sábado, 7 de enero de 2012

Memes

Muchas personas no saben qué es un meme, y sin embargo todos rezumamos memes cada vez que hacemos algo. Un meme, por así decirlo, es como un gen, pero en vez de en el terreno biológico, en el cultural. Es decir, memes son aquellos rasgos culturales hereditarios que nos transmitimos dentro de una sociedad dada, de generación en generación. Dicho así, para resumirlo. Es un término que acuñó Richard Dawkins en su gran obra El Gen Egoísta, y lo llamó meme por su aproximación fonética a gen al tiempo que señalaba su vinculación con memoria y mímesis. Es por lo tanto una unidad de información cultural transmitible de un individuo a otro.

Tan meme es en nuestra sociedad ir a misa los domingos como entre los yanomamos, llevar el prepucio atado a la cintura. Los europeos compartimos muchos memes, pero también incomprendemos los exclusivos de nuestros vecinos. Los memes de los chinos son bastante diferentes de los que se llevan en los emiratos árabes y éstos de los que se transmiten entre los judíos y así, a base de memes demostramos la gran diferencia que existe en la forma de entender la vida según en qué sociedad hayas nacido.

Cada cual siente sus propios memes como los mejores y los luce con orgullo haciéndolos resaltar cuando la ocasión lo precisa para dejar claro al mundo que para memes, ninguno como los suyos. Aunque sean de una cutrez evidente. Como el famoso Spain is different que blandíamos con callada tristeza en una época en que efectivamente se notaba una gran diferencia entre nuestras costumbres y las aledañas.

Pues bien, se me ha ocurrido una idea estupenda: propongo que de la misma forma que a base de la manipulación genética se consiguen peras más gordas, sandías sin pipos, incluso cuadradas para facilitar su almacenamiento, o un maíz formidable resistente a plagas y ciclones, por qué no hacer, siguiendo la analogía, una manipulación memética en los aspectos débiles de una sociedad con el fin de mejorarla. Por ejemplo, se me ocurre, que los investigadores de turno podían lograr una mutación en los memes transmitidos en España para que las siguientes generaciones surgieran con mayor amor a los animales. Así, se dejarían de ver perros ahorcados al final de las temporadas cinegéticas, o arrojados a la carretera en verano, y por supuesto, ya no se daría la tortura estival de toros, tanto en los cosos, exterminados por matadores profesionales, como en las fiestas populares en que son lanceados, alfilereados, y martirizados, en fin, de mil maneras diferentes. Y ya puestos, también pediría otra ligera manipulación memética para poder dormir en verano nuestras siestas, propiciadas por irrenunciable meme, sin que el escape libre de una moto, los petardos de una feria o la radio insufrible del vecino, lo impidiera.

Se me ocurren más manipulaciones meméticas en nuestro menoma nacional, pero de momento sólo quería poner un par de ejemplos para ilustrar mi gran idea.




5 comentarios:

  1. Está bien pensado; a fin de cuentas, la publicidad es eso: generar nuevos memes. Pero hay un problema: la genética. No todos los virus pueden infectar a cualquier organismo. Por ejemplo, un parvovirus puede matar a un perro, pero a los humanos nos deja indiferentes. Por contra, el virus de la viruela puede matar a un humano (o a una vaca), pero no a un perro.

    ¿Qué quiero decir con esto? Pues que hay "virus culturales" que son literalmente destrozados por el sistema inmune de ciertos organismos sociales (naciones), impìdiendo así la multiplicación del virus. Por ejemplo: el maltrato a los animales que mencionas. En el código genético español está firmemente inscrita la necesidad de torturar animales, de modo que su sistema inmune se carga cualquier meme de contenido contrario. Prueba a discutir con cualquier amante de la tauromaquia y comprobarás hasta qué punto es impermeable a la razón, los argumentos o los memes.

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  2. tienes toda la razón. Habría que utilizar terapias de choque, sobredosis,... no se, incluso así lo tenemos difícil. Esto me ha dado otra idea que en cuanto me recupere la pongo en orden (estoy con 38 de fiebre, luego paso a 35 y a continuación como en una montaña rusa, subo de nuevo a 38. Parece divertido, ¿no?, ¡pues no!)

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  3. No digo que tu idea no sea grande, quizás larga, pero interesante, que no estrenaste.
    Por mi parte decir que siempre quise ser torero, quizás por los gemes, por los menes, o por vete a saber...
    En todo caso me faltó valor, a pesar de haber corrido encierros y asistido a capeas, y ser zarandeado por vaquillas inclementes.
    Y me sobró barriga... Y no es lo mismo ser torero que tener que conformarte con ser picador, que es una estética completamente distinta, alejada de una forma de jugar con la muerte que comprendo despreciéis, y más parecida a las formas de un sucio carnicero...
    Pero ya lo he dejado (lo de querer ser torero) que bastante tengo con lidiar los morlacos con los que me enfrento todos los días en África.
    ¡Qué tengáis buen día e indulgencia con un amigo 'diferente'!

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  4. la verdad, no te veo de torero. Tampoco de picador, no te creas. Lo de las capeas, sí lo recuerdo yo, que una vez, fuimos a una con la pandi y me parece que Paco perdió una lentilla,... algo así. Lo que tengo clarísimo es que yo no bajé al ruedo ni siquiera a la vaquilla que soltaron para las chicas y los niños.
    Lo de la indulgencia, ya veremos, ya veremos. ¡Es que tienes unos santos memes....!

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  5. ¡Lo que tengo son unos santos cajones...!
    Luego decís que lo de los toros no tiene riesgo para los toreros, fíjate en Paco (que tenía carnet oficial de novillero y me prometía que me incluiría en su plantilla de subalterno) y que perdió una lentilla..., la vida no vale nada, pero las lentillas en aquel entonces costaban un güevo...

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