viernes, 14 de febrero de 2014

El último correo






Hay días que solo traen disgustos, y últimamente cada vez son más los que tienen algo que ver con mi ordenador, con Internet, o con el correo electrónico. Quién me iba a decir a mí, que me iba a llevar un berrinche por peder mi lista de correo, pero sobre todo, quién me iba a decir a mí que yo iba a tener una lista de correo ¿Una lista de correo?, pero si hasta el nombre parece algo relacionado con algún negociado dentro de la maquinaria burocrática que entorpece el fluir de la vida. Bien, pues resulta que sí, que yo tengo (tenía, de ahí el disgustazo) una numerosa lista de correo y que ahora echo de menos como si con ella hubiera perdido también a una buena parte de mis amigos, clientes y proveedores. Y me temo que es así. Lo siento sobre todo por los clientes, que ahora van a pensar que no los escribo debido a que no me pagan.
Pero lo que más me encorajina es que he perdido mi valiosa lista sin que haya mediado una mala praxis, por decirlo de forma que parezca que incluso en el caso de haber sido metedura de pata mía, en el fondo la culpa era de otro. Yo no he hecho absolutamente nada, no he vertido una cocacola por el teclado (nunca me ha gustado la cocacola, así que dificilmente), ni he aporreado la pantalla… nada, mi ordenador siempre es tratado con excesivo mimo, consecuencia de un excesivo respeto y temor.
Esta mañana, sencillamente lo he conectado como siempre hago, después de dedicarle unas dulces palabras de sumisión, y a la hora de comprobar mi correo, nastis monastis. El administrador del mismo (Entourage, ojo a los que también lo tengáis) ha decidido que estaba harto de traerme noticias y de mandar otras, así que cada vez que intento acceder a él, incluyendo mi añorada lista de correo, se bloquea sin darme ninguna opción. He hablado con mi socio y sin embargo amigo, que de esto sabe un montón y con la frialdad de los que saben que saben más que el resto, me ha dicho que me despida de todo lo que había en mi administrador de correo. Por lo visto, Entourage está descontinuado (vaya palabra para referirse a algo) y que una vez que falla, ya es irrecuperable. Perfecto. Adios, bay, bay, au revoir, ciao, agur, no sé cuántos años de relaciones a la basura.
Al menos podía haberme enviado un último email como despedida.





6 comentarios:

  1. somos victimas de la misma felonia. A me sucedio lo mismo con Entourage hace un mes. Mire en Internet para ver como lo podia solucionar y lo unico que aparece con la palabra Entourage es una serie de TV que ni siquiera he visto ni un capitulo.

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  2. Podemos organizar una plataforma de ciudadanos afectados por la desconsideración de nuestro servidor de correo. Fuera de bromas, el trastorno es inmenso, pues yo además tenía distintas carpetas con correos recibidos y enviados, precisamente los más importantes, a las que ya no puedo acceder. El estropicio es inconmensurable.

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  3. Esta clase de trastornos llegan así, sin avisar. Porque si supiéramos que son posibles haríamos algo para prevenirlos. Pero esta clase de sucesos no son más traumáticos de lo que pueda significar una mudanza precipitada, en la que siempre se pierde algo por el camino.
    Y yo no me preocuparía demasiado. Hoy en día, en un mundo invadido por incontables cacharros con los que comunicarse, lo realmente complicado es no encontrar a alguien o evitar que te encuentren.
    Eso sí, lo de no mandar ni un triste aviso es, como mínimo, para desviar la mirada con desprecio cuando, por casualidad, te cruces con uno de esos administradores. O cagarse en su puta madre, tu eliges.

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    1. pues ya que me das a elegir, me quedo con la última opción.

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  4. No me acojonéis que yo también uso Entourage y padezco sucesos paranormales que para sí los quisiera Cuarto Milenio, emails que aparecen y desaparecen que vuelan, sin hilos, de una carpeta a otra…
    He llegado a pensar que soy sonámbulo y que me levanto por las noches para mortificarme a mí mismo por algún pecado inconfesable que se me ha borrado de mi memoria (todos somos cerdos y unos).
    Aunque no os lo creeréis me compré una cámara de vigilancia intensiva para ver si era yo o algún otro djinn o alguien que me quiere volver loco sin reparar en cómo tengo el cerebro, sin reparación posible. Ese sí que es un disco duro pa trapos
    Así que veré a ver qué hago, ¿me recomendáis algún otro programa de correo fiable al que intentar emigrar, cual joven español antes de que esto se me hunda?

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    1. pues ya sabes que cuando las barbas de tu vecino veas pelar... las mías están rasuradas al cero.
      Yo ahora me he descargado Thunderbird, más que nada porque tiene un nombre molón. Hasta le fecha, sin quejas.

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