miércoles, 17 de agosto de 2016

Operación burkini








Antes de nada, definamos qué es un burkini: se trata de una prenda para bañarse (las mujeres, claro) que cubre todo el cuerpo excepto cara, manos y pies. No voy a entrar en lo extremadamente deseable que puede resultar para cualquier mujer libre lucir semejante modelo, sobre todo para las jóvenes, ni lo cómodo que sin duda es, especialmente mojado, que lo supongo varías horas una vez que se ha sumergido en el agua una vez. Creo que está fuera de toda duda lo irresistible que resulta, y es obvio que quien lo usa lo hace convencida de sus ventajas. La polémica está en su prohibición, no en sus evidentes mejoras sobre cualquier otro tipo de bañador. Principalmente en Francia, Italia y Belgica, es un asunto que suscita encendidos debates. Valls apoya los vetos que se han dictado en varias localidades y lo hace quizá influenciado por los últimos atentados que han ocurrido en Francia; supongo que es inevitable  ver la sombra negra del radicalismo religioso en ese negro también modelo de bañador. Yo no soy partidario de las prohibiciones, pero por supuesto, ya sin ironías, considero un atentado contra la dignidad femenina obligarlas a vestir de esa manera, y que nadie me diga que las hay que lo hacen de manera voluntaria porque sencillamente no me lo creo. No me creo que haya una sola mujer en su sano juicio que sin el lastre de una educación extremadamente machista, castradora, y destinada a ver como natural la distinción con el genero masculino y su sometimiento a él, opte voluntariamente por estar todo el día en la playa vestida de tal guisa, no me lo creo. El hecho de que solo las mujeres musulmanas hagan uso del burkini, apoya mi falta de fe en esa posibilidad, si seré tonto. Y lo usan porque no les queda más remedio y quienes dicen que lo hacen porque les gusta, son rehenes de su educación o bien mienten, porque eso no le puede gustar a nadie, mienten como esas pobres mujeres que dicen que su marido en el fondo las quiere, aunque de vez en cuando unos dedos marcados en su rostro indique que las bofetadas no les son desconocidas.
Pero de todo lo que he leído este verano sobre este asunto, me llama sobre todo la atención que los musulmanes declaren que se sienten muy incómodos con esta prohibición. ¿Un musulmán se siente incómodo con las prohibiciones? Sorpresa. Por un momento creí  que la existencia del burkini era consecuencia de que la religión musulmana prohibe a las mujeres mostrar su cuerpo en la proporción, lugar y circunstancias que consideren oportunas, y resulta que no, que los clérigos musulmanes se sienten incómodos prohibiendo. Entonces  es solo una moda. La misma moda que ha creado el burka que cubre todo el rostro o el niqab que solo deja ver los ojos. Una moda que hace irresistible a cualquier mujer y por eso la lucen voluntariamente y encantadas. Claro.
Lo dicho, yo no soy partidario de prohibir, pero tampoco puedo aceptar la imposición y me temo que tanto el burkini, como los velos en todas sus modalidades, son imposiciones, imposiciones de una religión que desprecia a la mujer, la relega a un segundo plano, la cosifica y la somete. Yo no prohibiría el burkini pero sí le pediría a la mujer que no lo acepte y desde luego lo que sí haría sería apoyarla para que no se sienta sola y mucho menos amenazada.

Por cierto, el burkini existe desde el año 2003 y empezó en Australia. Lo diseñó un libanés que vivía allí. Antes de ese año, las musulmanas no tenían ni eso, se ve que se están haciendo más tolerantes. No sé a donde vamos a llegar, como siga la cosa así acabaremos viendo burkinis en vivos colores y hasta estampados.

Otro día hablaré sobre los fundamentalismos, asunto muy relacionado, pero como avanzadilla diré que el término fue acuñado a principios del siglo veinte por los protestantes norteamericanos. Querían volver a los “fundamentos” del cristianismo pues consideraban que otros grupos más liberales se estaban alejando de forma alarmante de la fe cristiana.

