jueves, 6 de febrero de 2014

Prueba de amor






La presente historia forma parte del Ramayana y está basada en un suceso real ocurrido en Occidente. Es de las pocas manifestaciones de la cultura hindú, e india en general, que tiene un claro origen en nuestra civilización y lejos de presentarse en el tono épico normalmente usado en estas obras de carácter religioso o filosófico, usa una narrativa fresca, casi coloquial, más acorde con la realidad a la que corresponde el contenido de la historia.
(N.del T.)


Elisa y Luis estaban profundamente enamorados y vivían juntos, muy juntos, desde que descubrieron que un solo minuto de sus vidas sin compartir, era un minuto desperdiciado. Cuando hacían el amor lo hacían de forma lenta, minuciosa, sin dejar un solo centímetro de piel sin que fuera recorrido por algún beso. Eran extremadamente felices, pero aún así, todos los días querían serlo aún más. Una vez, Luis, que era insaciable en sus pretensiones por complacer a Elisa, le preguntó qué necesitaba para que su dicha fuera completa y alcanzar el Nirvana, el éxtasis completo, la yuxtaposición con el universo infinito.(1 )  Elisa, que en el fondo tenía un sentido del humor bastante deleznable le dijo con un mohín que le gustaría tener un PiromioRex, sin saber exactamente que era un PiromioRex por la sencilla razón de que se acababa de inventar la palabreja. Luis la miró hipnotizado, pues realmente esperaba que la contestación hubiera sido del tipo “tengo todo lo que necesito para estar en la gloria, cariño mío” o alguna frase por el estilo, pero lejos de arredrarse se puso en pie y salió raudo de la habitación, sin preguntarse qué diantre podía ser un PiromioRex, pero con la clara determinación de traer uno. Luis, sí, efectivamente, era un imbécil. El caso es que se prometió, según llamaba al ascensor, que no volvería a su casa hasta encontrar un PiromioRex, y de los buenos.
Para abreviar la historia, que por mucha paciencia milenaria(2) que nos acompañe no es cuestión de relatarla en toda su extensión, Luis partió de su casa y no volvió hasta pasados 15 años. Durante ese tiempo cruzó desiertos, naufragó en embravecidos mares, atravesó montañas, se despeñó por barrancos abruptos y resecos por un sol implacable, se sumergió en ríos de aguas turbulentas, fue violado por turcos enormes y sucios, envenenado por piratas malayos, secuestrado por contrabandistas, apaleado por criminales, engañado por chinos,... siempre buscando un PiromioRex para su amada. Al final, derrotado, infeliz y hecho unos zorros, llegó a su casa. Abrió la puerta Elisa y al verlo en tan lamentable estado le preparó un baño con sales. Luis confesó que no había conseguido el PiromioRex y su amada, tomándole la cabeza en el regazo para que descansara se preguntó: “¿Qué habrá querido decir con que no ha encontrado el PiromioRex?, ¿qué mierda es un PiromioRex?”.


La historia termina de esta forma, quizá algo abrupta, pero no se han encontrado documentos que la completen o arrojen alguna pista sobre qué pasó a continuación. Algunos investigadores de las teorías expuestas en  The Gravitation, tratan de encontrar alguna conclusión filosófica o moral, pero sin conseguirlo. O consiguiéndolo muy poco.
A fin de cuentas, dicen, no es lo nuestro.






1  Clara referencia a elementos del hinduismo tradicional (N. Del T.).
2 Yo creo que esto es otra referencia a las filosofías orientales que han podido alimentar diferentes mitos hindúes. Pero tampoco estoy muy seguro (N. Del T.).






6 comentarios:

  1. Pues vaya ojo tuvo el Hinduismo al ir a fijarse en la historia de este pobre desgraciado. Y encima van y la adoptan para sus creencias. Si este es el intercambio filosófico que nos ha de llevar a compartir conocimientos para que las civilizaciones progresen, apaga y vámonos.

    Yo, como integrante del colectivo de seres humanos occidentales, siempre he esperado que, ya que la nuestra pocas veces ha recogido algo beneficioso, el resto de culturas sí sean lo bastante visionarias como para aprovechar nuestras pocas costumbres positivas. Pero leyendo esta revelación a uno se le quitan las ganas de tener esperanzas en la humanidad.

    Dicho esto, y estando seguro de que esta historia del Ramayana se trata de una broma, por muy documentada que parezca (porque lo és, ¿no?), estoy totalmente a favor de cualquier acto de amor; siempre y cuando no sea en perjuicio del sujeto enamorado. Porque la primera persona de la que hay que enamorarse en esta vida es de uno mismo. Y luego, ya si eso, del resto.

    Porque poco cariño le profesará ella cuando lo manda a buscar un medicamento, aún no inventado, y deja que su supuesta media naranja vagabundee por esos peligrosos lugares.

    P.D. ¿Quién es N. Del T.?

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  2. Sí, efectivamente todo es una broma. Es un pequeño disparate con apariencia real que de vez en cuando me permito. Para dar mayor verosimilitud, incluyo N.del T. ( notas del traductor)
    Son pequeñas debilidades en momentos de baja intensidad. ;-)

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  3. esta es la prueba de que las mujeres son caprichosas, inconsecuentes pero que siempre merece la pena volver a ellas ;-))

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    1. Creo que Mr. Struendo Sonado ha tenido la amabilidad de responder por mí.

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  4. para mi es la prueba de que el tal Luis, efectivamente era un imbecil

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