miércoles, 30 de septiembre de 2020

Empeoras

 





Ya sabemos que vivimos unos tiempos en que la regla es la obsolescencia. Cualquier cosa ha de durar poco en su configuración inicial, lo importante es que se produzcan cuanto antes cambios significativos. Es el triunfo de lo efímero, vaya tontería tan grande. Esta obsesión por la continua renovación, nos obliga, no solo a cambiar de teléfono cada poco tiempo, o de ordenador, tablet, lo que sea, sino a reescribir nuestras claves, bajar las actualizaciones, reacostumbrarnos, por ejemplo, a usar nuestro servidor de correo renovado, con lo bien que iba antes... nada, no hay nada que perdure, todo cambia y nada queda.

Ahora le ha llegado el turno a blogspot, la plataforma donde publicaba La tertulia perezosa, y empleo el tiempo pasado porque sus administradores han introducido unas empeoras que me desaniman a seguir escribiendo. Ahora estoy obligado a escribir "en directo", es decir, no puedo utilizar un procesador de textos como dios manda, y no la porquería que tiene acoplada blogspot, para luego, sencillamente, pegar el documento una vez corregido.

Un asco que no tiene ninguna ventaja sobre la versión anterior y que hace extremadamente incómodo la tarea de subir un nuevo artiblog al blog.

Dudo que en estas condiciones siga escribiendo, miraré otras fórmulas para seguir en contacto y de momento, no sé si como despedida, os pongo un relato muy corto que tenía por algún lado y que al ser corto, no tardaré mucho en reescribir. Como ha quedado claro, se acabó poder subir un documento escrito con anterioridad y archivado en el caos que cada cual tenga en su ordenador.


VAYA CORTE


Yo me encontraba en el lado de la piscina que más cubre; miré al otro extremo y vi una ola avanzando sin hacer ruido hacia mí.

Antes escuché un suave chapoteo, como si se hubiera tirado alguien con sumo cuidado tratando de no salpicar, y después el silencio roto por el aleteo de un par de palomas levantando el vuelo.

el ruido que hacen las mandíbulas de un cocodrilo destrozando huesos y tendones después de atravesar la carne resulta aterrador...


...Nada, lo dejo pues al hacer el punto y aparte separa los párrafos como le da la gana, esto es un suplicio... 




                                                                                          http://www.leonciolopezalvarez.eu/


martes, 22 de septiembre de 2020

Día internacional de la Paz

 




Me acabo de enterar de que hoy es el día internacional de la Paz, así con mayusculas. Yo quiero celebrarlo, pero creo que no da ni para celebrar el día nacional de la paz, con minúsculas, sin presumir. Cada vez nos llevamos peor, me da la sensación.

Antes, para que no hubiera paz, se necesitaba algún motivo que justificara el enfrentamiento; no tenía por qué ser un motivo importante, con que existiera, era suficiente. Podía ser económico, de religión (económico), de expansión (económico), de ideología (económico)..., pero ahora no es necesario ser enemigos para llevarse mal. Hoy día, cualquiera puede tener una trifulca con el paisano que tiene al lado sin que haya diferencias entre ellos, es una cuestión de actitud, la actitud de estar dispuesto a discutir. Cualquier excusa en válida y si vas conduciendo ni te cuento.

Precisamente esta mañana estaba pensando por qué España es uno de los países en que más despiadadamente se está portando el virus con la población. Nueve de nuestras Comunidades Autónomas figuran entre las diez regiones más castigadas de Europa. Uyyyyy, sólo por una no hacemos pleno. A día de hoy hemos superado a Estados Unidos en eso de ir de culo con la Covid. ¿Por qué? ¿Por qué somos el país de Europa que peor ha gestionado la pandemia, y uno de los peores del mundo? Se me ocurre una razón: desde el principio, nuestros políticos, tanto gobernantes como oposición, se ocuparon más en tirarse los trastos a la cabeza entre ellos que en arrimar el hombro juntos buscando ideas para superar la pandemia lo mejor posible. Eso no es bueno para el país, pero lo peor es que esa beligerancia traspasó a la población y discutíamos tan encarnizadamente como veíamos que lo hacían nuestros representantes, que hay que ser idiota.

