lunes, 10 de diciembre de 2012

Un vecino singular





Ya he hablado anteriormente de mi vecino, aquel tipo con el que solía jugar al pádel hasta que decidió cambiar el pádel por extrañas reuniones en las que teníamos que buscar hitos, y que me caía todo lo bien que puede llegar a caerme un vecino. Es fácil recordar, lo mencioné la semana pasada. Lo que no mencioné es que además de la manía que le entró por buscar hitos, tiene otras peculiaridades dignas de contar. También le gusta charlar sobre la teoría de la relatividad. En cierta ocasión me comentó que la primera vez que se había emocionado en su vida fue cuando formuló, sin apenas darse cuenta, las ecuaciones diferenciales que muestran que los campos magnéticos se difunden en forma de ondas polarizadas y a la velocidad de la luz. Yo le entendí perfectamente pues a pocas personas en el mundo se les ha concedido una experiencia semejante, pero le corregí que se refería a ondas electromagnéticas, no magnéticas a secas. Acuérdate de Maxwell, le dije. Me preguntó sorprendido si yo estaba interesado en los estudios relativistas y cuando le confesé afirmativamente (con cautela, no me gusta revelar mis pasiones ocultas), se le iluminó el gesto con una sonrisa. Entonces me cogió de la mano, y como un chiquillo en el recreo hizo que le siguiera hasta llegar a la escalera que había en una esquina del salón.
    -Te voy a descubrir algo que no le he enseñado ni a mi mujer ni a mis hijos ni a nadie. Tú eres el primero.
Esta declaración hizo que me sintiera un tanto turbado, pero aguanté expectante a lo que pudiera venir.
    -vamos a subir al piso de arriba y lo comprenderás inmediatamente sin más explicaciones –llegamos a la planta superior y mi vecino me soltó la mano entusiasmado.
    -¿Qué día es hoy? –preguntó. Martes respondí- No, mira el calendario:¡estamos a miércoles!, martes era en la planta de abajo.
    -¿Quieres decir…?
    -¡Exacto! Quiero decir que si subimos una planta más estaremos a jueves, y si bajamos tres plantas estaremos en lunes. ¿No es fascinante? Te preguntarás cómo funciona pero a poca imaginación que le eches te darás cuenta enseguida de que no es tan complicado. Ven, sígueme.
Mi vecino empezó a subir sin parar, pisos y más pisos, en una enloquecida carrera que me estaba dejando sin respiración. Yo le seguía pisándome los pulmones y cuando ya apenas podía dar un paso más se detuvo en la planta doce de enero de 2013. Yo estaba exhausto. Y tendiendo en cuenta que tanto mi vecino como yo vivimos en “pareados” de dos plantas,  además de exhausto estaba confundido, aún así aproveché para llamar por teléfono a mi madre y felicitarla por su cumpleaños que precisamente es el doce de enero.
    -Felicidades mamá –le dije-, espero que estés bien. Este año no me ha dado tiempo a comprarte un regalo pero en cuanto baje las escaleras te busco uno.
Dejé a mi madre con la misma opinión que siempre ha tenido sobre mi salud mental y pregunté a mi vecino:
    -¿Cómo pudiste aplicar las ecuaciones de Lorentz-FitzGerald en una escalera?
    -¿Bromeas?, eso fue lo más sencillo. Todo ocurrió un día en que estaba desatascando las cañerías y ya ves, empecé a hurgar aquí y allá y una cosa me llevó a otra y al final conseguí construir este bonito punto singular en el universo. ¿Qué te parece?
    -Estupendo. Mucho mejor que lo de los hitos, incluso mejor que el pádel.
    -Sí, la verdad es que no está mal. Además con lo despistado que soy yo, me viene fenomenal. ¿Qué se me olvida hacer algo un día? Pues bajo un piso, lo hago, vuelvo a subir a mi planta, y santas pascuas.
Imaginé esa aplicación y reconocí que yo estaría todo el día en la planta de abajo haciendo las cosas que habitualmente tengo que hacer y nunca hago. Luego mi vecino me miró directamente a los ojos, me cogió las dos manos y con solemnidad me hizo prometer que no revelaría a nadie su secreto. A continuación se despidió de mi, se dirigió a la ventana y sin pensárselo dos veces se arrojó al vacío desde la planta 12 de enero de 2013. Supongo que moriría estrellado contra el momento de su nacimiento, por lo que inmediatamente  volvería a la vida. Quizá no era la primera vez que lo hacía, pensé mientras bajaba las escaleras lentamente.

10 comentarios:

  1. me parece buenísimo, espero que tu vecino se recupere proto y nos sigas contando historias de él.

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    1. sí, yo también espero que se recupere; recién nacido seguro que es peor que yo buscando hitos.

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  2. Moraleja: nunca dejes para el piso de arriba lo que tenías q haber finiquitado abajo.
    Muy bueno!

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    1. sí, puede ser una nueva versión del proverbio, una versión relativista. Muchas gracias por la aportación Abrazo

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  3. Moraleja: nunca dejes para el piso de arriba lo que tenías q haber finiquitado abajo.
    Muy bueno!

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    1. creo que hemos entrado en un bucle del espacio tiempo y se repiten los sucesos de forma inopinada. Mmmm lo apuntaré en mi diario de fenómenos relativistas.

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  4. Me gusta su estilo. He intentado dec´irselo varias veces pero el sistema de subir comentarios no me lo permiti´o. Enhorabuena.

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    1. muchas gracias. Sí, conozco más casos en que les resulta complicado subir comentarios. No lo entiendo pues yo no he puesto ninguna limitación, ni barrera ni nada que impida la libre circulación de material escrito. Creo que solo me pasa a mi, el resto de los blogs que conozco no tienen ningún problema. Algo habré hecho mal en mi vida anterior y ahora lo estoy pagando.

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  5. Me veo instalado en el semisótano, de por vida.
    Intentando enderezar todo lo que nunca llegué a hacer, desarreglos encadenados.
    Me ha gustado mucho la idea, creo que te la voy a copiar, me refiero a lo de tirarme desde el 12 de enero. Aunque como sólo tengo una planta y no creo que por aquí se haya perdido ningún aleph espacio temporal, lo más normal probable es que me haga daño, sin regreso al pasado futuro, ni en medio, presente

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    1. somos muchos los que tenemos los sótanos llenos de cosas sin hacer. Lo malo es que las escaleras para llegar hasta tan abajo están con carcoma. ¿El ascensor? no funciona.
      Cuídate.

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