jueves, 18 de septiembre de 2014

Por si acaso








Las personas hacemos cosas movidas por una infinitud de motivos: por amor, por odio, por dinero, porque es gratis, por vocación, porque no queda más remedio, por compasión, por rencor… y las hacemos siguiendo un plan, el plan A, con la esperanza de que las vamos a hacer bien. Sin embargo la inseguridad y los deseos de triunfo, muchas veces nos hacen buscar una alternativa para tratar de garantizar el éxito de la operación, y hacemos cosas “por si acaso”, que es el plan B. ¿Quién no ha hecho alguna vez algo “por si acaso”?
En este capítulo cabe incluir las mayores tonterías que se pueden pensar. Por ejemplo, cuando perdemos un objeto, además de buscarlo (plan A), le ofrecemos a San Antonio Bendito una dádiva por si acaso funciona y lo hace aparecer (plan B). Si nos duelen las articulaciones, vamos al reumatólogo (plan A), pero por si acaso, nos ponemos una pulserita imantada de esas que terminan en dos bolitas, y que no valen para nada (plan B). Podemos poner mil ejemplos más exagerados en los que el plan B, de tan ridículo que es, resulta hasta cómico. Bueno, no pasa nada pues para algo está el plan A.
Lo malo es cuando hacemos cosas directamente “por si acaso”, sin haber pensado un plan A. Es terrible elegir directamente la opción ridícula, pues además, al carecer de un plan principal, de cómica ya no tiene nada. Así se han tomado grandes decisiones. Por ejemplo, se invadió Irak y se desató una guerra cuyas consecuencias seguimos sufriendo, por si acaso tenían armas de destrucción masiva. No había plan A, solo el disparate del “por si acaso”.
La homeopatía es claramente un plan B, un “por si acaso”. Y leer los horóscopos, sacar al patrón del pueblo en procesión cuando hay sequía, la reforma laboral de Rajoy para hacer crecer el empleo, la reforma del sistema educativo de Wert para que los alumnos españoles suban su nivel y nos hagan quedar mejor en los informes Pisa, las reformas fiscales, las sociales, sanitarias, invocar a dios para que disminuya el paro… últimamente tengo la sensación de que todo se hace por si acaso funciona, pero la verdad es que no funciona nada.

En fin, yo de momento me voy a comprar mi piedra preciosa de la suerte, a ver si me llevo una sorpresa. Lo mismo, ¿por qué no?







9 comentarios:

  1. Es como si yo, sin tener ni puta idea del juego, cogiera un cubo Rubik e intentara completarlo. Ahora lo giro a la derecha, luego a la izquierda; más tarde roto una fila de cuadrados hacia arriba, después otra hacia abajo. Seguramente, por momentos me parecería estar a punto de conseguirlo pero, intentando desplazar al sitio correcto los tres o cuatro colores que me faltaran por colocar, volvería a desmontar todo lo conseguido y buscaría variar algo los movimientos para ver si así lo finalizaba. Y así podría pasarme toda la eternidad, sin llegar a completarlo.

    Pues esa es la sensación que me da el gobierno. La de tener en sus manos un juguete que no saben muy bien cómo manejar. Ahora creo una ley, luego la modifico; ahora varío el sistema educativo, dos, tres, cuatro, ocho veces. Las que hagan falta. Porque, como ninguno parece funcionar, habrá que buscar alternativas, aunque sea al tuntún. Y así con todo.

    Lo curioso del tema es que, si me paro un momento a pensarlo y planifico mis movimientos, es muy posible que sea capaz de solucionar el reto que me supone el cubo Rubik. Y eso que no me considero especialmente inteligente. Vale, sí, puede que me cueste Dios y ayuda, pero con un programa bien ideado es posible que lo consiguiera.
    O no.
    Entonces, si realmente quisiera tener en mi casa un cubo Rubik perfectamente ordenado, lo mejor sería pasárselo a un experto para que me lo dejara inmaculado sin más movimientos que los precisos.

    Volviendo a las personas que gobiernan, ¿hay interés verdadero en solucionar los problemas, o se contentan con sólo tener el juguete en las manos? Lamentablemente, ese juguete que es el gobierno, tan sólo ha ido a parar a dos manos en los últimos treinta años. Tiempo más que suficiente para que esos dos partidos políticos demuestren su incapacidad.

    Ahora que me leo, igual no tiene nada que ver esto con lo del plan B. ¿O sí? De todas formas, yo lo suelto, que estas ideas tontas se corrompen en mi interior y pueden crear un estropicio.

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  2. Pues yo estoy totalmente de acuerdo con Mazcota. La sensaci´on que transmite el gobierno cada vez que propone algo es de una inseguridad propia de los "por si acaso". Parece que sean propuestas por "si cuelan". Pero si hasta Gallardon se tiene que ir a su casa con su reforma de la ley sobre el aborto sin aplicar. Pbrecillo.
    Todo son palos de ciego. suben los impuestos pero luego los bajan (cara a las elecciones, claro), ponen el recetazo y luego lo quitan,... no dan una a la primera, no tienen plan A en nada, un autentico desastre.
    Brrr

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  3. Pues tenéis razón los dos, al menos desde mi punto de vista. Veo que después de todo el tiempo que ha pasado desde que entraron, que las cosas como son, ya estábamos tocados, no se ha hecho nada, absolutamente nada que haya servido para solucionar alguno de los múltiples problemas. Bien es cierto, que hay unos pocos que sí han salido beneficiados con las medidas tomadas, pero la mayoría está peor. Su plan A, o bien era inexistente, o bien era una porquería o bien solo estaba pensado para que funcionara con un grupo muy restringido de personas.
    un desastre.