Seguiremos, el asunto es fascinante.






8 comentarios:

  1. ¡Qué te voy a decir que no te haya comentado ya!
    Las religiones son una MIERDA, las estructuras religiosas incalificables, y el ISLAM puede que se lleve la palma.
    Pero ¿cómo puede alguien creer en una religión en que su creador y profeta, Mahoma, era un pedófilo consumado.
    ¿Por qué crees que les parece bien casarse y destrozar a niñas vírgenes?
    Porque el Mofeta así lo hizo con Aisha, su favorita.
    Los historiadores discuten a qué edad la desposó, entre los 6 y los 9 años, y a qué edad la desvirgó, entre los 9 y los 12...
    ¡Valiente canalla!

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    1. pues sí, efectivamente. Desde luego este asunto no te deja indiferente jejeje Abrazo y cuídate que estás rodeado.

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  2. Sobre la catadura moral del profeta os recomiendo el libro "Por qué no soy musulmán", de Ibn Warraq. El autor es árabe y su nombre, por supuesto, un seudónimo, porque si su identidad saliese a la luz su vida peligraría. Eso es una religión de paz, sí señor. Por lo demás, hace tiempo que sostengo que la civilización islámica y la occidental son incompatibles en aspectos básicos. Como por ejemplo los derechos de la mujer.

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    1. No es la primera vez que autores de libros o de viñetas se tienen que esconder para salvar su vida. El libro de Saldam Rushdie, los versos satánicos, lo leí hace tiempo y no conseguí descubrir la parte ofensiva que encontraron los musulmanes.

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  3. Desde luego que no parece muy cómodo. Pero le añades una bombona de oxígeno, unas gafas de bucear, y luego lo confeccionas con alguna clase de tela que aísle la temperatura, y tienes una alternativa al traje de neopreno la mar de resultona.

    Hablando en serio, es difícil opinar cuando el debate transcurre sobre esa difusa línea que separa prohibiciones, tradiciones, cultura, imposiciones y educación. Pero no por ello deja de ser interesante. Sin ánimo de defender al burkini, me vienen a la cabeza un par de cuestiones: de no llevar connotaciones religiosas, ¿existirían mujeres no musulmanas dispuestas a ponerse esa prenda? Hablo de chicas acomplejadas o con mucha sensibilidad a los rayos ultravioleta. Quizá estemos ante lo último en trajes terapéuticos y no nos atrevamos a utilizarlos por culpa de nuestros perjuicios.

    Por otra parte, no dejo de pensar en aquellos trajes de baño tan aparatosos que llevaban las mujeres occidentales hace apenas un siglo. De acuerdo que por aquel entonces gozaban de prácticamente las mismas libertades que hoy en día las musulmanas, pero si viajaban a la Polinesia seguramente encontrarían mujeres con trajes muy parecidos a lo que vendría siendo un bikini. Y a ninguna de aquellas distinguidas damas se le hubiese ocurrido despojarse de sus refajos para dejar al descubierto piernas, espalda y mucho menos tripa. Supongo que les parecería poco civilizado. ¿Estaban aquellas mujeres igualmente encadenadas a la moralidad de su época como lo están las musulmanas? Y una última pregunta: Si las musulmanas son presa de su educación, ¿lo son las occidentales de la moda?

    Lo que está claro es que, en cuanto entra por medio la religión y sus imposiciones, cualquier elemento es sensible a la radicalización. Con todos los crímenes que llevan a sus espaldas, aún no entiendo cómo no las hemos eliminado.

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    1. Ya, pero en la época que dices de aquellos bañadores estrafalarios a nuestro ojos, los modelitos que llevaban los hombres eran igual de ridículos, tan solo se diferenciaban en que no llevaban volantitos.
      Como aficionado al submarinismo tomaré nota de tu sugerencia para sustituir al neopreno, que es un auténtico suplicio ponérselo y mucho más quitárselo.

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