martes, 7 de noviembre de 2017

Entrevista a Óscar






Esta mañana me he levantado con ganas de hacer una entrevista. Ignoro qué parte de mi cerebro está lesionada para tener ese impulso repentino, pero le voy a dar satisfacción.

No será la de hoy la única entrevista que haga; he decidido llevar mi afición a la Tertulia Perezosa. Cosas peores se han visto por aquí.

De momento, voy a empezar mis primeras entrevistas con personajes de ficción. Luego, ya veremos.

ENTREVISTA A ÓSCAR

Hace un año salió a la venta mi novela El viaje del neandertal, aunque he de decir que muy pocas personas se enteraron, de hecho creo que no se enteró nadie. Se la dediqué a mi amigo César Mallorquí, y según me consta por su reacción cuando se la regalé, también se percató de su existencia. Al menos ya había dos personas que sabían de ella.

Hoy, en el aniversario de su publicación, voy a entrevistar a Óscar, uno de sus principales protagonistas. Es periodista free lance, friki de la ciencia ficción y como la mayoría de las personas inteligentes, coleccionista de todo tipo de curiosidades.

Acudo a la hora convenida al aparcamiento del Parque de Atracciones de Madrid, donde me ha citado para la entrevista, lo que me hace sospechar que no debe de tener muy ordenado su apartamento. No me cuesta demasiado trabajo distinguir a lo lejos su destartalada furgoneta, la Robustiana. Supongo que es la única que existe en el mundo con ese color. Llevo conmigo un pequeño paquete envuelto en papel de aluminio que le entregaré al final de nuestra conversación. Seguro que adivina de qué se trata, pero es un regalo pensado a última hora y no se me ha ocurrido otro mejor, de modo que tendrá que conformarse.

Me recibe con una franca sonrisa en la puerta de la Robus y me hace pasar a su interior con un gesto grandilocuente. Más que a una furgoneta, da la sensación de que me da entrada al Palacio de Dueñas.
    -Espero que no te moleste demasiado el olor –se disculpa-. Hace poco ha estado aquí Near, y por lo que he podido comprobar no ha cambiado sus hábitos higiénicos de hace cincuenta mil años.
Near es el neandertal que estuvo a punto de cargarse a una vaca de un garrotazo, de no haber sido por la intervención de Jorge y él mismo.
    -Lo sé –digo arrugando la nariz-. No te voy a preguntar nada sobre él ni sobre el resto de los personajes de El viaje del neandertal. Hoy el único protagonista eres tú.
Óscar eleva una ceja con superioridad al tiempo que ensancha sus hombros, ya de por sí bastante anchos.
    -También era yo el gran protagonista indiscutido de El viaje del neandertal. Si no fuera por mí nadie habría terminado de leer esa novela, puedes estar seguro.
Lo miro perplejo por su inmodestia y cuando estoy a punto de protestar, estalla en una sonora carcajada al tiempo que me da una palmada en la rodilla.
    -Era una broma, hombre –dice como un niño travieso-. Por cierto, ¿sabes cuántos ejemplares se han vendido?
    -No creo que pase de la media docena.
    -Mmmm, jamás pensé que llegara a tantos.
    -¡Era broma! –digo fingiendo que me río-. En realidad aún no tengo noticias, espero que pronto se ponga la editorial en contacto conmigo para preguntarme a qué paraíso fiscal me envían las ganancias.
Mi broma es recibida con la frialdad que se merece, y el incómodo silencio que se produce es roto por el crujir del par de folios que saco del bolsillo de mi chupa.
    -¿Cuántas preguntas vas a hacerme? –me pregunta señalando horrorizado las hojas de papel.
    -No te preocupes, esto es por si te limitas a responder con monosílabos, no quiero que dure más de cinco minutos pero tampoco menos.
    -Ah.
Me mira con su cara de chico que se las sabe todas retándome a que empiece.
    -Tú eres un personaje de ficción –suelto a bocajarro-. ¿Resulta sencillo vivir sabiendo que antes de que hagas o digas cualquier cosa, hay alguien que ha decidido que precisamente hagas o digas eso?
    -Eres muy mal escritor si realmente crees que eso es lo que les pasa a tus personajes.
Lo miro pensativo y prefiero salir del terreno en el que me he metido. Observo un brillo de triunfo en su mirada que me gusta menos aún que su sonrisilla de suficiencia.
    -Muchas personas que han leído El viaje del Neandertal, dicen que les recuerdas bastante a un personaje real, de carne y hueso. ¿Te molesta la comparación?
    -En absoluto –contesta tajante-. Comprendería que se sintiera molesto Jorge, que también dicen eso de él, pero yo estoy encantado.
Naturalmente Jorge es otro de los personajes de El viaje del neandertal, el amigo inseparable de Óscar.
    -Eres un borde, lo sabes, ¿no?
    -Naturalmente que lo sé.
Rebusco en mis papeles alguna pregunta que le pueda resultar incómoda pero se me adelanta y es él quién me hace una pregunta a mí. No me gusta el cariz que está tomando la entrevista.
    -La mayor parte de las personas que conozco piensan que Jorge es un tipo bastante más interesante que tú –me dice-. Supongo que te enorgullecerá verte superado por uno de tus personajes, ¿no? Sobre todo teniendo en cuenta las similitudes que muchas personas le encuentran contigo.
     -No entiendo lo que dices –respondo con incomodidad.
     -Ya.
Su sonrisilla me sigue molestando. Que yo recuerde, en mi novela no se mostraba tan irritante, las cosas como son. Decido acabar la entrevista cuanto antes.
    -Y bien, mi última pregunta: ¿qué haces cuando te duele la cabeza?
     -¿Que qué hago? –me responde un tanto sorprendido- A mí nunca me duele la cabeza.
    -¿Estás seguro?
Con lentitud doblo los dos folios, los guardo cuidadosamente en el bolsillo de mi chupa, me estiro los calcetines, me acomodo en mi asiento y mientras tanto observo como Óscar entorna los ojos, frunce el ceño, se lleva las manos a las sienes y con un gesto de dolor trata de decirme algo. Supongo que me está pidiendo unas aspirinas o algo más fuerte contra el dolor de cabeza. Lo siento por él, pero la verdad es que no llevo encima ningún analgésico, lo único que tengo es mi paquete envuelto en papel de aluminio. Se lo dejo encima del asiento del copiloto según me bajo de la Robus.
    -Aquí te dejo un bocadillo de chorizo –le digo aún con la puerta abierta-. Es para Near, por si lo ves, me he acordado de lo mucho que le gustan. En El viaje del neandertal, prometerle un bocadillo de chorizo era la única forma de hacer que entrara en razón.

Luego cierro la puerta procurando no dar un portazo pues sé lo mucho que molestan cuando eres presa de la jaqueca.




     Si alguien quiere saber cómo es realmente Oscar, incluso su amigo Jorge, solo tiene que pinchar en la portada del libro.













  



1 comentario:

  1. Hola Joaquín, muchas gracias por pensar en El viaje del neandertal en tu próximo encargo. Y sí, voy a hacer una excepción contigo con la cláusula " garantizo plena satisfacción o la devolución del importe si no queda conforme". ;-)) Claro, que otra solución es mandarte cualquier otro libro de los que tengo a ver si acierto con alguno.
    En esa librería no sé si lo tendrán, lo mejor es en La Casa del Libro o en el enlace que hay en este blog, yo creo que por todas partes.

    Un abrazo y espero que te guste,ya me dirás.

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