Desde hace un par de años mi amigo y sin embargo
socio, Jaime Fernández de Gamboa, ya solo es mi amigo. De la sociedad ya no nos
acordamos ninguno de los dos y ni falta que nos hace. Él siempre ha tenido alma de artista y con toda la
razón pues es uno de los buenos. Así es la profesión a la que me he dedicado
durante 32 años (joder), que te encuentras con mucho chisgarabís y también con
gente que realmente merece la pena, verdaderos genios en algunos casos.
Mi sigilosa gata Renata dibujada por Jaime. No es acuarela pero es maravilloso.
A Jaime le encanta, siempre le ha gustado, la
meticulosidad, el detallismo, la búsqueda de la perfección y sin que esté claro
qué es consecuencia de qué, una de las cosas que mejor se le da es pintar con
acuarelas. Otro amigo común, Miguel de Unamuno, también artista y creativo
publicitario, me decía que la gran complicación de la acuarela es que no admite
rectificaciones, no existe una goma capaz de enmendar un trazo malogrado o la
posibilidad de pintar por encima del fallo para tapar la torcedura: en la acuarela
lo que pincelas, pincelado queda para siempre. Es una técnica solo apta para
aquellos que tienen muy claro lo que van a hacer y mi amigo Jaime es de esos.
Ahora expone junto a su hermana Nuria, que también es
artista, en una sala de Almeria, exactamente en Agua Amarga. Una exposición en la que no solo se van a
ver estupendas acuarelas
realizadas con maestría, y también sedas pintadas (Nuria, la hermana de Jaime
pinta sobre seda), se va a ver mucho más. Se va a ver la fuerza, las ganas, la
voluntad, la superación y la grandeza que solo tienen algunas personas, artistas que
aceptan cualquier reto, y como siempre buscando la perfección.
Enhorabuena a Jaime y desde luego recomiendo a
cualquiera que esté en las inmediaciones o tenga ganas de recorrer unos cuantos
kilómetros que vaya a ver lo que es arte del bueno, del imperecedero.
Solo quería decirlo para que no haya dudas sobre la
fuerza del arte.
Para entender la fuerza y la capacidad de superación de Jaime, sin conocerle, bastaría con leer alguno de los libros de Oliver Sacks...
ResponderEliminarYo leí el de la mujer que confundió con un sombrero hace mucho. Ya no me acuerdo.
EliminarPor cierto, me gustaría comprar alguna de sus pinturas, pero Almería está so far... ¿Cómo podría hacerlo?
ResponderEliminarSacks solía escribir sobre casos clínicos en los que personas aquejadas de problemas neurológicos logran adaptarse y superarlos.
ResponderEliminarclaro, él era neurocirujano o algo por el estilo (Sacks).
EliminarSe lo podemos decir a Geles lo de comprar un cuadro a Jaime, si te parece.
Me parece perfecto. En cuanto recupere la movilidad, claro.
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