Este tipo de mirada tranquila soy yo
Este verano estuve en Whasington para saldar una
vieja deuda que tenía conmigo mismo: visitar el Smithsonian de la Aeronáutica y
del Espacio. Claro, que una vez que has hecho 6.000 Km sería una tontería muy grande no
aprovechar el viaje para hacer más cosas, como descubrir nuevas salsas para las
hamburguesas, innovadoras instalaciones en los coches para poner batidos,
patatas fritas o cualquier cosa que impida morir por desnutrición conduciendo,
las últimas aportaciones del ingenio humano a la repostería, y un sinfín largo
de imprescindibles y generalmente dulces formas de engordar.
Pero sobre todo, por encima de todo eso están los
museos. Solo pertenecientes al Instituto Smithsoniano hay nada menos que 17
museos en la ciudad. En todo el país, son más de 200 los Smithsonian,
repartidos a lo largo y ancho de 45 estados. Naturalmente, con los que estaban Whasington
DC, yo ya tenía bastante, y en uno de mis favoritos, el de Ciencias Naturales,
encontré una máquina que podríamos llamar, la cámara fotogenética. El invento consistía
en hacerte una foto, hasta aquí todo normal, pero el resultado que salía era
una recreación de cómo serías tú en el caso de haber sido un neandertal. ¿No es
fantástico? Naturalmente hay cosas que puedes evitar, pero hacerte una foto con
esa cámara, claramente es de las que de ninguna manera se puede pasar por alto.
Arriba, podéis ver mi “yo” neandertal. Lo sé, yo
también esperaba una nariz más atractiva (en realidad, esa no nariz pertenece más bien a un australopitecus. En general todo el rostro parece de un australopitecus. A veces, la cámara fotogenética va más lejos de lo que debería).
Todo esto es para decir que mi última novela, el
viaje del neandertal, también se vende en El Corte Inglés.
Me enteré ayer, paseando por este estupendo
establecimiento y me acordé de mi “yo” neandertal, pero sobre todo me acordé de
la próxima fiesta de Reyes. ¿No?
Ese golpe de ingenio es irresistible, si alguien se promociona, por favor, que lo haga con gracia. (Y que facilite las cosas al lector en potencia)
ResponderEliminarDespués de leer el último post me preguntaba dónde encontrarlo y, mira por donde, tengo un CI a cinco minutos.
Por cierto, ¡enhorabuena!
Muchas gracias Molina de Tirso por todo, porque te gusta mi forma de promocionar mi novela y por comprarla. Por cierto, en el anterior post también facilitaba la labor de adquirirla, pues el texto de la "adivinanza" es un enlace que lleva directamente a la página de la editorial donde aparece mi libro, y simplemente con hacer click, te lo mandan a tu casa. Más cómodo que el CI y que la Casa del libro y que cualquier otra librería.
EliminarUna vez más gracias.
cómo se nota que eres creativo publicitario, solo por la promoción que le estás dando a tu libro (muy buena) ya tienes una lectora más, la menda.
ResponderEliminarpues te digo lo mismo que a Molina de Tirso, gracias. (yo creo que lo más cómodo es que la manden por correo a tu casa)
EliminarHay imágenes de la primera comunión que no desmerecen... Espero tener pronto mi ejemplar. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminaryo también espero que la recibas para que me digas si te ha gustado. Te recuerdo que la sinceridad no es obligatoria.
EliminarYo pensaba que cuanto más antigua era una foto nuestra, más adorables parecíamos. Pero ya veo que esa norma queda del todo desvirtuada una vez indagamos en fechas anteriores a la de nuestro nacimiento.
ResponderEliminarPor cierto, me acaba de llegar el libro, y puedo decir que no sólo tiene una sinopsis estupenda en la contraportada para poner los dientes largos (lo siento, aún no he podido leer su interior), sino que además está impreso con un gusto exquisito. Ese color malva que lo envuelve es ideal, ya que guarda una perfecta armonía con toda la decoración navideña que tengo por casa. Todo son aciertos.
jajajaj, sí, creo que el diseñador tuvo en cuenta los colores de tu decoración navideña para no desentonar. Un detalle de la editorial.
EliminarEspero que te guste Mazcota y que lo disfrutes hasta el final, y si no es así, dímelo, sé cómo hacérselo pagar al autor.