domingo, 18 de septiembre de 2016

La vuelta al cole





Ya he vuelto de mis vacaciones. Han sido breves pero mi gato me ha recibido como si hubiera estado ausente varios meses. Es decir, durante las primeras horas no me ha hecho el menor caso, como si no existiera, una indiferencia total que es su forma de castigarme por haberlo dejado abandonado durante diez días.
Gran parte las he pasado en formidables atascos entre Boston y Washington y el resto del tiempo metido en diferentes museos. Fantásticos museos; los americanos son maestros en cómo convertir un museo en un lugar no solo interesante e instructivo, sino también en un sitio divertido. Por supuesto, el que más me ha llenado de gozo es el Smitshonian dedicado a la aeronáutica y el espacio, auténtico motivo del viaje, del que esperaba muchísimo y que no me ha decepcionado en absoluto. He tenido ocasión de pilotar un caza despegando de un portaviones y aunque mi entrenamiento me facultaba para derribar otros cazas enemigos, no me enfrenté con ninguno en los pocos minutos que dura la sesión del simulador de vuelo. De hecho los veía a lo lejos pero inmediatamente evitaba acercarme a ellos con una endiablada maniobra, quedando como un auténtico cobarde pero disfrutando en cada viraje, picado, guiñada, subida hasta entrar en pérdida…, aún a sabiendas de que todas esas maniobras me alejaban del placer de acribillar a balazos a otro avión, si seré rarito. 
También he dedicado una considerable cantidad de horas al día a sobrealimentame, repartidas entre el desayuno, la comida y la cena, con breves intervalos para engullir llamativas bolsitas con todo tipo de  cositas, en general redondas y especiadas. Yo soy de la opinión de que allá donde fueres, haz lo que vieres, que decía mi abuela poniendo voz de persona que conoce los secretos de la vida.
No me voy a extender más sobre este viaje por un doble motivo: por un lado porque contar las vacaciones es como poner a las visitas el video de la fiesta de cumpleaños de tu niño, que a nosotros nos parece irresistiblemente divertido pero la realidad es que no le interesa a nadie. Por otro lado porque nada más llegar me he encontrado con un montón de trabajo y aunque solo sea por lo insólito del suceso, tengo que dedicarle toda mi atención.


Nada más quería decir que no me he muerto y aunque este blog no tenga ningún sentido, tal como avisa a la entrada, sigue vivo para aquellos que se sientan interesados por el tipo de despropósitos y curiosidades que normalmente aquí aparecen.




8 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias Rocosy, da gusto llegar a casa cuando te dan la bienvenida.

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  2. Tenías que haber intentado derribar alguno y prepararte por si viene la Tercer Guerra Mundial, que lo mismo nos llaman a los reservistas, jajaja

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  3. Pues habrá que tomar algo para celebrar vuestra vuelta. No la vuelta al cole, claro eso no.

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    1. siiii, me parece excelente idea. Planeamos algo Keep in touch

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  4. Pues bienvenido. Y no te cortes en contarnos tus vacaciones, estoy seguro de que sabrás encontrar la fórmula idónea para hacérnoslas fascinantes.

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