jueves, 3 de octubre de 2013

Cada vez más moscas






Cada vez nos parecemos más a las moscas. Y no lo digo porque haya observado un curioso surgimiento de pelos en mi espalada, que también, lo digo porque sigo muy de cerca la trayectoria de la drosophila melanogáster, más conocida como mosca del vinagre, menos conocida como mosca de la fruta y desconocida totalmente como amante del rocío de vientre negro, que es la traducción literal de su nombre al castellano.
Resulta que nuestros genes son prácticamente idénticos a los de este insecto y desde luego sí lo son los mecanismos genéticos que operan en humanos y drosophilas. Estas circunstancias convierten a nuestra amiga la mosca en una invitada permanente en todos lo laboratorios de investigación, sobre todo porque su vida es aprovechablemente breve, lo que permite observar los resultados de las mutaciones provocadas en sus genes sin esperar mucho tiempo. De hecho, entre una generación de drosophilas y la siguiente sólo pasan 10 días. Un chollazo para los investigadores de la manipulación genética.
Este es precisamente el punto al que quería llegar: cada vez nos parecemos más a las drosophilas melanogáster porque cada vez somos observados con mayor atención. Salvando las distancias claro, por ejemplo no esperan a que pase una generación; precisamente nuestra utilidad estriba en nuestra longevidad. Pero sobre todo hay una gran diferencia: no manipulan nuestros genes, sino los genes de los distintos cacharritos (gadgets los llaman) que han invadido nuestras vidas hasta el punto de formar parte sustancial de nosotros. Ya nadie concibe la existencia sin un smartphone (que ha sustituido al teléfono móvil), una tablet y por supuesto el ordenador. Pues bien, cada uno de estos chismes tiene sus aplicaciones, sus programas y sus softwares que son modificados (manipulados genéticamente) con algún fin desconocido, salvo para sus creadores, en plazos muy cortos de tiempo. Estas actualizaciones (upgrades las llaman) son constantes, intrusivas y la mayor parte de las veces innecesarias. No pasa mes sin que tenga que descargar la última versión del FaceBook (que sigue haciendo las mismas cosas que antes), del Viber, de ITunes, de Skype, de iPhoto,… mi ordenador me sugiere constantemente que baje nosequé punto siete que es mejor que el nosequé punto seis que bajé la semana pasada. Luego resulta que lo bajas y tienes que actualizar la agenda de los microzombis porque no son compatibles con el gran avance que supone  la mejora en el chispúm recientemente adquirido.
Digo yo, que alguien estará observando nuestras reacciones ante los cambios impuestos y tomará buena nota de ellas para justificar la siguiente manipulación en los genes de nuestros órganos más vitales, los cacharritos.
Acabaremos como moscas encerradas en tubos de ensayo en una disolución gelatinosa de azúcar y levadura, con ojos en el ano, seis alas amarillas de forma exagonal, tres espiritrompas y dos abdómenes, con alguien estudiando nuestro comportamiento para ver si todas esas modificaciones sirven para algo.
Unos monstruos.




13 comentarios:

  1. tiene gracia. A mi me pasa lo mismo,cada vez que hago una actualizacion me doy cuenta de lo efimero que es todo, vivimos en una epoca en que las cosas duran excesivamente poco, todo se desvanece a los cinco minutos, nada permanece el tiempo suficiente para poder llegar a acostumbrarte y cuando ya te has acostumbrado, lo que tenias es reemplazado por una version mas nueva (a veces peor) y otra vez a la tediosa tarea de acustumbrarte...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. la famosa obsolescencia. Otro día hablamos de las curvas exponenciales de la duración de lo novedoso...

      Eliminar
  2. Creo que ya andamos metidos en probetas. Nada más encender uno de esos cacharros que nos conecta a internet nos hacen un seguimiento de nuestros gustos, aficiones y motivaciones. Tengo un conocido, trabajando en Holanda, que se dedica precisamente a eso, a investigar por qué en una página web se cliquea más sobre tal círculo y menos sobre cual triángulo. Dicha profesión tiene un nombre técnico que nunca me he preocupado en aprender para no trastornar mi mente. No quiero añadir la paranoia a las preocupaciones que ya tengo.

    Por otra parte me gusta la comparación humano/mosca, aunque creo que hay algunos que están más cerca, supongo que también genéticamente, de la mosca de las heces que no de la de la fruta (aquí, lógicamente, pondría a vegetarianos). Con esto no quiero señalar a nadie en concreto, solo constatar que algunos estamos mejor preparados que otros para tragar mierda. Y no solo para alimentarse de ella, sino para, irremediablemente, también rodearse de todas sus esencias y derivados.

    Sí, creo que hay que nacer con ese estómago.

    Aunque observando las zonas de influencia de cada una podemos deducir que la mosca de las heces no le hace ascos a nada, mientras que la del vinagre solo se le ve acechando fruta. ¿Será una metáfora divina de que a lo sano se acostumbra todo el mundo y a lo perjudicial solo el que es capaz de aguantar?

    Bah, lo dejo estar ya porque al final si que acabaré paranoico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. estoy de acuerdo contigo y según veo, has abierto una linea de pensamiento compartida por todo el mundo...

      Eliminar
  3. estoy de acuerdo con Mazcota. una forma de adaptción evolutiva es convertirnos en moscas de las heces, preparados para sobrevivir entre tanta mierda.

    ResponderEliminar
  4. Por mi parte yo puedo asegurar que ya he mutado.
    Por supuesto como mosca de la mierda: vivo y me regodeo en ella, ¿cómo si no explicar dónde vivo?
    Nose

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé si tengo ojos en el culo porque mi poderoso giro de cintura ya no es el que era, la cintura tampoco, y no me llego a ver ni el rabo, como para verme el culo.
      Espiritrompas

      Eliminar
    2. Espiritrompas tampoco sé las que tengo, aunque trompas ya me cogí las mías, ya.
      Y abdómenes tengo más de dos, al menos tantos como Bibendum.
      Buen fin de semana!

      Eliminar
    3. ja ja ja ja Me ha gustado sobre todo eso de Bibendum porque precisamente lo estoy viendo delante de mi (tengo un cenicero del reataurante Bibendum) y por un momento he visto tu cara sobre las orzas rollizas

      Eliminar
  5. Tengo entendido que las moscas, concretamente las de la mierda, tienen orgasmos de una hora de duración. Así que un respeto para las moscas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya, por fin alguien me muestra de donde heredé esa disfunción.
      Ahora sí que lo puedo asegurar, comparto genes con ese insecto.

      Eliminar
    2. es que con un orgasmo así, se te olvida lo de la mierda. ;-))

      Eliminar