Lo lógico es que si el gobierno lo está haciendo mal, por los motivos que sean, lo lógico digo, pero quería decir lo deseable, es que los que están al lado le den ideas para que nos salvemos todos, en lugar de señalar con el dedo dónde la han pifiado, sin aportar nada, diciendo lo burros que son. Esto me recuerda que hace muchos años, Fraga le dijo a Felipe González que él tenía la solución para acabar con ETA. Coño, pensé yo, pues dísela. Pero no, prefería protestar porque el gobierno no era capaz de acabar con tan terrible problema. Pues seguimos igual, los políticos se pelean en lugar de unirse para buscar soluciones a un problema que afecta a todos los ciudadanos independientemente de su voto. Renta más políticamente, deben pensar, o bien es más cómodo porque criticar exige menos esfuerzo que discurrir, pero el caso es que esa actitud de enfrentamiento es una catástrofe para el país.

No, no creo que hoy podamos abrir muchas botellas de champán (de cava, ni de coña, claro), para celebrar el día de la Paz. El pobre ha pasado totalmente desapercibido, ¿por qué será?

Hala, os dejo en paz, queridos amigos, yo sí quiero celebrarlo a pesar de todo y esta noche os prometo que brindaré por todos nosotros.























sábado, 5 de septiembre de 2020

La política y los políticos

 



Si un gobernante no tiene habilidad para ejercer eficazmente su función, puede hundir tanto al Estado como a los ciudadanos. Platón.




      Cuando voy a escribir algo con cierto sesgo político, siempre digo que no me gusta hacerlo y añado que no es un tema que suela tratar en La tertulia perezosa, pues estamos en una sociedad en que la discrepancia política se interpreta como ofensa, y no quiero ofender a ninguno de los amigos que me leen. Así, que aviso, voy a tratar un asunto con cierta carga política, aunque la elegancia con que está escrito elimina la posibilidad de que alguien pueda sentirse incómodo, a no ser que se dedique a la política.

 

Para empezar quiero dejar clara mi profunda decepción sobre los políticos, no hay ninguno que se salve, me parece que todos cometen los mismos dos grandes errores: su inutilidad y su egoísmo.

Me refiero a los políticos actuales, yo, como aspirante a abuelo cebolleta, me acuerdo de cuando los había buenos. Auuuuuuuuu.

 

Empecemos por el primer atributo identificativo, su inutilidad. La sensación de que no dan una en el clavo está basada, como decimos los racionalistas, en la estricta observación de la realidad, nada de suposiciones ni opiniones, es un hecho constatable. Y esta inutilidad cubre tanto a los gobiernos autonómicos como al de la nación.

En los primeros, la cantidad de patanes es abrumadora, gente que no llega al nivel mínimo exigible para la gestión de una pequeñísima empresa ocupa los puestos más altos dentro de la administración de las mayores que tiene el Estado con presupuestos que sobrepasan lo que sus limitadas y poco formadas cabecitas pueden asimilar. Da miedo ver sus anteriores puestos de trabajo antes de ocupar los de mayor responsabilidad, o echar un vistazo a sus historiales laborales. No quiero dar nombres, porque para empezar, la lista no se limita a una sola persona. También los hay que, precisamente en oposición a esta categoría de inútiles, tienen un brillante currículo académico con deslumbrantes expedientes pero que de política, nada de nada. Tampoco me sirven. Yo admiro a los astronautas, que conste, pero solo como astronautas, y a los grandes filósofos ni te digo, pero sólo como grandes filósofos. Y luego están los que ocupan un puesto de altísima responsabilidad porque el poder se entiende como un goloso pastel que hay que repartir entre aquellos que acceden a él. Tampoco tengo nada en contra de brillantes sociólogos autores de sesudos libros.

