lunes, 12 de enero de 2015

Manifa






Cada vez que sucede algo que conmociona al mundo entero, me escandalizo como cualquier persona decente, pero no me gusta ver que mi indignación la comparten personas de cuyos sentimientos desconfío. Tampoco me gustan las reacciones exageradas, pues la exageración nunca es sincera y siempre es sobreactuación. Pero sobre todo, lo que peor llevo es ver que se utilizan los sentimientos de la mayoría para quedar bien y exhibir una sensibilidad que en ninguna otra circunstancia se ha demostrado tener.


Ayer vimos en París una manifestación impresionante contra el terrorismo yihadista. Perfecto, me sumo, pero no estoy conforme con que la cabeza de la manifestación estuviera formada por todos los líderes políticos apretujados unos contra otros para caber todos en la primera fila. Resultaba patético ver cómo se daban pequeños empujoncitos para salir en la foto, y desde luego, sus esfuerzos por evidenciar su apoyo a la misma causa por la que yo estaría en esa misma manifestación, a mi no me convencieron lo más mínimo.





Especial extrañeza me produjo ver a Rajoy, con lo poco que le gusta que se manifieste la gente, en las calles de París sacando pecho en defensa de la libertad de expresión. Puede engañar a Merkel, a Sarkozy (que no creo) o a cualquiera de sus compañeros de manifa, pero no puede engañar a los españoles que hemos visto como se ha sacado de la manga la ley mordaza, por la que nos pueden caer 30.000 euracos de multa por hacer lo que estaba haciendo él en París. ¿Cómo se puede tener tanta hipocresía y tanta cara dura?

Pero no me quiero centrar solo en Rajoy, que bastante tiene el pobre con Podemos. En general, ¿qué pinta un político encabezando una manifestación? No es lo suyo; me resulta una visión contranatura. No me siento cómodo y no me siento cómodo porque veo fraude, engaño, manipulación y escaqueo. Se supone que las manifestaciones se hacen para protestar. Es la forma de mostrar un malestar unánime debido a que existe  un problema, y precisamente se sale a la calle para exigir soluciones. Soluciones que, mira tú, tienen que aportar los políticos. Entonces, ayer, ¿a quién exigía soluciones la cabecera de la manifestación? ¿A si mismos? ¡Vaya tontería!

Todos esos líderes, en lugar de estar perdiendo el tiempo en la calle demostrando lo cerca que están del pueblo y lo mucho que lo comprenden, deberían reunirse en una cumbre, o como lo quieran llamar, para ponerse de acuerdo en actuaciones conjuntas buscando soluciones eficaces que funcionen, y dejar de hacer el tonto cogidos del brazo bajo el lema “Je suis Charlie”. ¿Pero quién se va a creer que ellos son Charlie?

Otra cuestión, y esto ya es tema aparte, aunque en realidad tiene mucho que ver con la hipocresía, y no solo de los políticos, sino de todos, es por qué no nos indignamos de la misma forma y con la misma intensidad con otras barbaridades que se están cometiendo continuamente. No quiero poner el ejemplo de los palestinos, o la elegante forma que tenemos de ignorar todo lo que sucede en África, pero hay para montar manifestaciones todos los días en París, Roma, Londres… los pobres políticos no darían abasto para acudir a todas.





9 comentarios:

  1. Tienes toda la razón del mundo. Este mismo sábado se inmoló (o la hicieron inmolarse) una niña de diez años en un mercado de Nigeria, matando a veinte personas además de ella, y el suceso pasa de puntillas. Es lo que más rabia me da de los medios informativos: la noticia es lo que ellos enseñan. El resto, si no se hacen eco, no existen. Es más, piensa que si no hubiese asistido cámara alguna a la manifestación, ningún político se hubiera acercado a ella.

    Y otra de las cosas que me enerva es que somos tan imbéciles que al final los terroristas acaban consiguiendo de nosotros lo que se proponen, que no es otra cosa que notoriedad y salir en todas las portadas. Debería existir un manual informativo y moral para tratar los temas de terrorismo. Se podría decir que ha habido un atentado pero jamás revelar qué grupo lo ha perpetrado ni con qué intenciones. Si nadie les hiciera caso ni les proporcionaran publicidad, igual hasta trataban de conseguir sus ideales de otra forma. Pero, claro, el problema viene cuando también les interesa a los políticos focalizar un enemigo común contra el que luchar para captar electorado. La historia demuestra que es la mejor forma de conseguir aliados. O, en este caso, votantes.

    Bueno, el tema es muy complejo para expresarlo en unas líneas. Pero vamos, que sí, que la forma en que tratamos los atentados es otro punto a mejorar por nuestra sociedad.

