sábado, 13 de julio de 2013

Desorden





Si yo fuera una persona ordenada empezaría hablando de la entropía, pero dado que ese no es el caso, lo dejaré para el final.
Mi mesa de trabajo, mejor dicho, mis mesas de trabajo, pues tengo dos (he llegado a tener tres,  con lo cual la confusión era aún mayor), son lo que cualquier madre diría, un auténtico desastre (por cierto, ¿es que no hay madres desordenadas en este mundo?). Pero claro, es un desastre sólo a los ojos del visitante, porque yo soy capaz de encontrar cualquier cosa que esté buscando, sin ningún problema y en décimas de segundo (esto es una mentira descomunal, pero funciona porque me lo he llegado a creer tanto que no dejo de repetirlo cada vez que se presenta la ocasión).
Cuando llego a mi despacho con un nuevo documento, carpeta, libro o lo que sea, lo coloco en alguno de los estratos de cosas que necesito para mi trabajo y a partir de ese momento adquiere sus propios sistemas de locomoción, de modo que se traslada inopinadamente de un lugar a otro por propia voluntad. Me lo imagino por la noche, cuando todo el mundo está dormido, saltando de la mesa del despacho a una repisa de la biblioteca para luego colarse en algún cajón remoto. Mis gatos se lo tienen que pasar fenomenal, no me extraña que estén toda la noche sin pegar ojo. También puede suceder que aparezcan cosas que jamás he dejado allí. He llegado a encontrarme una lata de aceite de mi moto en el archivador donde guardo los papeles de hacienda.
Mi primo, que es arquitecto por cuenta propia, me contaba que era muy difícil encontrar algo en su estudio, ya que al ser muy pequeño en seguida reinaba el desorden, por lo que decidió cambiarse a otro tres veces más grande. Ahora, me decía con lágrimas en los ojos, ha renunciado a trabajar, porque al ser tan grande, tardaría años en encontrar incluso una hormigonera que pusiera.
Sí, el desorden no tiene nada que ver con la superficie sobre la que se extiende, como si fuera una estructura fractal, todo lo que pongamos sobre ella. El desorden forma parte esencial de cada uno de nosotros, o no (hay personas extremadamente ordenadas, lo que no impide que también pierdan cosas vitales), de forma que es imposible cambiar.  Es como ser alto o bajo, no se trata de algo que podamos solucionar con el propósito de la enmienda. Y es, según  la conclusión a la que llegamos mi primo y yo, un fiel reflejo de nuestro cerebro. Las personas que tenemos un barullo monumental por fuera, es porque por dentro también están mezcladas las herramientas para podar cerezos con el odio a las comidas excesivamente condimentadas, por buscar un símil que probablemente confunda más que aclare, pero los desordenados somos así. Nosotros mismos nos entendemos y sabemos donde está cada cosa.
Por cierto, paso ya de hablar de la entropía.




8 comentarios:

  1. Oh! el bendito desorden. Para mi el desorden es signo de vida, de presencia. ¿Acaso es ordenada la Naturaleza o el Universo?. Sin ese bonito desorden jamás hubiesemos existido. ¿Y quién ha dado permiso a las personas ordenadas para ordenar lo que les rodea?. Ordenar es malo, es obsesivo, es lo peor de lo peor (por no decir algo peor).
    Si llego a casa y la encuentro ordenada siempre dejo algo por medio. No soporto una casa ordenada, no es natural, me recuerda a una foto de catálogo de muebles.
    Incluso es un síntoma de creatividad. Para crear una melodía hay que desordenar la escala musical, y lo mismo pasa con el diccionario para escribir. Bien es sabido que se siguen unas pautas, pero si no se desordenaran siempre acabarían saliendo la misma canción o el mismo libro.
    Alguien puede creer que esto último es más ordenar que desordenar, pero es que todo desorden tiene su orden, aunque sea por un breve espacio de tiempo. Vaya, al final he desordenando mi idea del desorden y he acabado por ordenarla. Puede que el orden solo consista en darle sentido al desorden, vete tu a saber. Vale. Dejo ya de divagar, que me pierdo y ya no sé ni lo que escribo.
    Antes de postear debería ordenar las ideas, pero ya se sabe que la cabra tira al monte.

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  2. ciertamente la naturaleza no es nada ordenada, es más, si fuera ordenada no sería naturaleza. Y ya puestos, al final me veo obligado a hablar de la entropía, pero con mesura: la entropía... mejor lo dejo porque no se puede hablar de la entropía sin ponerse pesado y esa no es la forma correcta de contestar a quien amablemente me hace un comentario.
    Pero algún día hablaremos de la entropía (y rodarán cabezas, no lo dudes).

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    1. Quién hace las fotos que ilustran tus relatos?. Es que ésta me ha encantado y, no sé, se me ha ocurrido preguntártelo. Como siempre, muy bien escrito, pero no estoy de acuerdo con lo que dices de que el desorden no tiene nada que ver con la superficie sobre la que se extiende, aunque no estoy muy segura de convencerte ahora mismo con mi explicación, así que no la hago. Y de entropía ni hablamos, aunque, corrígeme si me equivoco, ¿no hablaste una vez, en esta tertulia, de esa "medida del desorden"?

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    2. Las fotos son, por decirlo así, mangadas. Hay dos formas: de Imagebank, de donde bajas la que quieras para boceto (no pagas nada) y con photoshop eliminas la marca de agua (es una inscripción que lleva para que no se pueda usar sin pagar, a no ser que utilices photoshop y la elimines). La otra forma es mucho más sencilla: buscas el concepto que quieras en google, y eliges la opción, "imágenes", y te salen a millares. Como puedes ver, no tiene ningún mérito, tan solo elegir la que creas más conveniente, ya ves tú.
      Lo de la superficie, según mi modesta opinión, no influye nada más que en el tiempo en que tardas en dejar claro que eres un desordenado. Es decir, tarde o temprano, el que es desordenado, lo demostrará sin dejar lugar a dudas. Si tiene poco espacio, lo abarrotará enseguida, y si tiene mucho, tardará más, pero al final será también un caos.
      La entropia, ah, la entropia. Ese es uno de mis temas favoritos de comedura de tarro por lo que es muy posible que ya lo haya mencionado en otras ocasiones, sí. Como resumen, solo te diré que el incremento de entropia siempre es mayor o igual a cero, y creo que con esto no hace falta añadir nada más. Solo es igual en los procesos reversibles (podemos anular el desorden volviendo a la situación inicial), y eso solo existe en los problemas de termodinámica con trampa. En el resto de los casos la entropia aumenta, por eso su incremento (S2-S1) es positivo, es decir mayor que cero (S2 >S1).
      Algún día hablaremos de la entropia, como ya le dije a Mazcota.
      Perdona la brasa que te he dado pero es que me has tirado de la lengua.

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  3. Pues sí que me has dado brasa, sí, pero no pasa nada. Para eso estamos los amigos para abrasarnos y que solo sintamos calorcillo. Besos.

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    1. Ese abraso podría haber ido acompañado de un FELICIDADES. Ayns, haber vivido en Chamberí y no saber que el 16 de julio se celebra el santo de todas las Carmen. Vale, te perdono, yo tampoco sé cuando es San Leoncio, ni siquiera sé si fue santo.
      Besos.

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