 

Esta carencia de preparación para la cosa pública pasa desapercibida si no ocurre nada y la gran nave de la Nación sigue su curso sin ninguna amenaza, funcionando por la bendita inercia que se encuentra en las aguas tranquilas, pero…, amigo, como salte la alarma de “todos a sus puestos” porque hay un iceberg a la vista, entonces estamos perdidos. ¿Por qué? Porque en esos momentos de crisis es cuando se necesita a gente con experiencia, preparación, capacidad de decisión y sobre todo con ideas, y los botarates de exhibición, lo único que hacen es estorbar, molestar y cagarla. Un avión moderno es muy fácil pilotarlo siempre que no surjan problemas, pero si aparece alguno,  más vale que a los mandos se encuentre un experimentado piloto que no solo sepa pedir cafelitos a las azafatas y ajustar los controles automáticos. Y esto, en mi modesta opinión, es lo que ha pasado en España. La Covid nos ha sorprendido como a todos los países, cierto, pero somos los que más estamos sufriendo sus consecuencias, no como se dice, porque los españoles seamos unos cachondos que sólo pensamos en abrazarnos en los bares, sino porque no hemos tenido a nadie que supiera cómo afrontar con decisión, buenas ideas, experiencia y formación, una catástrofe de esta magnitud. Ni en el Gobierno de la nación, ni en los gobiernos autonómicos.

 

Pero aún no he terminado de desanimar a ningún político para que se haga amigo mío, todavía me queda hablar de su egoísmo, la otra característica que según mi modesta opinión, comparten todos.

Los políticos deberían pensar en el bien común, ¿a qué sí? Supuestamente esa es su vocación. Así lo veía al menos Platón, y Platón era listo donde los haya. De la misma forma que la vocación de los médicos, profesión que admiro sinceramente y cada vez más, es ayudar al enfermo, la del político es ayudar a que el ciudadano viva en una sociedad justa. Y seguro que lo intenta…, hasta que tiene que elegir entre el ciudadano y su partido, o lo que es lo mismo entre el ciudadano y él mismo, pues el político sin partido no es nada.

Los partidos políticos ansían el poder, todos por igual y a cualquier precio, pero tienen duros competidores que son los otros partidos con las mismas motivaciones, de forma que la pugna entre ellos prevalece por encima de la búsqueda de lo que mejor le conviene a la sociedad a la que supuestamente han de servir. Esto se traduce en que un partido determinado se opone a otro porque es su adversario sin fijarse en la propuesta que tenga. Es decir, cuando surge el debate sobre asuntos de importancia nacional escuchamos cosas del siguiente pelo: yo no puedo ir con Coalición Norteña porque han demostrado que llevan el pelo sucio, en lugar de decir: yo no puedo apoyar EL PROYECTO de Coalición Norteña porque no ha incluido la defensa del derecho a un buen afeitado. Los partidos argumentan en función de ideologías, no en función de propuestas. ¿Por qué actúan así? porque son egoístas y no les importa solucionar problemas a los ciudadanos, pero sí les preocupa que sus competidores sí los solucionen porque entonces se ponen por delante en la carrera hacia el poder.

 

Joder, si es que da asco, pero es así, son como adolescentes que tratan de impresionar a la chica guapa (nosotros, el pueblo, somos la chica guapa), y para conseguirlo no paran de hablar de lo tonto y torpe que es su contrincante, en lugar de ver quién le recita las poesías más hermosas, o  le invita a las mejores gambas.

 

Y lo peor es que esta forma de actuar trasciende a la sociedad y entre los ciudadanos seguimos la misma conducta, enfrentándonos unos con otros, gritándonos y rompiendo amistades porque uno dice que rojo y el otro que azul.

 

Lo que últimamente me preocupa mucho es descubrir que la chica guapa, además de guapa sea tonta.

 

 


http://www.leonciolopezalvarez.eu/