Ya he vuelto de mis vacaciones. Han sido breves pero mi
gato me ha recibido como si hubiera estado ausente varios meses. Es decir, durante
las primeras horas no me ha hecho el menor caso, como si no existiera, una
indiferencia total que es su forma de castigarme por haberlo dejado abandonado durante
diez días.
Gran parte las he pasado en formidables atascos entre
Boston y Washington y el resto del tiempo metido en diferentes museos.
Fantásticos museos; los americanos son maestros en cómo convertir un museo en
un lugar no solo interesante e instructivo, sino también en un sitio divertido.
Por supuesto, el que más me ha llenado de gozo es el Smitshonian dedicado a la
aeronáutica y el espacio, auténtico motivo del viaje, del que esperaba
muchísimo y que no me ha decepcionado en absoluto. He tenido ocasión de pilotar
un caza despegando de un portaviones y aunque mi entrenamiento me facultaba
para derribar otros cazas enemigos, no me enfrenté con ninguno en los pocos
minutos que dura la sesión del simulador de vuelo. De hecho los veía a lo lejos
pero inmediatamente evitaba acercarme a ellos con una endiablada maniobra,
quedando como un auténtico cobarde pero disfrutando en cada viraje, picado,
guiñada, subida hasta entrar en pérdida…, aún a sabiendas de que todas esas
maniobras me alejaban del placer de acribillar a balazos a otro avión, si seré
rarito.
También he dedicado una considerable cantidad de
horas al día a sobrealimentame, repartidas entre el desayuno, la comida y la
cena, con breves intervalos para engullir llamativas bolsitas con todo tipo
de cositas, en general redondas y
especiadas. Yo soy de la opinión de que allá
donde fueres, haz lo que vieres, que decía mi abuela poniendo voz de
persona que conoce los secretos de la vida.
No me voy a extender más sobre este viaje por un
doble motivo: por un lado porque contar las vacaciones es como poner a las
visitas el video de la fiesta de cumpleaños de tu niño, que a nosotros nos
parece irresistiblemente divertido pero la realidad es que no le interesa a
nadie. Por otro lado porque nada más llegar me he encontrado con un montón de
trabajo y aunque solo sea por lo insólito del suceso, tengo que dedicarle toda
mi atención.
Nada más quería decir que no me he muerto y aunque
este blog no tenga ningún sentido, tal como avisa a la entrada, sigue vivo para
aquellos que se sientan interesados por el tipo de despropósitos y curiosidades
que normalmente aquí aparecen.
bienvenido!
ResponderEliminarMuchas gracias Rocosy, da gusto llegar a casa cuando te dan la bienvenida.
EliminarTenías que haber intentado derribar alguno y prepararte por si viene la Tercer Guerra Mundial, que lo mismo nos llaman a los reservistas, jajaja
ResponderEliminaryo ya, aunque me llamen de tó. jajaja
EliminarPues habrá que tomar algo para celebrar vuestra vuelta. No la vuelta al cole, claro eso no.
ResponderEliminarsiiii, me parece excelente idea. Planeamos algo Keep in touch
EliminarPues bienvenido. Y no te cortes en contarnos tus vacaciones, estoy seguro de que sabrás encontrar la fórmula idónea para hacérnoslas fascinantes.
ResponderEliminarmuchas gracias Mazcota.
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