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  4. Respecto a este gobierno que sufrimos, su plan /A, B o C, da igual) es eminentemente marxista, pero de la corriente Groucho. Básicamente reza: "Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros".

    En cuanto a la cuestión que plantea el amigo Samael, es muy cierta... en el mejor de los casos. Porque yo creo que la gente, en general, no tiene ningún plan, Y de tenerlo, tiene uno y gracias. Por supuesto, ese único Plan A puede ser todo lo absurdo que uno quiera. ¿Qué pasa si falla? Pues se vuelve a aplicar el Plan A, sólo que con más intensidad. (Ejemplo social de esto: la lucha contra las drogas).

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    1. Sí, el ejemplo que has puesto de las drogas es el mejor que se puede encontrar para ilustrar el empecinamiento en seguir un único plan, puesto en funcionamiento infinidad de veces sin obtener ningún resultado ninguna de ellas. Es más, consiguiendo lo contrario de lo que se pretendía.

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  5. Pues yo no estoy de acuerdo ESTÁNDOLO. Pienso básicamente como vosotros, todo lo que decís que está mal es que lo está. Vamos a peor etc. Pero difiero en que no creo que sea consecuencia de su ineptitud. Quitando alguna cosilla (aborto) en lo que se les ha ido la mano, todo está cuidadosamente previsto y calculado para derribar derechos, promover desigualdades, dar más poder a naciones y personas opulentas y dejar en la impunidad la corrupción. Eso sí, no contaron con el fenómeno Podemos -porque tampoco son omniscientes- y eso les tiene bastante cabreados. Además, pensaban que cinco minutos antes de las elecciones iban a contarnos el cuento de que lo habían solucionado todo y ahora vivíamos en la gloria y nos lo íbamos a creer. Es decir, nos creían más tonto de lo que somos. Pero tampoco en eso les culpo porque el país no había demostrado mucha inteligencia al votarles, y ¡precisamente en 2011! La democracia es el mejor de los sistemas pero, como todo (un ordenador, un coche, las agujas de hacer punto) hay que saber usarla: estar al tanto de lo que pasa, saber quién es quién, deducir, o sea, molestarse un poco en pensar.
    A ver lo que hacemos en 2015. ¡Lagarto, lagarto!

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    1. El aborto es un ejemplo, desde luego, tanto es así que incluso el objetivo para lo que se pensó, que era ganarse a su electorado más conservador, no se ha alcanzado, incluso están más mosqueados que nunca porque se ven defraudados. Digamos que el proyecto de reforma del aborto (ordenado y auspiciado por Rajoy) ha sido un estrepitoso fracaso electoralista cuando se pretendía ganar más votos (por cierto, da miedo pensar en lo que son capaces de hacer con tal de ganar votos: el alcance de la reforma de la ley era tremendo en la vida de muchísimas mujeres, y hombres también, claro). Pero hay muchos más ejemplos: todo lo que estamos viendo ahora sobre Cataluña, ¿qué plan tienen? ¿han pensado en algún momento qué hacer, con inteligencia, sentido común y sentido político? ¿qué harán el día después del anunciado? NO TIENEN NADA. solo un discurso jurídico: que si es anticonstitucional, que la constitución primero, que las leyes están para algo... todo está muy bien, ¿Pero y el discurso político? ¿Alguien lo ha escuchado en algún momento? ¿Algo parecido a lo que hizo Cameron, que solo le faltó llorar en su discurso CIEN POR CIEN POLÍTICO? Aquí, todo lo que se les ocurre es que para defender al constitución, si es preciso se utilizarán todos los medios sin descartar ninguno, en clara alusión en el uso de la fuerza.
      Pero ocurre lo mismo en otros terrenos: educación, fiscal, industría, energía... como dice César, es totalmente marxista (de groucho) ¿qué no tragan? pues lo cambio. Estos son mis principios pero si no está de acuerdo aquí tengo otros.
      Este es mi punto de vista, Molina de Tirso, y siento diferir en lo que dices, en que nos creían más tontos de lo que somos: yo creo que lo somos aún mucho más, y si no, ya veremos qué pasa en las próximas elecciones.

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  6. Comparto lo que dice Samael, Molina de Tirso. Somos muy, pero que muy tontos. Es lo que sucede con los pueblos incultos, y el español lo es: nos dejamos comer el coco con lo accesorio mientras nos sodomizan con lo fundamental. Pero, en fin, como dice el ilustre gestor de esta tertulia, la prueba de fuego la tendremos en las próximas elecciones.

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    1. Lo acabo de escuchar: el PP ha subido 3 puntos en intención de voto desde el último barómetro. De celebrarse las elecciones hoy, ganaría con el 29, 2 % seguido del PSOE con el 20, y dado que ya, antes de que se produzca ninguna situación que lo justifique, los socialistas han declarado que nunca van a pactar con Podemos, pues... echad cuentas.
      Es curioso que el surgimiento de Podemos sea lo mejor que le ha podido suceder al PP.

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