martes, 22 de mayo de 2012

Amor sin entropía


Os voy a contar una historia que de haberme sucedido a mi, no tendría ningún recuerdo de ella, por lo que difícilmente podría contarla. Demos gracias al destino, por tanto, de que hayan sido otras personas las protagoniestas, para que yo pueda explicar qué les pasó.
Ana y Luis se conocieron como se conocen casi todas las parejas, en casa de unos amigos comunes. Luego coincidieron de nuevo en otra fiesta y se dieron cuenta de que eso de volver a verse estaba muy bien, con lo que quedaron una tercera vez, esta vez solos. Fue una tarde estupenda y se lo pasaron de lo lindo. A la siguiente semana, Ana  se iba con sus padres a la Costa Brava a pasar unos días de vacaciones, y para marcharse con algo en qué soñar, volvió a ver a Luis y esta vez sí que se lo pasaron verdaderamente bien. Decidieron que mientras durara su separación, todas las noches miraría cada uno una estrella, y si notaban algo especial, es que ambos estaban contemplando la misma. A pesar de que es casi imposible, siempre coincidían, lo que demuestra (de una forma poética) que estaban hechos el uno para el otro. Si te ocurre algo así, es evidente que el siguiente paso es contemplar las estrellas juntos todas las noches que puedas, y eso es justo lo que se propusieron. Primero se hicieron novios, luego vivieron juntos sin casarse y más tarde siguieron viviendo juntos casados.

Un buen día, Luis pensó que estaban mucho mejor solteros, por lo que se divorciaron aunque siguieron viviendo en la misma casa, más enamorados, por cierto, que cuando estaban casados. Más adelante a Ana se le ocurrió que no había nada como la vida de novios, algo con lo que estaba plenamente de acuerdo Luis; entonces cada uno se fue a vivir por su cuenta. Se veían casi todos los días y cuando podían, se quedaban a dormir juntos, muy pegaditos uno al lado del otro, enamoradísimos y contemplando la estrella más hermosa que tuvieran sobre sus cabezas. Se sentían dichosos de compartir aquellos momentos tan especiales. Y de repente, Ana se marchó a la Costa Brava una semana con sus padres y todas las noches, antes de dormir, elegía una estrella para comprobar que era la misma que estaba mirando Luis. Y sí, era la misma. Estaba claro que estaban hechos el uno para el otro. Volvieron a verse a la siguiente semana y se lo pasaron muy bien. La siguiente vez que se encontraron, cenando en casa de unos amigos comunes, se dieron cuenta nada más mirarse a los ojos de que sus vidas tenían que transcurrir juntas.

Después no volvieron a verse nunca más y jamás se echaron de menos. 

9 comentarios:

  1. Es un poco como el alquimista ¿No? ;-)

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  2. queda demostrado: la vida es un aller-retour
    Me gustas, quiero decir: me gusta. Tú sólo me caes bien..., no me imagino mirando estrellas contigo, salvo con nombres espantosos como Betelgeuse, que siempre me recuerda al feísimo de Beetlejuice, o similar

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    1. otra alternativa es irnos a una estrella a mirar planetas. No es que trate de conquistarte, entiéndeme, es por el afán de contemplar todas las posibilidades.
      Sí, a mi me pasa lo mismo con Betelgeuse. También con Orión, que me suena a insecticida.

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  3. eh, esta historia (muy parecida) yo ya la he leido...no te repitas, shavalote.

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  4. dime donde la has leído, chavalón, porque te aseguro que yo no la he leído en ningún sitio. En cualquier caso no sería la primera vez que coincide una idea, pero dime o mándame lo que te parece que es igual.

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  5. Huele a troll... Lo digo por el anónimo, porque en este blog también huele a mariposones (y no quiero señalar)
    Clevin

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  6. Ese troll, haciendo honor a su condición de anónimo, suelta la maldad sin aportar absolutamente nada que apoye que "esa historia (muy parecida)" ya la ha leído él. ¿Dónde?.
    Por otro lado, ¿qué es una historia muy parecida? ¿hasta donde una historia debe parecerse a otra para emplear ese tono de suficiencia, con el que avisa de lo listo que es, lo mucho que ha leído, y que por tanto es inútil intentar colarle una historia "parecida"? Hay que ser muy troll por su parte. Y muy comedido por la mía para no emplear un tono más duro con su intervención.
    En cuanto a lo de mariposones, pues sí, ahí no tengo nada que decir. Me has pillado.

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  7. Como se nota que no ha leído 'Pierre Ménard, autor de El Quijote', no hay dos historias iguales, aunque los textos sean idénticos...
    "Trolls, mariposones..., mo importante es que rellenen los blogs" (Mao Tsé Tung)

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