No hay nada como la costumbre para dejar de apreciar
algo. Hoy día estamos acostumbrados a todo y por eso nada nos satisface, hasta
nos llega a cansar ser amados (el premio Nobel Hamsun decía que los seres
humanos nos hartamos del amor porque no soportamos lo que se presenta en
grandes porciones). En cambio, cuando teníamos la costumbre de no tener nada o
lo que es lo mismo, no teníamos nada por costumbre, todo nos llenaba de gozo.
Un niño, que aún no ha tenido tiempo a acostumbrarse a nada, todo le parece fantástico
y cualquier cosa le hace una ilusión enorme… hasta… hasta que se acostumbra a
ella.
Ahora están sucediendo cosas que son auténticas
barbaridades, pero como son tantas, ya nos hemos acostumbrado, y la inevitable
consecuencia es que hemos perdido el interés en ellas.
Ya nos da igual que fulanito (omito el nombre real de
fulanito porque estoy tan acostumbrado a él que le he cogido manía) haya
ganado vendiendo cuadros, treinta millones que justo el doble, sesenta. Y en
directo, nada de diferido.
Ahora, tenemos constancia de que somos espiados en
todo lo que hacemos, nuestras conversaciones, nuestros correos, nuestros
paseos, nuestras aficiones… y no nos llama la atención. El otro día escuché a
Obama diciendo que todo el mundo sabe que los espías existen, como diciendo
¿dónde está la sorpresa, imbécil? y que debemos saber que los espías lo que
hacen es espiar. Pues es verdad y más vale que nos acostumbremos.
Y el pobre Evo Morales, sin tener un rinconcito donde
aterrizar, incluso Francia, Italia y Portugal le negaron el permiso para sobrevolar su espacio aéreo (no se lo fuera a contaminar con ponchos), por si llevaba
escondido al exagente Snowden. Si no llega a parar en Canarias, se hubiera
caído en el mar, digo yo. Pero claro, estamos acostumbrados a guardar las
formas solo con presidentes altos, con traje impecable y sobre todo que tengan
mucho poder, y Morales por muy presidente que sea, no acojona a nadie. Los hay
en cambio que te dicen: como des asilo político a mi espía chivato, te vas a
enterar; y todo el mundo a obedecer. Y como de costumbre, sin rechistar.
Y para terminar haciendo un bucle, que tanto me
gusta, Obama, igual que Hamsun, citado al principio, también recibió el premio
Nobel. Uno por su obra literaria y el otro por haber ganado unas elecciones.
¿No deberían haberle exigido algo más?
A mi entender las barbaridades se han hecho siempre. La única diferencia es que nos parece que las que se hacían en otras épocas, imperios o edades (o como sea que se llamen), no nos pertenecen. Pero las animaladas que se hicieron en la Edad Media, Imperio Romano o incluso las de principios de siglo XX son innatas al ser humano. ¿Por qué creemos que vivir en una democracia occidental, en el siglo XXI, nos hace mejores que los habitantes de épocas pasadas?. Anteriores civilizaciones han tenido sus años de bonanza y, más tarde o más temprano, han acabado colapsando y desapareciendo. Igual pasará con esta.
ResponderEliminarSi algo ha demostrado la historia es que el hombre siempre se mueve por las mismas motivaciones y esto, actualmente, tampoco ha cambiado. La ciencia avanza porque su método es el ensayo y error, pero la civilización sigue igual porque el suyo es error y error y volver a repetir el error. ¿Cuando seremos capaces de poner al frente de nuestros designios a los más capacitados?¿Han de seguir gobernando vendedores de humo (políticos), dinastías interminables (reyes) o asesinos (dictadores)?
Pues sí, para que nos vamos a engañar. Y no nos sorprenderá. Porque, como bien dices, estamos acostumbrados.
Es verdad, de hecho, no es cierto que el ser humano acabe aborreciendo todo lo que se le presenta en abundancia, pues cuando lo abundante es el poder/dinero, no hay cansancio.
EliminarSupongo q es sinónimo al conformismo o falta de reacción por falta de alternativas... hasta q la sangre llegue al río.
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Eliminarsí, perdona, no sé qué he hecho que he borrado mi contestación. Son las consecuencias de ser un experto metepatas en asuntos de ordenadores. Lo que te había dicho es que tienes razón y ponía como ejemplo a Egipto. Ya sabes que es imposible escribir dos veces el mismo texto, pero más o menos era eso.
EliminarGracias por tu comentario y disculpa mi torpeza.
ya hasta se producen levantamientos contra las democracias (la ferrea democracia) y uno ya no sabe. Me refiero a lo de Egipto que quieras que no es un golpe militar contra un gobierno que sacó mayoría, lo mismo que pasó en España en el 36.
ResponderEliminarY no solo España. Hay muchos ejemplos de levantamientos contra democracias. No soy un experto, pero debe haber más que levantamientos contra dictaduras, por una simple cuestión de escrúpulos y límites legales a la hora de ejercer el poder.
EliminarEs más lógico un levantamiento o golpe de estado contra una democracia. Un dictador o una dinastía suelen ser militares que controlan el ejercito y es más complicado que se subleven a su superior. En una democracia los gobernantes no acostumbran a ser militares y son 2 organismos independientes que pueden "discrepar". Y para que un levantamiento o golpe de estado acabe en éxito se precisa un ejercito. Aunque tampoco soy ningún experto.
EliminarPues sin duda es lo que dices. Imagínate si además el gobernante es también la máxima autoridad religiosa. Ahí no hay quien se mueva.
Eliminarhablando de costumbres, ¿nos quieres desacostumbrar a leer uno de tus aritublogs cada semana? ¡estamos a sábado! (con cariño, claro)
ResponderEliminarte agradezco tu impaciencia.
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