Conozco a una persona que
está enamorada del tiempo.
-Estoy
enamorado del tiempo –me dijo-. Amo cada segundo que pasa.
-Es una
forma de amar la vida –contesté satisfecho de haber encontrado rápidamente algo
bueno que decir a tan disparatada propuesta.
-No, no
es ese tipo de amor. Yo amo al tiempo por él mismo, no por los beneficios que
puede representar para alguien que está vivo. De hecho, la vida me trae sin
cuidado. Siempre me ha parecido un fenómeno sobrevalorado por los que estamos vivos.
No, yo amo al tiempo como podía amar a la materia o al espacio.
-¿No te
parece que la vida está bastante ligada al tiempo?
-Naturalmente que sí, pero no lo suficiente como para confundirlos.
- Ya, pero ¿cómo puedes amar al tiempo y resultarte
indiferente la vida? Si no estuvieras vivo, no serías capaz de amar nada. Por
otro lado, sin tiempo no hay vida y sin vida no hay tiempo.
-Los
que estamos vivos tenemos una opinión demasiado sesgada de lo que es la vida y
nos encanta proclamar que la amamos, pero la mayoría de nosotros no sabemos si
eso es exactamente así. Yo me he dado cuenta de que amo al tiempo, precisamente
pensando en cómo era posible que me resultara indiferente la vida.
-¿Estás
seguro de que no amas a la vida?
-Cuando
digo que no amo la vida, quiero decir que no la amo en el mismo sentido que
dicen amarla quienes más la maltratan. Yo la amo pero de forma diferente porque
también amo la vida ajena. Por ejemplo, soy absolutamente incapaz de hacer daño
a nada que tenga consciencia de su existencia, por dos motivos: respeto, y
porque de todo lo que existe en el mundo lo que menos soporto es el
sufrimiento, tanto el propio como el de los demás. Pero, ¿significa eso, acaso,
que amo a la vida? Yo creo que no. Simplemente significa que odio el dolor. Y
llegado a este punto he de confesar que me parece que me he hecho un lío.
Yo a su vez, reconocí que
me encontraba bastante confuso. Mi amigo me miraba calibrando el efecto de su
confesión. Él me conoce y sabe que soy bastante crítico y que ante los
estímulos apropiados suelo proporcionar interesantes argumentos para destruir o
apoyar su postura,… algo, desde luego, diferente a un encogimiento de hombros
con cara de besugo.
Puse cara de besugo con
los hombros escondidos en el cuello y simplemente dije:
-Esta democracia es una mierda.
has conseguido que me lo lea tres veces y también se me ha quedado cara de besugo.
ResponderEliminarpues gracias por triplicado
ResponderEliminarUf, qué lío, Tito. Y ese final?. Verdaderamente, el tiempo todo lo borra, de ahí la importancia que se le dá, o eso creo...
ResponderEliminarya te digo, que yo me quedé muy confuso con la estrafalaria teoría de mi amigo, por lo que no puedo aportar nada más que el final ya señalado.
Eliminaryo sólo lo he leído una vez que si no se me recalienta la sesera, pero estoy de acuerdo con la conclusión.
ResponderEliminarEso sí lo he entendido, esta democracia es una mierda.
Yo, por mi parte, añadiría, y no sabes el calor que está empezando a hacer en Burkina
no se me había ocurrido, pero ahora que lo dices hubiera sido un bonito final.
EliminarPues yo lo veo sencillísimo. Todos amamos el espacio. Queremos casas más espaciosas, vehículos más grandes, fincas extensas. De niños queremos ser astronautas para poder viajar al espacio. El espacio nos chifla por naturaleza.
ResponderEliminarPor otro lado, como jóvenes alocados que somos, también amamos la velocidad. Vivir vertiginosamente... o no, todo lo contrario, vivir con calma. Da igual, porque en ambos caso se trata de velocidad, mucha o poca. Amamos la velocidad, siempre y cuando nos den el mando para regularla a nuestro antojo.
Pues bien, si tomamos todo el espacio de que disponemos y lo dividimos por la velocidad que nos gusta, descubriremos que lo que realmente amamos es el tiempo. C.Q.D.
Ah, y en cuanto a la vida... ¿cómo cojones vamos a amar la vida en una mierda de democracia como ésta?
... y con el calor que hace en Burkina, no te olvides...
EliminarY efectivamente, el tiempo es igual al espacio partido por la velocidad. Siempre que sea un espacio determinado (fijo e inamovible), y una velocidad constante; en caso contrario, es decir, en la realidad, habría que recurrir al cálculo integral para tener una idea aproximada de lo que es el tiempo, pues además siempre dependería de una constante, diferente en cada caso.
Lo cual sigue siendo un lío.
yo si lo entiendo: la vida solo merece la pena si aprovechamos el tiempo, cada minuto que pasa. Hay vivos que estan muertos porque no hacen nada, o sea que tenemos que sacar partido a lo unico que tenemos que es la vida, es decir el tiempo que estamos vivos. Esta clarisimo y yo esoy de acuerdo con tu amigo.
ResponderEliminaryo también estoy de acuerdo con mi amigo, incluso con mi conclusión final.
ResponderEliminarYo creo que las tres son lo mismo,tiempo,vida y democracia aunque podrìa ser una sòla, una mierda.O no lo he entendido.
ResponderEliminarLo has entendido perfectamente
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