisamente nuestro hombre de trapo del principio quién
encabeza la persecución!
-Me parece una buena idea.
-Claro. Luego dirás que es tuya.
-¿Morreamos?
-Por supuesto.
Ja, ja, ja. Nunca había escuchado a una musa tan dicharachera. La mía es borde a más no poder. Cuando no se me ocurre nada me dice "¡Tonto!" y, como no hace el más mínimo esfuerzo en buscarme una buena contestación, me deja con la réplica en el aire. Ella siempre ha de ser quien suelte la última (y única) palabra. No en pocas ocasiones he acabado por darle la razón.
ResponderEliminarSí, yo he tenido mucha suerte con la mía. Lo malo es cuando te abandona: si es buena la echas mucho de menos.
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