Yo no se qué pensaran los finlandeses del resto del
mundo, pero para nosotros son desconocidos y extraños, como los australianos.
Los australianos nos resultan así de raros porque tienen bichos completamente
diferentes a los que uno está acostumbrado (probablemente sean de otro planeta)
y los finlandeses porque han conseguido ser uno de los países más prósperos del
mundo simplemente invirtiendo en educación. Tanto Australia como Finlandia están
en nuestras antípodas, Finlandia más aún que Australia.
Lon finlandeses hablan el finés (o finlandés) que es
una de las pocas lenguas de la UE que no desciende de la familia indoeuropea,
pero eso no es lo más raro. A mi me llama mucho más la atención que apenas
exista corrupción (quizá como consecuencia de su sistema educativo), con la
cantidad de simpatizantes y adeptos que tiene por el mundo, precisamente con
nosotros en lugar destacado. Una de las profesiones más respetadas y con
prestigio es profesor de primaria o secundaria, para cuyo ejercicio es
imprescindible tener un título superior y un master en magisterio (a mi esto me
impresiona mucho, pero es porque mis profesores fueron simplemente curas, menos
el de Formación del Espíritu Nacional, que era falangista). Además, lo habitual
entre los estudiantes universitarios es compaginar sus estudios con un trabajo
a tiempo parcial, pues viven emancipados de sus padres desde que empiezan los
estudios superiores. Una delicia, me imagino mientras también me imagino a unos
hijos imaginarios apoltronados en mi sofá real y cabal.
Un país así es que dan ganas de ir a allí a perderse,
porque además, como son tan eficientes, tienes la seguridad de que te van a
encontrar. Y si eres finlandés, hasta te puedes encontrar tú mismo.
Precisamente eso le pasó a una señora que se bajó del autobús en el que viajaba
camino de Jyväskylä y que se
despistó momentáneamente, apenas cinco minutos tomando un segundo café. El caso
es que fue tiempo suficiente para activar la alarma. El conductor del autocar
al ver que faltaba una pasajera, llamó a la policía que enseguida puso en
marcha el sistema de búsqueda que empieza por emisiones en la radio y TV
anunciando la desaparición de la persona y reclamando la cooperación ciudadana.
Allí no hay problema con la cooperación ciudadana, pues todo el mundo está
dispuesto a cooperar, tanto es así que hasta la propia desaparecida, sin saber
que se referían a ella, aprovechando que casualmente se encontraba en la zona
donde se había producido la desaparición, empezó a buscar a alguien que
respondiera al perfil. Al cabo de media hora de entregada búsqueda por todos
los rincones imaginables, se dio cuenta de las asombrosas coincidencias que
había entre ella misma y la persona descrita por la radio, por lo que decidió
personarse en el lugar indicado en los mensajes. Al llegar, todo el mundo
celebró su aparición, y si serán raros, que tampoco les chocó que fuera ella
misma la que se había encontrado. Después de los abrazos y otras
manifestaciones sinceras de alegría, la señora perdida y encontrada, volvió a
subir al autobús que prosiguió su viaje con todos los pasajeros contentos y,
probablemente, cantando alguna canción típica lapona.
Si no fuera por el frío, ¿verdad?
Y por la falta de sorpresas...
ResponderEliminaracabo de leer también el comentario de César, por lo que parece ser que sí hay sorpresas. No todas las sorpresas tienen que ser buenas...
EliminarVaya, pues yo he estado en Finlandia... Ya sabes que Óscar, mi hijo y tu ahijado, hizo un Erasmus precisamente en Jyväskylä, y fuimos a verle. Comparto absolutamente todo lo que dices acerca de ese admirable país. Eran pobres como ratas (la única materia prima que tienen es la madera) y, además, están situados entre dos potencias tocapelotas: Rusia y Suecia. Y prosperaron únicamente invirtiendo en educación. Lo dicho: admirable.
ResponderEliminarY los finlandeses son muy cooperadores, en efecto. Creo que eso se debe en parte al clima: si no hubieran cooperado, estarían muertos. También cabe reseñar que todos los finlandeses, casi sin excepción, hablan inglés. Y, algo muy importante, las finlandesas están muy buenas. Supongo que los finlandeses también, pero no me fijé mucho. En fin, que es uno de los países más civilizados que conozco.
Pero hasta en el Paraíso hay serpientes. Uno de los grandes problemas de Finlandia es el alcoholismo. Beben como esponjas. Y otro problema, derivado del alcohol; Finlandia es el séptimo país del mundo en número de agresiones sexuales (curiosamente, Suecia es el segundo, Noruega el quinto y Dinamarca el octavo).
Otro problema, también derivado del alcohol, es la violencia. Finlandia es el tercer país del mundo en número de armas por habitante. Y de vez en cuando, algún finlandés pirado, probablemente borracho, monta una masacre tipo Columbine. De hecho, cuando Óscar estuvo allí ocurrió una no muy lejos de Jyväskylä.
De modo que, y ahora le hablo a Silver 8, sí que hay sorpresas en Finlandia.
Claro que sabía lo de las aventuras de mi ahijado en Finlandia.
EliminarEs cierto que resultan sorprendentes algunos aspectos de la sociedad finlandesa (empecé diciendo que eran raros). Parece que no casa mucho una formación y educación exquisita con los problemas que dices. Con el alcoholismo no hay ninguna incompatibilidad: hace frío, se aburren, beben y acaban borrachos aunque todos sean premio Nobel. Pero con las violaciones no pega nada y sobre este punto hay que aclarar algo: el número de violaciones que se contabiliza para hacer las estadísticas es el número de violaciones que pasan por los juzgados, y aquí es donde está la gran diferencia. Al menos en Suecia, se tipifica como violación, casos que ni en Francia, Reino Unido , o España serían considerados como tal. Por ejemplo, si una pareja decide encamarse (puede que hasta sean pareja estable), y la chica decide que se le ha pasado el calentón y que buenas noches, pero su acompañante insiste porque sigue verriondo, eso puede llegar a ser un caso de denuncia por violación o intento de violación (zas, va a la estadística de cabeza). Este es precisamente el caso de Julian Assange, que está reclamado por la justicia sueca por estar acusado de violar a una amiga, con la que tuvo coyunda, presumiblemente de forma satisfactoria para los dos, un par de cigarrillos antes de “violarla”. Es lo que tiene ponerse pesado.
En cuanto a lo de las armas, eso sí que no tiene explicación. Resulta impensable entre personas acostumbradas al debate sereno y tranquilo, consecuencia de una formación intelectual en la que se da por hecho que impere el uso de la razón, acabar como en Dodge City.
La verdad es que en un sitio donde a la segunda intentona, o acabas en la carcel o acabas con un tiro en las pelotas, pierde muchos de sus aparentes atractivos. Y no nos olvidemos del frío. Nada, que seguiré en Torrremocha.
lo del Assange creo haber leído que es una denuncia por haber follado sin preservativo, que se considera delito, ya no sé si violación o cuál.
ResponderEliminarPero es como dices, se debe denunciar todo lo que pillan, ya se sabe: hace frío, tienes tiempo libre...
es lo bueno que tiene el frío, que tienes que buscar formas de entrar en calor, y algunas están bien.
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