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    1. tienes toda la razón, precisamente cuando leía la noticia de la niña de diez años en el mercado de nigeria, pensé que había una visión muy etnocéntrica en todo lo que está sucediendo. Es muy complicado y terreno resbaladizo pues es fácil acabar diciendo cosas que se pueden interpretar de muchas formas.

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  2. Me parece acertadisimo este articulo. Totalmente de acuerdo, suscribo al cien por cien lo dicho tambien por Mazcota. Pongo otro ejemplo: en diciembre de 2013 hubo dos atentados yihadistas en Volgogrado donde murieron 34 personas. No hubo ningun politico.
    Otra pregunta: ¿hubiera ido Rajoy a la manifa, sin saber de antemano que tambien iban a estar el resto de mandatarios? Lo digo porque cuando yo voy a una manifa, no me preocuapa si van a ir mis colegas de trabajo, voy porque me lo pide el cuerpo y si coincidimos es casualidad.

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    1. gracias struendo y te digo lo mismo que a Mazcota.
      Tienes toda la razón, el hecho de quedar todos juntos para ir a la manifestación, también quita credibilidad al acto, que de por si, tiene poca.

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  3. Es preocupante (y para quien tenga mucha imaginación hasta sospechoso) comprobar hasta qué punto les vienen bien a los racistas este estado de cosas. Solo hay que recordar la combinación Torres Gemelas-Guerra de Irak. Nunca podremos estar seguros de quién o qué propaga las ideas.

    En cuanto a la manifestación, existen fotos que han suscitado muchas protestas. En ellas no se ve a los mandatarios de frente como aquí sino desde arriba. Y escandaliza comprobar que detrás de ellos NO HAY NADIE. Probablemente, la gran masa de gente estará (que supongo que sí) a muchos metros, no sea que alguien les haga pupa. O sea, valentía cero en este caso. Aparte de que, como tú dices, ¿contra quien se manifiestan si ellos son los únicos que tienen en su mano que las cosas dejen de estar como están?

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  4. ese es el gran riesgo, Molina de Tirso, que haya grupos que aprovechen la circunstancia para exponer ideas xenófobas y contra, no ya la totalidad de los musulmanes, sino contra los inmigrantes, refugiados,... Precisamente en Dresde ha habido una manifestación de tintes nazis que confirma este peligro.

    En cuanto a lo otro que dices, es verdad, he visto esas fotos aéreas y se hace aún más patente que los políticos estaban ahí pero sin estar del todo, tenían una pequeña burbuja reservada para ellos, lejos del resto de los asistentes. Es como ir a una manifestación con derecho a palco. Podían tener un poquito más de pudor, caramba.

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  5. Voy a ser la voz un poquito discordante, me temo. Hay al menos dos motivos por los que puede celebrarse una manifestación: Para protestar (o exigir algo), pero también como señal de unidad y solidaridad. Evidentemente, la manifa de París pertenecía a la segunda clase. Así que, Samael, creo que te equivocas cuando dices: "... también quita credibilidad al acto, que de por si, tiene poca". No, amigo mío, la presencia de los jefes de estado no le quita la menor credibilidad a un acto respaldado de buena fe por millones de personas; simplemente deja más patente que esos políticos no debían estar ahí, y menos en cabeza de la marcha.

    Por lo demás, comparto todo lo que decís sobre el bochornoso oportunismo de los políticos. Sobre todo porque estoy seguro de que la mayor parte de ellos, si pudieran, cerrarían Charlie Hebdo (o cualquier otra publicación similar). No, ellos no son Charlie.

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    1. Cuando decía: "... también quita credibilidad al acto, que de por si, tiene poca", me refería obviamente a la credibilidad, no del acto, sino de los asistentes políticos, que NO me ofrecen ninguna credibilidad. La manifa, y el resto de participantes que circulaban unos cuantos metros más atrás, por supuesto que sí.
      El resto ya está dicho.

      Y desde luego, sigo sin ver a los políticos ahí, aunque sea en señal de unidad. La señal de unidad la pueden dar buscando soluciones, diálogos, factores que faciliten la convivencia en lugar de fomentar la separación, creando alianzas, mecanismos de.. ¡yo qué sé! que se lo curren, coño.

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    2. Por ejemplo, ahí estaba con todos, Netanyahu. ¡Mostrando su unidad con la libertad de expresión! No sé yo qué pensarían los 18 periodistas que murieron durante los ataques a los palestinos, o los mismos palestinos bombardeados este año sin respetar el alto el fuego. Pero él mostraba su unidad contra el terrorismo delante de todas las cámaras del mundo cogidito del brazo con otros políticos que le ríen las gracias.
      Pues eso.

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